Permitirme que haga esta entrada que poco o nada tiene que ver con la temática habitual del blog, ya que el incidente que paso a relataros no me sucedió en nuestro municipio sino en otro pueblo no muy lejano al nuestro.
Como todos sabéis, el cine en España está pasando por una grave crisis fruto de varios componentes como son el alto índice de piratería de nuestro país en lo que a descargas ilegales de películas se refiere. El elevado precio de las entradas, que se ha visto agudizado por la subida del IVA cultural del año pasado. Algo que ha puesto el precio de las entradas prohibitivo para muchos ciudadanos, especialmente para las familias más modestas, que reservan la visita a las salas de cine a momentos especiales como puedan ser las fiestas navideñas y siempre con algún tipo de cupón de descuento que evite una factura de casi 40€. A esto habría que sumar las posibles palomitas, bebidas o chucherías que se puedan comprar para acompañar la película.
Ante este panorama, ya van varios años que las principales salas de exhibición de cine crearon “la fiesta del cine” con precios muy baratos de lunes a miércoles en la semana en la que se celebra. Año tras año, el éxito de esta promoción llena las salas de nuestro país.
Visto el éxito de dicha iniciativa y dado que la crisis parece no tener aún fecha de caducidad próxima, algunas de las principales cadenas de exhibidores de cine han tenido a bien realizar promociones similares a la citada aprovechando las nuevas tecnologías y el poder de las redes sociales en lo que a publicidad se refiere.
De esta forma, tanto Yelmo Cines como Cinesa han efectuado promociones muy agresivas en la pasada semana a través de Facebook con el fin de tratar de ganar seguidores y potenciales clientes de cara al futuro aprovechando la debilidad del consumo en la segunda quincena del mes de noviembre cuando la gente trata de contener el gasto con vistas a la navidad.
En mi caso, la promoción que elegí fue una de Cinesa en la que se hacia un 2x1 el pasado sábado día 16 de noviembre. La mecánica era la siguiente:
Te hacías fan de la página de Cinesa en Facebook, lo que te daba acceso a su muro y de esta manera poder conectar con el enlace que tenían habilitado en el mismo. Una vez allí se rellenaba un formulario de registro con tu nombre y DNI, devolviendo Cinesa la invitación ya con tu nombre, DNI y el código que tenían que teclear sus empleados en la taquilla cuando fueses a canjear la entrada.
Sigo todos los pasos escrupulosamente y así me imprimo mi entrada el viernes para ir el sábado por la tarde a ver Blue Jasmine (de la cual ya deje mi opinión en el blog) en la sesión de las 20:20. En previsión de que pudiese haber aglomeraciones, como así fue y de que mis amigos que tenían que venir desde Madrid pudiesen tener retrasos, quedamos a las 19:00h en las taquillas de Heron City Las Rozas.
Más o menos a eso de las 19:20 llegó nuestro momento de pasar por taquilla tras la correspondiente espera. Éramos cinco personas y llevábamos impresos dos códigos para canjear de la promoción. Se lo presentamos a la taquillera enseñando nuestros DNIs y la chica comienza el proceso de impresión de entradas, pero algo falla. Vuelve a iniciar el proceso y vuelve a salir el problema. Finalmente nos dice que el código de mi formulario ya había sido canjeado a las 16:15, algo que era imposible ya que yo estaba en mi casa en ese momento y más concretamente como buen español madrugador, disfrutando de mi siesta.
Le comento a la taquillera que eso no es posible por las circunstancias antes mencionadas esperando que de solución al malentendido. Pero no actúa y espera que abone la entrada completa a lo que me niego rotundamente y exijo que me digan quien ha podido emplear mi DNI para canjear mi cupón dándoles a entender que puesto que eran entradas “personales e intransferibles” el error era de ellos. Pero sigo sin obtener respuesta con el correspondiente incremento de mi enfado, por lo que pido que se presente un responsable recibiendo por respuesta que no puede atenderme porque estaba ocupado.
Esa respuesta no hizo más que echar más leña al fuego y me negué a abandonar las taquillas hasta que hiciese presencia el responsable del cine a pesar de que la cola llegaba ya hasta las fuentes que dan acceso a la plaza del centro comercial y de que la gente ya empezaba a mirarme mal. A todo esto, mis amigos no daban crédito a lo que estaba pasando.
Se presenta finalmente la encargada y me da las mismas razones que su taquillera, que el código había sido canjeado ya en una sesión previa. Al pedirles que me dijesen como habían dado mi invitación a alguien que no poseía mi DNI me argumentaron que a lo mejor lo había canjeado en los cines de Majadahonda. Es decir, me seguían acusando de fraude y mi cabreo ya rozaba la indignación total viendo que iba a pasar allí toda la tarde en la taquilla dando por saco a los que pacientemente esperaban que me moviese para poder comprar su entrada.
Ante esta ultima respuesta, les pido que por favor me digan en que cine se ha canjeado el código, no fuera que nos llevásemos la sorpresa de que se hubiese canjeado en un cine de Barcelona, por poner un ejemplo. Su respuesta fue tras trastear un rato, que no tenían acceso a ese dato. Cada vez estaban más pillados y no sabían cómo salir del atolladero y más cuando les pedí la hoja de reclamaciones oficiales de la CAM. Con lo fácil que habría sido asumir el error desde el principio y darme mi entrada.
Me dan la hoja sin poner ningún pero más sin dar satisfacción a mi deseo de tener mi localidad gratis. Se extrañan de que no me mueva de allí pese a darme mi hoja y es que sigo reclamando la oferta que han realizado, ni mas, ni menos. A esas alturas ya estaba que a pesar de que la tarde era gélida y los pies los tenía como el hielo, la cabeza estaba ardiendo. Me habían juzgado como estafador y ante su error no asumían ninguna culpa, querían que pagase la entrada y todo pese a cometer algo que posiblemente pueda ser tipificado como un delito grave como es la nula protección de datos personales. Casi nada al aparato.
Finalmente y tras un buen rato, nos pusieron las entradas a precio del día del espectador como mal menor. Eso sí, en su haber figura una hoja de reclamaciones que presente el pasado viernes en la oficina de consumo del ayuntamiento y que se habrá unido a la que simultáneamente estaba presentando otra chica según yo rellenaba la mía. En esta caso por el volumen insalubre de sus trailers. La chica hizo una medición y pasaban los 90dB, algo que no está permitido según ella que era conocedora de todo el tema legal y de las condiciones de uso del Dolby. La verdad es que no es la primera vez que veo tal queja en esos cines y es algo que siempre he dicho, confunden la calidad del sonido con dejarnos sordos.
Al día siguiente decido visitar el muro de Cinesa en Facebook para expresar mi descontento con lo ocurrido y cuál es mi sorpresa cuando veo que no fui el único al que le paso eso.
Señores de Cinesa la cagaron rotundamente y espero una respuesta ante lo sucedido ya que soy asiduo de sus salas y más desde que cerraron los Cines Renoir de Majadahonda. Creo que alguien que realiza unas 12-15 visitas anuales a sus salas debe tener una respuesta convincente.