Del ocio al destrozo

En anteriores artículos de este blog he hecho referencia al comercio en el municipio y en más de una ocasión me he puesto a recordar con nostalgia los tiempos en los que Villalba era "La Capital de la Sierra" gracias a su oferta de ocio.

Hoy empiezo desde aquí a escribir una serie de artículos con los que tratare de analizar los cambios sufridos por el municipio en estas materias. Muchos serán los que no tendrán argumentos para poder valorar si se ha empeorado, si se perdió una gran oportunidad de desarrollar económicamente al pueblo o si por el contrario cualquier tiempo pasado fue peor.

Para empezar he elegido el ocio nocturno más tradicional, las discotecas. Si bien es cierto que a día de hoy son muy pocas las existentes y los locales de moda del lugar son más bien lo que siempre se ha llamado disco-bar.

Atrás quedaron los tiempos del "Quinto Infierno" (hoy Corte Chino), Botticcelli, Bariloche (que sufrió un incendio estando en su mejor momento) o los más recientes Pacha, Porche, Testa o Sidney. Los tres primeros locales mencionados corresponden a los lugares por donde salían los padres de los que hoy son dueños de la noche. El primero era un local en el que uno recuerda salir la música heavy así como la rumba por los aliviaderos que daban a la Calle Real. Hay que tener en cuenta que en aquellos años los grupos de estos estilos gozaban de muchos seguidores y éxito (Barón Rojo, Obus, Asfalto, Leño...) y en el capitulo internacional (Kiss, Iron Maiden, Whitesnake...) son buenos ejemplos de grupos heavies de la época, mientras que Los Chichos, Los Chunguitos o Los Calis eran los máximos representantes de una cultura popular en la que los cantos a la marginación y las drogas estaban presentes en la mayoría de sus letras. Raro era pasar por el Gorronal y los barrios limítrofes y no escuchar los sones de las canciones de los grupos "calorros". En este sentido, la cosa no ha cambiado mucho, pues Melendi, Estopa, El Barrio, etc. son herederos de esta cultura.

Pero los ochenta eran los años de la movida y en los primeros locales también se podía escuchar la música de los fenómenos fan como Pecos o toda la invasión italiana de la época. Pero hasta aquí solo puedo hablar por terceras personas por motivos de edad, ya que en los ochenta uno seguía corriendo detrás de una pelota o se las ingeniaba para buscar cualquier accesorio que pudiese servir para hacer de canasta y emular a los ídolos de nuestro añorado club de ACB.

A finales de los ochenta comenzó "la época dorada" de la movida Villalbina. Porche fue la primera discoteca que atrajo a los madrileños hasta la sierra para disfrutar de la noche en verano. Eran los años de los Hombres G, el Acid House y los vespinos no paraban de circular con dos ocupantes por el barrio de Pradillo Herrero (conocido en este blog como el Barrio Vaticano) en un continuo ir y venir de jóvenes desde las discotecas a los "bares de calentamiento" (La Costa, Las Cubas, Fresh...) Sin duda ese local amaso una importante cantidad de dinero y sobretodo mostro el camino para los que vinieron después. Pachá, si hubo un Pachá en Villalba, fue posiblemente el local que enseño cual era el camino a seguir para el futuro, pero sus dueño o dirigentes equivocaron algunas cosas. La principal el que no se puede uno adueñar de los nombres de un negocio así como así y que aunque trates de hacer una clientela selectiva a base de precios y de unos criterios de acceso, tienes que tener muy presente primero de todo donde te encuentras. Si un pequeño local con una pequeña terraza era capaz de mover tanta gente, ¿que no podrían conseguir otras terrazas de mayores dimensiones?

Así no pararon de crecer el número de discotecas y terrazas por todo el pueblo, unas con más éxito y otras con menos. (Borsalino, Testa, Boss, Broker, Graduado, Fax, Cherry...) y paralelamente también surgieron mas bares en los que se iniciaba la movida (sky rose, cocktail, Plató, etc...).

Miles de visitantes llegaban cada fin de semana hasta Villalba con el interés de pasarlo bien, aunque como siempre, a más de uno se les iba el tema de las manos y la cosa empezó a tornarse en peligrosa cuando comenzaron a darse los primeros casos de conductores suicidas, lo que provocó un aumento considerable de los controles de alcoholemia de la Guardia Civil en la vía de servicio y alrededores de las discotecas. Evidentemente estas medidas iban encaminadas a un doble fin, aumentar la seguridad de los ciudadanos y a una aumento de la recaudación vía multas de tráfico. Todo esto unido a los problemas que supone el ocio nocturno en el interior del casco urbano de un municipio (ruidos, suciedad, peleas, etc.) termino por ir matando a todos estos locales hasta llegar a lo que queda hoy en día, un pequeño número de salas de tamaño pequeño o medio con un público tirando a madurito.

Pero este problema no ha sido exclusivo de Collado Villalba y así todos los pueblos de la zona han ido viendo desaparecer sus áreas de locales de copas ante la pérdida de público por razones demográficas, migratorias (no frecuentan el mismo tipo de locales la población búlgara o rumana que la latina) que han provocado que las nuevas generaciones prefieran la más amplia y variada oferta de ocio de la capital. Áreas con gran concentración de bares de copas como la zona del antiguo mercadillo de Guadarrama cuentan a día de hoy con un par de bares igual que Moralzarzal e incluso la famosa Avenida Europa de Pozuelo de Alarcón, que malvive con un par de locales pese a tener una amplia oferta gastronómica.

En posteriores artículos haré un repaso a algunos de estos locales que hoy sobreviven, no solo aquí, sino en el área de la sierra madrileña, ya que el villalbino también sale por los pueblos vecinos.

Sin embargo quiero terminar con un tema importante que se ha derivado del cierre de estas macro discotecas, como es el estado en el que se encuentran esos edificios y el uso que algunos están dando de ellos. Así hemos podido ver como las puertas de estos locales han estado forzadas durante meses y han servido de cobijo para "okupas" y sin techo, lo que provoca el consiguiente malestar entre los vecinos que ven con miedo la proliferación de alcohólicos, drogadictos y en definitiva gentes conflictivas a la puerta de sus casas. A todo esto se junta el lamentable estado en el que se encuentran algunas de estas ruinas, lo que puede llegar a provocar una desgracia personal en cualquier momento en forma de derrumbe o incendio fortuito y por supuesto todo esto ante la pasividad de las autoridades locales que deberían precintar estos locales o instar al derribo total a sus propietarios.

Imagen de lo que fue Cherry. Mas arriba la casona que colindaba con Porche, que presenta un estado similar y bajo estas lineas imagenes de lo que fue Testa.