Desde que empecé a escribir estas historias enmarcadas en el
contexto de mi pueblo, la situación ha cambiado mucho. Y si empecé llamando la
atención sobre lo que consideraba un derroche por parte del anterior equipo de
gobierno y que esto traería consecuencias más tarde o más temprano, nunca pensé
que la situación llegase a tornarse tan apocalíptica como la que estamos
viviendo.
Lo cierto es que estamos viviendo una situación de acoso y
derribo, en la que uno tiene la sensación de que aunque tuviésemos a los
políticos mejor preparados de la historia (cosa que parece clara que no es el
caso), sus medidas no servirán de nada. Yo personalmente he visualizado la
situación como cuando se te vuelan los papeles en medio de un vendaval. En lo
que te agachas a recoger los dos que están a tus pies, ves como el resto vuelan
a velocidad de vértigo por todas direcciones.
Que se suben los impuestos, baja el consumo.
Que se recortan gastos en administraciones públicas, sube el
paro.
Y así, a casi cada una de las medidas que se han ido
planteando hasta ahora, el principio de acción reacción ha terminado dando una
respuesta muy alejada de la deseada por parte de nuestros dirigentes políticos,
a los que no se les arrima la ropa al cuerpo como se suele decir.
Y un buen ejemplo de todo esto que estoy explicando, y
conste que ojala me equivocase, son las medidas de dinamización del comercio
que el Gobierno de Rajoy pretende hacer en todo el país y que Esperanza Aguirre
ha llevado a limites Kafkianos en la Comunidad de Madrid.
El pasado domingo día quince de julio se levantaron los
limites que impedían que las grandes superficies abrieran libremente domingos y
festivos. Hay que recordar, que en Madrid ya gozaban de la posibilidad de abrir
hasta 21 festivos, dejando además “ventanas” con conceptos como lo de “lugar de
interés turístico” que permitían la libertad total. Esto significaba la mayor
libertad del territorio nacional en cuanto a horarios comerciales y una de las más
elevadas de Europa.
La gran mayoría han decidido abrir sus puertas, aunque
algunas lo han limitado solamente a media jornada. ¿Por qué será?
Sea como sea, me cuentan que las ventas de estos dos
primeros fines de semana de apertura, han sido entre un 15 y 20 por ciento más
bajas que las del peor día de entre semana y solo comparables con las de días
muy negativos como los de las grandes nevadas que bloquean carreteras, etc. Y además,
esas ventas han restado cerca de un 10% a las ventas del resto de días de la
semana, lo que representa un “comidos por servidos”, ya que con lo perdido
entre el sábado, lunes y martes, las ventas ya se encontraban en la línea de
una semana previa a la liberación. Con esas ventas, podemos asegurar que los
gastos superan a los beneficios, esto es, están perdiendo dinero.
Así pues, ¿qué es lo que motiva a las grandes superficies a
abrir sus puertas si esos días su beneficio operativo es negativo?
Básicamente el tratar de acaparar más tarta del reparto de
la cuota de mercado gracias a que muchos de sus competidores no se pueden
plantear el hacer eso ni tan siquiera a pérdidas.
¿Pero esa lucha por la cuota de mercado la van a llevar a
cabo a cualquier precio? Evidentemente no. Y para ello, como las ventas no
suben, habrá que reducir los costes y si luz y demás servicios no pueden
reducirse, sino que además verán incrementada su factura por la subida del IVA,
¿de dónde vendrán “los recortes de gastos”? Pues evidentemente de los gastos de
personal.
A través de los medios de comunicación, se está hablando de
miles de puestos de trabajo creados con dicha medida, pero lo cierto es que
solamente se ha contratado a un 10-20%
de
trabajadores necesarios para el funcionamiento de los centros (con contratos de
19h o similar), el resto de los trabajadores que acuden a trabajar en domingo,
son los que lo hacen religiosamente de lunes a sábado o incluso trabajadores de
las sedes. Y si se ha contratado a ese pequeño cupo de trabajadores, es porque
aún no han tenido el visto bueno de las autoridades para “cargarse” los
contratos y clausulas que limitan el número de festivos trabajados por los empleados
más antiguos, que van desde los 7 a los 20, siendo casi ridículo el número de
trabajadores que no tenían la obligación de asistir a su puesto de trabajo en
festivo. Pero al amparo de la nueva reforma laboral y con la firma del convenio
el próximo año, todo esto cambiara y esos puestos se esfumaran. Como casi con
total seguridad se esfumaran los pluses de 12€ por mes por trabajar los
domingos o los que se cobraban a partir del 8º domingo trabajado, amén de otras
medidas como los turnos partidos, los cambios horarios a criterio de la empresa
o la disponibilidad geográfica.
Me cuentan que ha habido rabia y lágrimas por parte de los
empleados de estas empresas al ver que no tendrán ni un solo festivo para
disfrutar con sus hijos durante más de dos meses seguidos ni en verano ni en
los meses de noviembre y diciembre. La conciliación de la vida laboral y
familiar ha saltado por los aires y los derechos de los trabajadores han
retrocedido a los tiempos de la posguerra.
Todo esto plantea una situación en la que los grandes no
ganan más, los pequeños cierran y los medianos ante la imposibilidad de seguir
el ritmo se verán en gran medida avocados tambien al cierre. ¿Habéis visto que
Supermercados Madrid está cerrado? Y se rumorea que el Supersol de Batalla de
Bailen seguirá esos mismos pasos. Ya no estamos hablando de negocios
familiares, estamos hablando de medianas empresas.
No es que uno sea Santiago Niño Becerra, pero lo cierto es
que mi evaluación o diagnostico del comercio local que realice el año pasado se
ha ido cumpliendo en buena medida, no había ni hay demanda de nuevas aperturas
para la zona de la ITV ni veremos al Planetocio como hace cinco años, (interesados, revisar las entradas relativas en el
archivo de noviembre de 2010). Así que
afortunadamente la maravillosa operación que nos han querido colocar los políticos
de uno y otro signo no se llevaron a cabo y no parece que se puedan dar en un
largo plazo.
Ahora vamos a ver si
esta segunda parte se cumple y el pueblo aupado por sus políticos locales,
regionales y nacionales vamos a la quiebra total, tanto en lo económico como en
lo social. Cada uno que obre con lo que su conciencia le dicte.