Con motivo de la entrada número 500 del blog, me he pegado
una vuelta por el apartado de estadísticas para ver qué es lo que más interesa
a mis posibles seguidores, pues aunque el número de visitas sí que le suelo ver
con cierta frecuencia, el meterme a analizar que temáticas son las que mejor
funcionan o que es lo que falla en la aceptación de las entradas no ha sido
nunca algo en lo que me haya parado a pensar. Escribo por motivaciones o por
impulsos, no por compromisos ni por la necesidad de mantener una línea
editorial como les pasa a los medios convencionales.
En un primer vistazo he visto que todo es relativo y que la
foto que se incluye en el post tiene una importancia capital, hasta el punto de
que la entrada más vista es Aplausos con la friolera de 15239 visitas con una
antigüedad de cuatro años, una entrada de reconocimiento a asociaciones y
entidades por llegar a donde de otra forma no se puede llegar. Una entrada sin
polémica y sin entrar en mucha profundidad a la hora de analizar el asunto. Muy
por detrás de esta entrada se encuentra Dinero por la Alcantarilla, una entrada
de octubre de 2010 en la que la foto vuelve a ser muy impactante para ilustrar
la misma, aunque en esta ocasión el tema estaba más pegado a la actualidad del
momento y se podría considerar más caliente en el momento de escribirse.
Otra entrada con gran difusión fue Panoramix, en la que
expresaba mi opinión sobre las medidas de ajuste económico que Agustín Juárez y
su equipo iban a implantar para el saneamiento de las arcas municipales. La
efectividad de las mismas y compararlo con lo que había antes y si otros lo
habrían hecho de otra manera, eso os lo dejo a cada uno. Otras entradas
críticas con cierta aceptación fueron El cuento de la lechera o Más que la obra de El Escorial.
El capítulo de las fiestas también ha tenido su importancia
en las visitas al blog, especialmente cuando he conseguido enterarme del mismo
con antelación suficiente o cuando he sido crítico con el gasto de las mismas y
no digamos nada con el programa de un año en especial que dio mucho que hablar
y que no respondía para nada al espíritu de unas fiestas patronales de un
pueblo, si acaso a las de algún after hours.
La serie dedicada a vecinos ilustres ha tenido buena
aceptación, en especial en el caso de los actores Jaime Blanch y CarlosIglesias.
Y otra de las cosas que también ha funcionado muy bien, ha
sido el recurrir a la nostalgia, ya fuese por la movida o por los recuerdos de
lugares que ya no existen o simplemente al apelar a las pocas reseñas con
historia que tiene nuestro pueblo como El Caño Viejo.
Por el camino otras historias sin continuidad, entre las que
destaco un desliz como fue el de una despedida a Jaime Fresno al que pensé que
habían despedido cuando en realidad estaba de baja. Afortunadamente Jaime sigue
batiéndose el cobre cada día para traernos la información más detallada posible
a todos los que le tratamos de seguir y que siga siendo así.
Y ahora que saco a relucir al periodista deportivo por
antonomasia del pueblo, resulta curioso que ninguna entrada relacionada con La
Tragamillas se haya colado entre las más vistas. Está claro que mis intereses
no coinciden necesariamente con los de mis seguidores en algunos casos.