jueves, 27 de septiembre de 2018

Los grandes problemas de Collado Villalba


El reloj corre que se las pela y en menos que canta un gallo nos encontraremos con que el año se nos habrá esfumado y entraremos de lleno en el 2019, un año electoral en el que nos tocará renovar el equipo de gobierno de nuestro municipio.

Así que muchas de las tareas habrán quedado pendientes de resolución para el gobierno municipal entrante (contrato de recogida de basuras, por ejemplo). Muchas son la necesidades de nuestro pueblo, algunas de ellas ya con el rango y categoría de históricas, por ello propongo una encuesta para saber cual pensáis que es el mayor problema de Collado Villalba y cual es en vuestra opinión la infraestructura más necesaria del municipio




martes, 18 de septiembre de 2018

Survival Zombie 2018



El pasado sábado se desarrollo en nuestro municipio por segunda vez el evento “Survival Zombie”. La anterior edición data de 2014, cuando se lanzó la propuesta de “Villalba Capital de la Sierra”. Un evento que pretende recrear de forma  lo más real posible, lo que sería un juego de mesa o rol en el que los participantes tratan de superar pruebas esquivando los encuentros con los zombies y con los soldados represores.

Mucho se ha hablado del evento en los días previos por aquello de que si se había elegido nuestro pueblo (que no se elige por la organización, sino que se pide a la misma su desarrollo en el mismo y a partir de ahí a entrar en una larga lista de espera salvo que busques otro organizador de los que han salido a posteriori y que no tienen la misma calidad organizativa) por no tener que romperse la cabeza en los temas de ambientación y atrezo.

Sin embargo, parece que con todo y con eso, la difusión no ha sido del todo efectiva, pues la participación no alcanzó la cifra de hace cuatro años. ¿Falta de publicidad? ¿Exceso de eventos similares a lo largo del año en la provincia?

Pues supongo que un poco de todo. El evento ya no es tan novedoso como hace 4 años y las pruebas han ido proliferando por todo el territorio, por lo que el participante puede elegir el terreno de juego con más facilidad sin tener que recurrir a tener que ir a una ciudad lejana (algo similar a la burbuja del running y otras pruebas deportivas de carácter popular). Sin ir más lejos, Guadarrama fue escenario de una prueba a principios de verano y las inscripciones no son precisamente muy económicas.

Estos factores pueden haber influido en la falta de participación. Atrás quedaron los tiempos de sorpresa y de esa afluencia de jugadores orientales que vivimos en el 2014. Hay que tener en cuenta que la edición Villalbina tuvo fuertes críticas entre los más fieles al evento en su momento por su organización y por lo difícil de poder jugar en un pueblo tan grande y con tanto tráfico. Sin embargo el juego se ha desarrollado incluso en capitales de provincia como Ávila.

Tal vez por esas criticas, se delimitó el área de juego y no se llevaron pruebas a zonas periféricas como Villalba Pueblo o La Laguna de El Carrizal. Precisamente esto ha sido motivo de críticas este año, pues las pruebas estaban demasiado juntas y se generaban importantes colas para poder superarlas.

Pero vayamos a lo que como espectador pude presenciar.

A poco menos de media hora me encontraba en un restaurante de la zona centro y vi como unas cuatro o cinco chicas entraron a sus baños sin consumir y no recuerdo que estuviesen en la zona de la terraza. Empezaba a ver la animación del evento, aunque sin tanta intensidad como en la edición de hace cuatro años y sin rastro de los asiáticos, auténticos fanáticos de este juego. Los chinos que se podían ver eran los de las pequeñas tiendas.

Llego a la “Zona Zero” justo en el momento en que tendría que empezar el juego. Sin embargo la cosa esta aún un poco verde. Se anuncia que el juego comenzará en dos minutos, pero estos se convierten en los dos minutos más largos que uno recuerde. Con más de 15’ de retraso, los organizadores empiezan a refrescar a los participantes las normas del juego y de paso así nos vamos enterando un poco de que va la historia los que nos hemos acercado como espectadores.

A diferencia de 2014, la zona de inicio del juego está vallada y los espectadores no podemos acceder a ella. Yo he optado por subirme a la valla de la plaza para evitar una posible estampida como paso en aquella primera edición. Sin embargo parece que la organización toma medidas para que esto no suceda más en sus eventos por motivos de seguridad.

Si en aquella primera edición todo empezó con una especie de represalia por parte de los militares, en esta el detonante fue una “insurrección” por parte de los rebeldes que sería salvajemente reprimida por los soldados aplicándoles el escarmiento de encerrarlos en unos coches sobre los que pasaría un tanque. Todo quedó bastante más llamativo y espectacular que en la edición anterior. Mientras, en el centro de la plaza la primera horda de zombies ya se dirigía hacia los participantes que aún se encontraban en el recinto perimetrado. “No problema”, los soldados y su artillería acabarían por controlar este primer ataque.

Así se comenzó a dar salida a los participantes por un pasillo que atravesaba un par de tiendas de campaña para dar comienzo al juego propiamente dicho. Se les incitaba a salir corriendo de la plaza y algunos salían realmente descontrolados. Para su suerte, un Policía Municipal (de los reales), controlaba el tráfico en el cruce de los juzgados y evitó incidentes graves.
Una vez salieron todos los participantes me dirigí hacia la Calle Real para ver el ambiente en otro punto. El puente sobre el rio estaba repleto de gente que veía a los jugadores buscar pistas por la zona mientras aparecían los primeros “Z’s” o zombies rápidos, los que eliminan a mas jugadores, pues pueden correr y atacar de forma individual. Esto provocó varias estampidas y situaciones complicadas, pues algunos se tiran literalmente sobre los coches a pesar de la recriminación de los voluntarios de Protección Civil.

Foto cortesía Luis Blasco de la Cruz

Decididamente no hay el mismo ambiente de hace cuatro años, aunque el evento sigue gozando de salud para poder repetirse de vez en cuando para no saturar al personal y no someterlo a un desgaste prematuro. Eso sí, sería conveniente revisar varios aspectos para mejorar tanto desde el punto de vista del juego, como desde el punto de vista de los espectadores y especialmente en el de la seguridad.

  • ·        Debería mejorar la comunicación sobre el evento. No solo desde el punto de vista de promocionar la participación, sino para que la gente que se encuentre con el evento sepa de qué se trata. Así evitaríamos el ver gente con la sillita del bebe (a casi medianoche) metidos en una marabunta de gente corriendo en todas las direcciones. También evitaríamos que niños pequeños se asustasen al ver las carreras y los zombies a su lado. O mascotas sobresaltadas por los estallidos de la pirotecnia, etc. Aunque permítanme que aquí responsabilice más a los padres y dueños de las mascotas que a la organización, pero claro, algunos si no meten la nariz hasta el fondo no se quedan a gusto.


  • ·        Para mí un acierto evitar la “salida-estampida” y sacar a los participantes de forma ordenada. También un acierto el perimetrar la zona. No nos permite interactuar tanto a los curiosos, pero se corren menos peligros. Se debería estudiar la limitación del tráfico en los aledaños de la Plaza de los Belgas, así como en la Calle Real desde la Estación hasta el Canguro durante la primera hora del juego o algo así. De esa manera el juego estaría más concentrado en ese tramo poniendo las pruebas en esas áreas al principio, lo que facilitaría las carreras y seria más vistoso para los espectadores. Una vez que el juego ya estuviese “más lanzado” y en un horario con menos tráfico, los participantes podrían ir hacia zonas más periféricas sin tanto peligro si tuviesen que pegar una carrera ante los “Z’s”


  • ·        Los que vivieron el juego más de cerca, también se quejaron de que en la presente edición no hubo tantos zombies rápidos como en otras ediciones de otros pueblos, pero eso ya no sé cómo valorarlo desde mi desconocimiento.


Seguramente haya más aspectos a mejorar del juego para que se adapte mejor a nuestro pueblo, pero creo que a groso modo, el evento es una opción de ocio para público joven más que valida, aunque eso sí, se agradecería el que se reforzase la seguridad para público y participantes.



lunes, 10 de septiembre de 2018

Ciudad arrasada...




Solamente unos pocos rayos de la luz del Sol conseguían abrirse hueco entre el cielo gris y plomizo tras el Gran Estallido que dejó una gran nube tóxica. Un paisaje desolador de vegetación arrasada y extinción de casi toda vida (vegetal y animal) sobre la faz de la Tierra.

Solamente unas pocas especies cuyo hábitat está bajo tierra han logrado sobrevivir y continuar con su vida gracias a su hábitat y a su capacidad de adaptación que les permite alimentarse de carroña y sobrevivir a la radiación.  Cucarachas, ratas y otros insectos y roedores, campan ahora en las desérticas calles sin vida inteligente ni muchos de los animales y mascotas que estábamos acostumbrados a ver.

Sin embargo, hay gente que asegura haber visto una especie similar al hombre que habitaba La Tierra con anterioridad al Gran Estallido. Estos seres mutantes, viven como las ratas alimentándose de la basura y se rumorea que practican la coprofagia e incluso el canibalismo, pues son capaces de alimentarse de individuos de su propia especie.

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Hasta aquí la ficción que podría servir de arranque al “Survival Zombie” del próximo sábado noche. Sin embargo uno ve el paisaje villalbino y empieza a pensar maliciosamente, si la elección de nuestro pueblo como “tapiz de juego”, ha sido casualidad o ha venido propiciado por sus inmejorables atrezos con los que adornar y hacer más realista el juego.

No nos falta de nada oiga. Calles oscuras con múltiples farolas apagadas o que no paran de ofrecer su suministro de forma intermitente. Roña y carroña por cada esquina con sus correspondientes malos olores (para poder disfrutar del juego con todos los sentidos). Y espacios naturales arrasados como si hubiese caído la bomba de Chernóbil en sus alrededores. Si han dado un paseo por la dehesa a la altura del Vázquez Díaz y prestado un mínimo de atención a los árboles que se plantaron a bombo y platillo hace dos años, sabrán perfectamente de que les hablo.

Total, que solo nos faltan los zombies, ¿o no? Vaya usted a saber. El caso es que el próximo sábado tendremos el desembarco de unos cuantos de ellos para completar la pesadilla y disfrutar de la segunda edición de este evento en nuestro pueblo. Lástima que esta durará incluso una vez finalizado el juego y Villalba seguirá en “Estado Zombie”.