Finalmente, el pasado domingo el pueblo ha hablado y ha decidido que sea el Partido Popular el que nos gobierne a nivel local durante los próximos cuatro años. ¿Ha sido esto un respaldo a su gestión o un castigo a lo que viene haciendo el gobierno en coalición a nivel nacional?
Pues sinceramente, creo que hay más de lo segundo que de lo
primero.
Como ya vine comentando en las entradas que dedique previas
a las elecciones, las opciones de seguir al frente de Mariola eran bastante más
de lo que algunos se pensaban, pues la izquierda se estaba haciendo el “harakiri”
presentando tanta lista y se veía ya un claro declive del movimiento podemita
(por ganar las antipatías de algunos de sus probables votantes y por su guerra fratricida).
Bien es cierto que esperaba algo más de votos tanto para PSOE (por aquello de
la regeneración a nivel local y por el peso que este partido siempre ha tenido aquí)
como de Mas Madrid (la única opción a la izquierda del PSOE que se mantiene con
fuerza en la Comunidad de Madrid).
En el otro lado de la cancha, el movimiento era justo el
contrario. Se concentraba más el voto claramente en dos opciones, el PP y Vox.
Me sorprendió el resultado de los segundos, pues no pensé que pudiesen llevarse
tanta parte de votos del descontento del PP o de C’s, que ha pasado de ser
actor principal a una de las claves por el resultado tan desastroso que ha
tenido y que apenas ha restado votos en el centro derecha como si les ha
sucedido a los partidos de izquierda por su parte.
Por otro lado, Corazón Villalbino ha estado en la línea de
lo esperado por algunos, menos por ellos mismos que se veían con mucho más
poder del que al final han obtenido (que ojo que no es poco).
Pero a lo que vamos. Uno que no es militante ni hooligan de
ningún partido político y que por el contrario trata de escuchar y conversar
con unos y con otros (cuando el dialogo es posible, porque la comunicación no
puede ser unidireccional), llevaba palpando en el ambiente varios factores
importantes:
- El voto no iba a ser únicamente en clave local. El vecino villalbino es también un trabajador de la “City” en un gran porcentaje y piensa más en global que en local. Además, en su inmensa mayoría a duras penas conoce a cuatro o cinco integrantes de las listas, mucho menos su programa electoral o lo que han hecho en los últimos años.
- Por mucho que la izquierda mire a otro lado, algunos de los grandes problemas de este pueblo vienen dados por factores en los que ellos dicen no ver tal problema o se ponen de perfil. Sin embargo, mucha gente tiene claro que estos problemas son una de las grandes diferencias entre la Villalba de hace treinta años y la de ahora y buscan a las opciones que no andan con paños calientes al respecto.
En definitiva, muchos no te decían que iban a votar al PP,
sino que no querían que saliesen los otros y que no había otra opción si se quería
borrar del mapa político a los morados. Y ojo que muchos han sido votantes del
PSOE y amigos o simpatizantes de gente de esa lista, pero su prioridad era la
que era.
Así que, en mi opinión el pueblo ha hablado alto y claro. No
quieren saber gran cosa de esos movimientos que quieren cambiar el mundo, sino
que quieren que les arreglen la proximidad, aun a sabiendas de que no han
votado a los mejores gestores, que mal harán si se piensan que la gente les ha
votado por lo bien que lo han hecho durante estos años y no se ponen las pilas.
Así que marineros del PP, mirar bien por donde entran los vientos no vaya a ser
que un cambio de estos os rompa los trinquetes y dentro de cuatro años os encontréis
a la deriva con las velas rotas en mitad del océano.