La Dehesa en su esplendor primaveral |
Pues bien, en uno de los últimos entrenamientos que he
llevado a cabo en la misma, he podido ver el deficiente estado de conservación
de la misma o las necesidades de hacer algunas acciones para evitar su
degradación y que todos podamos seguir usándola.
Por ejemplo, la reparación del alambrado que algunos "personajes" se dedican a levantar para facilitar el paso de sus perros al interior donde solo tienen acceso las vacas, ignorando el riesgo que so supone de que un ternero quede atrapado en esos huecos o incluso escape a través de ellos. Dentro de poco el pasto verde será un bien muy preciado por los animales y harán todo lo posible por acceder a él y el peligro se multiplica.
Otro ejemplo es lo que observo cuando entreno por los caminos interiores que son más tipo Cross, pero que te dan un plus a la
vez que te permiten cambiar de aires. Y es que, aunque ya estamos abandonando
la temporada alta del uso de las mesas tipo merendero que se encuentran en la
dehesa, lo cierto es que son muchos los que se montan su fiesta en esas zonas,
especialmente fiestas infantiles con piñatas y todas esas cosas. Entre todas
esas cosas, decir que esta Semana Santa, me quedé a cuadros cuando vi hasta una
banda de mariachis.
No me desagrada en absoluto el que la gente le de ese tipo de uso a la Dehesa, siempre y cuando se haga con respeto al medio ambiente y la fauna del lugar amén del uso del resto de usuarios.
Papelera rebosando |
La nota triste llega cuando ves el paisaje un lunes y hay
tanto rastro de bolsas, botellas, papeles y ahora también las dichosas mascarillas,
que se han convertido en uno de los peores enemigos del lugar por su larga
vida. Y ojo también a otro desperdicio sobre el que os pido una mayor atención
y que evitéis su uso o que por favor recojáis sus restos. Se trata de los
globos con los que decoráis vuestras fiestas o realizáis juegos con los más
pequeños.
Esos globos al estallarse se convierten en muchos pequeños
restos de plástico que tardan muchísimo en descomponerse y que por lo llamativo
de sus colores acapara la atracción de muchos animales, en especial aves, que
los confunden con comida y acaban engulléndolos si es que el aire no los ha terminado
llevando al cauce del arroyo o a las zarzas donde se protegen los centenares de
conejos que pueblan nuestra dehesa.
Pero claro, no todo el peso del mantenimiento de la Dehesa
recae sobre los vecinos, pues el Ayuntamiento también tiene parte de tarea en
facilitar la limpieza de la misma. Por ejemplo, pidiendo una mayor limpieza del
cauce del arroyo a la Confederación Hidrográfica, pues las tormentas siempre
llevan aguas abajo muchos elementos que obstruyen el cauce. Pero muy especialmente,
aumentando el número de papeleras que hay en nuestro “pulmón verde”, en
especial en la zona interior, allí donde la gente hace más acopio de
desperdicios. Pues son pocas las que hay y en muchos casos de tamaño pequeño, por
lo que no es extraño verlas rebosando y con desperdicios a su alrededor que
acaban en cualquier lugar a merced del viento.
Basura alrededor de una papelera |
Está claro que, si todos somos responsables, cada uno
recogería su basura y se la llevaría hacia los contenedores ubicados en los
parkings, pero no está de más el dar facilidades para cumplir con nuestro deber
y evitar las excusas de aquellos que no lo hacen.