A lo largo de todos estos años escribiendo en el blog, creo
que mi posicionamiento en determinados aspectos ha sido claro y meridiano.
Por ejemplo, respecto al mercadillo tradicional de Collado
Villalba, el que se lleva instalando en la Plaza de los Belgas desde hace más
de dos décadas y que tanta importancia ha tenido en el desarrollo económico y
social de nuestro municipio. El que tenga dudas al respecto, puede consultar la entrada que ya publiqué hace un tiempo, antes de que ni tan siquiera se supiese
que se iba a realizar una reforma en la plaza que lo ha albergado en los
últimos años.
Son muchos los que menosprecian su importancia en estos
tiempos en donde Internet y la inmediatez hacen que ver a una persona tirar de
su carrito de la compra les parezca algo tercermundista. Probablemente, sean
algunas de estas mismas personas las que luego salten con consignas
ecologistas, aunque pidan a Uber, Deliveroo o similares el envío a domicilio de
una pizza, hamburguesa o cualquier “micro compra” de Amazon, Ali express,
etc. Y ojo que no estoy en contra del
comercio por Internet, pero hay que ser conscientes de los pros y contras y
saber qué consecuencias tienen nuestros hábitos tanto a nivel de puestos de
trabajo, huella medioambiental, impuestos, impacto socio-demográfico, etc.
Hace unas semanas salió la noticia de que el mercadillo
cambiaba nuevamente de ubicación y se trasladaba a partir de esta semana al
parking del P29 próximo a los Supermercados BM. Ubicación que había sido la
primera opción del Ayuntamiento y que no termino de convencer a los montadores
de los puestos que al final eligieron el parking de la Ciudad Deportiva. Esta
ubicación es más que probable que tenga un mayor éxito que la anterior a pesar
de tener peores accesos y zonas de aparcamiento, pero sin embargo va a estar
mas cerca de mucha gente con “cultura de carrito”, algo fundamental para el
funcionamiento de un mercadillo como este.
Más allá de quién tomó la decisión del traslado del
mercadillo a esa ubicación y de si la nueva es mejor, pues cada una tiene sus
pros y contras, lo que si se va poniendo de manifiesto, es el impacto que la
falta del mercadillo está provocando en la zona. De momento ya han cerrado un
par de tiendas que yo haya controlado (una por jubilación y la otra sin motivo
conocido, aunque si intuido) y esto con tan solo tres meses de ausencia del
mismo. ¿Cómo están soportando los que permanecen abiertos? ¿Aguantará DIA este
hándicap unido a la ya de por si complicada situación de la cadena a nivel global?
¿Y el resto de los pequeños negocios que veían crecer sus ventas gracias al
impulso del mercadillo? ¿Se repetirán la historia de Honorio Lozano de ver caer
en cadena buena parte de los negocios de la zona?
Y las repercusiones no solo alcanzan a los ámbitos
profesionales. Aunque denostado por muchos, el mercadillo también tiene un
efecto importante sobre la economía de muchos vecinos, precisamente en muchos
casos los más vulnerables por la limitación del bolsillo o de la posibilidad de
desplazarse a las grandes superficies o supermercados a hacer sus principales
compras. Son muchas las voces que se han alzado diciendo que echan en falta el
mercadillo, porque los precios de frutas, verduras u hortalizas están prohibitivos
en otros sitios. ¿Falta de adaptación? Tal vez, pero algunos están aprovechando
para subir precios ante la falta de competencia como la famosa tienda de frutas
de la esquina, donde los plátanos canarios han llegado a alcanzar la
desorbitada cifra de 3€ el kilo.
imagen de las obras hace poco mas de una semana |
¿No les parecen argumentos suficientes como para que el
Ayuntamiento este más diligente en el desarrollo de la supervisión de las obras
que parece que marchan más despacio de lo previsto y de esta manera evitar que
el daño sea aún mayor? ¿Se les habrá pasado por la cabeza la eliminación del
mercadillo de su ubicación clásica como algunos pregonan ignorando este tipo de
cosas? Esa decisión sería una autentica catástrofe para el centro del pueblo,
tanto a nivel económico como social