Y es que tras la conversación mantenida con esta persona, que como todo ser humano dista de ser perfecto y por supuesto tiene sus manías, rarezas, debilidades e incluso defectos, he visto si cabe aun mas claramente, que todo en esta vida es relativo y que los valores sobre los que estructuramos nuestras vidas son mas frágiles de lo que pensamos y tal vez por ello ante los golpes que recibimos muchas veces no somos capaces de levantarnos. Nos forjamos héroes con pies de barro y la adoración de los mismos y el olvido por las pequeñas cosas de la vida nos hace cada vez más vulnerables.
¿Cuantas veces no hemos pensado en que la suerte no nos sonríe y envidiamos el coche del jefe, el trabajo del amigo o incluso la mujer del vecino? Sin embargo la suerte, pese a que muchos dirán que hay que buscarla, no deja de ser caprichosa y muchas veces pasa por delante de nuestras narices y no nos damos cuenta. ¿No somos acaso afortunados por vivir en el primer mundo mientras miles de niños mueren al día en África por desnutrición? Nuestros duros trabajos con jornadas que no nos dejan el tiempo libre que desearíamos y con un sueldo de subsistencia, ¿no son hoy un derecho que por desgracia no todos poseen?
Cuando estamos asistiendo a la tormenta de información-confusión en torno a la famosa Gripe A, ¿No estamos haciendo un ejercicio de hipocresía mayúscula al seguir ignorando los miles de muertos que causan otras enfermedades en el tercer mundo, especialmente el SIDA?
Desgraciadamente, hoy en día se valora mas a la persona por la ropa que viste, el coche que conduce o por su físico y sin embargo, seguramente si todos hiciésemos un ejercicio de análisis de nuestras vidas todos tendríamos a alguien que ha hecho por nosotros algo de un valor mucho mayor que el de todos esos bienes materiales. Alguien que en un momento dado ha dejado lo que estaba haciendo simplemente por escucharte o tenderte la mano ante la adversidad. Alguien que ha sabido vivir sin prepotencia y altanería y dedicando su tiempo al servicio a los demás. Si tras hacer ese pequeño flash back de tu vida no has logrado identificar a alguien con esa seña de identidad, por mucho dinero que ganes, corra tu coche o grande sea tu casa, no me cambio por ti, ya que te faltarían los auténticos pilares de la vida como el respeto, la amistad, la ayuda, el cariño, etc.
P.D. no olvidemos cada día saber valorar las pequeñas cosas de la vida, ya sea en lo laboral, social o familiar. “We can be heroes, just for one day”