Mientras hacia tareas de documentación para una de mis
próximas entradas al blog, me he topado con la necesidad imperiosa de escribir
otra de una temática recurrente tras unos paseos por este municipio de mis
desvelos.
Y es que las lluvias me han hecho retroceder y reencontrarme
con fantasmas y problemas del pasado y si ya por aquel entonces denunciaba el
estado de limpieza del rio, hoy no puedo más que reiterarme en las quejas por
un mismo problema. No me importa el color del partido que gobierne, estaba mal
en tiempos de José Pablo y está mal ahora en tiempos de Mariola. Lo que me
gustaría, ingenuo de mí, es que no siguiese así por otros 10 años.
Y es que ya me dirán ustedes qué diferencia hay entre la fotografía
tomada la semana pasada y la tomada hace casi 10 años. Lo que si estoy seguro
es de que el equipo de gobierno del PP dará la misma evasiva que dio el del
PSOE en aquellos tiempos, que la limpieza del rio es competencia de la
Confederación Hidrográfica del Tajo. Y si bien esta respuesta será cierta, no
es satisfactoria por cuanto el problema sigue ahí, ya que a lo largo de estos
años, creo que como mucho se le habrán hecho dos limpiezas al rio y el
resultado es el que es y demos gracias de que las consecuencias de la madre
naturaleza no hayan sido más graves. Y es que uno tiene la sensación de que le
puede salir un cocodrilo de ese paso del rio. Y aprovecho para recordar a los
que tengan menos memoria que yo (y mira que voy justo, pero se empeñan en refrescármela
mis queridos politicos), que en el Planetocio también hubo inundaciones.
hace 10 años
Ahi, también hay un carro diez años despues
Pero si grave es el que un problema como este se lleve
sufriendo durante más de 10 años (5 del PP y otros tantos y más del PSOE), más
grave aún es que no se trate de algo aislado, pues seguro que a todos se nos
vienen a la cabeza otros ejemplos. Seguramente el más claro el de las
inundaciones en los pasos de Los Valles. Un año más y a pesar del famoso mamotreto
del “tanque de tormentas”, las inundaciones han vuelto a la zona. Pero lo que
es más irritante aún es que se dijese que por las intensas lluvias, cuando las
cantidades registradas fueron las normales para esta época del año y para nada
fueron lluvias torrenciales, sino de lo más “educadas y formales”. Esto da que pensar en que el mantenimiento
del alcantarillado sigue siendo muy deficiente y que el tanque ha sido un
completo fracaso del cual habría que pedir alguna explicación y reclamación si
procede(no sé si algún grupo de la oposición lo ha llevado a pleno, pero si no
ha sido así, deberían).
El caso es que no se puede seguir así de forma indefinida
sufriendo problemas que vienen derivados de los choques de competencias (entre
las administraciones) y de las incompetencias propiamente dichas de algunos de
los más altos responsables de nuestro municipio. Y más cuando algunas de las
cosas solamente requieren de voluntad.
y los árboles crecen en el hormigón
¿Quieren más ejemplos? Pues les doy otro. Estoy seguro de
que muchos de ustedes han maldecido en estos pasados meses el crecimiento de
los hierbajos en la incorporación a la A6 desde el Zoco que impedían la
correcta visibilidad de los coches que venían desde la Carretera de
Navacerrada. En este caso la competencia es de Fomento, pero creo que el
Ayuntamiento debería presionar más para cosas como estas, tan simples pero tan
importantes, pues estamos hablando de seguridad vial, que no es cualquier cosa.
Y si bien José Pablo siempre se escudó en el bloqueo que la Aldea Gala sufría
por parte de la CAM, Mariola no tiene esa posibilidad por ser el Ayuntamiento y
Comunidad del mismo color político. ¿O acaso hay miedo a molestar a la Señora
Cifuentes? Y mientras tanto, los vecinos seguimos navegando por los manglares
villalbinos entres las competencias y las incompetencias.
Vayamos con una entrada que llega con un poco de retraso
pero que se me hacía obligatoria escribir por lo que lleva siendo “la línea editorial”
del blog a lo largo de estos casi diez años de historia.
Y es que a lo largo de todo este tiempo y con independencia
de quien haya gobernado en nuestro municipio, mi lucha contra las subidas del
IBI han sido continuas, por ser desproporcionadas y más con la realidad económica
de un tiempo a esta parte. Y es que muchos hemos ido viendo como el pago del
dichoso impuesto llegaba a un punto en que se convertía en un auténtico problemón
el mes en que te llegaba el recibo.
No voy a entrar en el tema de si se podía bajar vía tal o vía
cual, porque lo cierto es que al final lo que nos importaba a cada vecino, es
que el recibo seguía y seguía subiendo sin parar.
Así que cuando el año pasado la revisión del impuesto y una
posible bajada del mismo era usada como arma electoral por unos y otros, yo al
menos me cogía todas esas palabras con pinzas viniesen de quien viniesen. ¿Recuerdan
que desde el equipo de gobierno se nos anunciaban unas bajadas que rondarían el
15% de media?
Pues bien, al comenzar el año empezamos a ver como las dudas
de que la bajada no iba a ser tan jugosa se iban haciendo más que razonables
conforme llegaba el primer recibo a quienes lo teníamos fraccionado. Y estas
sospechas se han terminado convirtiendo en realidad al llegar el último recibo,
el recibo en el que ya hemos podido hacer todas las sumas y ver que la bajada
se perdió por el camino.
¿Alguien ha visto el famoso 15%?
Yo no conozco ningún caso con semejante bajada, todo lo más
un poco menos del 3% y por el contrario conozco más casos de subidas que de
esas pírricas bajadas, así que si verdaderamente existiese ese 15% de media, ¿Quién
se ha beneficiado de la parte proporcional de los 8 o 9 casos que he consultado
antes de escribir esta entrada y que oscilaban ente el +-3%? ¿Por qué se
empeñan en querer engañarnos de una forma tan burda?
¿Imagen actual o de 2007?
Como me han surgido nuevos interrogantes. ¿Por qué a algunos
vecinos se les ha subido la tasa de la basura en este ejercicio? Qué manda
huevos que diría aquel viendo como está el pueblo, porque lo que dan ganas es
de manifestarse para que le devuelvan a uno la tasa por un servicio que no se
ve.
En definitiva, que pasan los meses y los años y la vida
sigue igual. Y luego nos extrañamos y sorprendemos al ver las noticias. Y mucho
me temo que esto no es más que un punto y seguido en el diario de este pueblo,
escrito desde hace años con demasiados borrones y sobre líneas torcidas.
foto extraida del grupo de FB "No eres de Villalba si"
Finiquitado ya el verano, resulta casi inevitable hacer un
ejercicio de memoria comparativo entre lo que era Collado Villalba en su época de
máximo esplendor y lo que ha quedado de todo aquello. (Puedes ver las entradas
I y II relativas al fenómeno de la movida villalbina).
Evidentemente se trata de un ejercicio un tanto
tergiversado, pues cada uno vivió los distintos momentos en función de la edad
y los gustos propios. Los que son un poquito más mayores dirán que la época gloriosa
fue la de El Quinto Infierno, El Bus, etc. La siguiente generación te dirá que
fue la de Porche, Testa y todo el eje de la A6, mientras que los que rondan
ahora los 30 años, te dirán que fue la época de El Edificio Europa.
Sin embargo, independientemente de gustos, creo que podemos
afirmar que la época más importante fue la que abarcó los últimos 80’s y se
prolongó hasta más allá de mediados de los 90’s, rozando el cambio de milenio.
En este largo plazo de unos quince años, fue cuando más gente venía a Villalba
con el reclamo de sus discotecas, gozaron de mayor importancia los locales más
grandes y en definitiva, era un auténtico reclamo para el refresco de aquellos
que veraneaban por la zona o incluso de los que venían a propósito desde
Madrid.
Ya en la anterior entrada comenté lo que supuso el boom de
El Edificio Europa, que como expliqué, se insertaba temporalmente en medio de
este periodo a analizar en esta entrada. Como expliqué con anterioridad, el
boom de Porche supuso que se abriesen otros locales de mayores dimensiones a lo
habitual y que al no estar en el centro mismo del pueblo, podían abrir con
licencia de discoteca o bar terraza hasta altas horas de la madrugada (en torno
a las 4:00 si mal no recuerdo). Así abrieron en un primer momento Sidney y
Testa, dos locales básicamente orientados al verano, pues la mayor parte de su
espacio era abierto. En estas terrazas la música no era la más discotequera
precisamente, sino que era más bien la de los éxitos que hoy etiquetamos como “oldies”
(The Cure, Depeche Mode, Rem, U2…) y el volumen no era tan atronador, por lo
que era más fácil poder mantener una agradable conversación. Incluso se podía cenar
allí mismo, pues si mal no recuerdo, Testa tenía un horno de pizzas y la
terraza de Sidney tenía un kiosco donde te comprabas los ingredientes y te podías
hacer en la barbacoa desde un bocata a una hamburguesa a tu gusto. ¿Quién no recuerda esos maratones de Depeche Mode en Sidney?
A pesar de las enormes dimensiones de aquellas discotecas o
terrazas, llamémoslas como queramos, era muy frecuente el ver enormes colas
para poder entrar en ellas. Aunque en aquellos años el acceso al vehículo se hacía
a una edad más tardía y eran pocos los privilegiados que lograban tener un
coche o que sus padres les dejasen el suyo (no se había extendido aún lo de dos
o más coches por familia), los problemas para aparcar eran más que importantes,
llegando incluso hasta el Colegio de La Almudena en algunas ocasiones. Aún
recuerdo ver pasar un día el camión de la basura por la Calle Piedrahita
tronchando espejos por no poder pasar por haber coches aparcados a ambos lados.
Estas dos mega terrazas se merendaron a lo que fue el
antiguo Pacha, que siempre funcionó a remolque de los dos grandes buques
insignia de la zona bajo distintos nombres como Boss o Broker, pero que pese a
todo aguantó el envite, con una clientela de un perfil más bajo y los clientes
de última hora, pues cerraban más tarde.
Lo que se ponía de manifiesto era que había negocio para más
terrazas y así surgieron otras dos: Momo, que arrancó muy floja y solo tenía
gente de rebote por el overbooking de las otras, pero que terminó afianzándose bajo
el nombre de El Graduado y otra cuyo nombre no recuerdo que se ubicó al otro
lado de la A6 junto a la ITV. Otro de los locales que tuvo su gente, pero que
no llegó a poder ser considerado una referencia. Más importante fue sin duda la
ampliación de Testa por medio de las terrazas en distinta altura, que
permitieron casi triplicar su aforo inicial.
Estos locales eran una máquina de hacer dinero y se llegaban
a hacer cajas de varios millones de pesetas en las jornadas más punteras del
verano con precios que rondaban las 500pts (3€) para las copas y entre las
300-400pts para el mini de cerveza. Pero la clave era el que estos dos sitios
cuidaban mucho el ambiente de sus terrazas para que fuese atrayente y
confortable incluso con fiestas originales. Recuerdo una de un circo en Sidney,
donde tuvieron con el domador un cachorro de león o tigre, no lo recuerdo. Algo
inimaginable hoy en día con el sentimiento animalista de estos tiempos.
La música
solía hacer de primer cortafuego para evitar a los típicos macarrillas y el
despliegue de seguridad y control era también más que notable. En el caso de
Sidney, el que los dueños fuesen vecinos del local, también llegaba a hacer que
se controlasen hasta las emisiones de ruido y no era extraño que los dueños
mandasen bajar el volumen al pinchadiscos en mitad de la noche. Así podíamos estar
cerca de un millar de personas en cada uno de esos recintos y sin embargo las peleas eran
algo excepcional pese a que ya sabemos el resultado de la formula
juventud+aglomeraciones+alcohol.
foto extraida del grupo de FB. "No eres de Villalba si..."
Al rebufo de estos lugares y tratando de captar a ese
público que alargaba aún más la noche y que gustaba más de la música
electrónica, surgieron otro par de intentos destacados Fax (en la inmediaciones
del P29 y que contaba hasta con un pequeño coso para soltar vaquillas) y
Cherry, la que fue la más lujosa de las discotecas de la Sierra, ubicada ya en
el término municipal de Alpedrete en la entrada a Los Berrocales y de la que
poco o nada queda ya como comenté en otra ocasión por aquí.
Fueron años de mucha vida para Collado Villalba, de mucho
ruido por la música, las peregrinaciones de los grupos de jóvenes desplazándose
de “las zonas de calentamiento” a las grandes terrazas, de vespinos y de los orígenes
del botellón. Y creo que independientemente de cómo lo haya vivido cada uno y a
pesar de que también había sus luces y sus sombras en forma de molestias, todos
lo miramos con nostalgia más allá del síndrome de Peter Pan. Lo miramos con nostalgia
porque era una vida y una vitalidad que hoy en día ya no se ve en un entorno
donde la decadencia se ha ido adueñando de todo y que parece no haber tocado
fondo aún y de la que solo quedan ruinas en algunos casos.