Si algo me ha dejado claro la entrada precedente del blog a
juzgar por la acogida de la misma, es que Collado Villalba es un pueblo que
vive en el recuerdo y en la nostalgia de un tiempo que tal vez no fue mejor,
pero que si auguraba un futuro bastante más positivo que nuestro presente y
seguramente que nuestro futuro. No sé hasta qué punto es bueno vivir siempre
recordando el pasado, pues más bien soy de los que creen que cada cierto tiempo
hay que mirar hacia atrás para aprender las lecciones que nos da y no
resignarnos a la autocomplacencia, algo que se nos da muy bien. Quejarnos y que
sean otros los que nos saquen las castañas del fuego e inventen soluciones.
Por eso, cuando alguien tiene una idea nueva sustentada en
un proyecto a medio o largo plazo y que supone un grado importante de
innovación, me parece que lo mínimo que hay que hacer es apoyar esa idea,
aunque en un primer momento sea un poco quijotesca. Otra cosa es auspiciar
delirios megalómanos.
Tal vez hace tres años, el proyecto del Club Andraga de
gimnasia acrobática fuese un proyecto quijotesco, aunque llegase de la mano de
una persona de ascendencia búlgara. Pero a día de hoy es un proyecto innovador
no solo de futuro, sino una bonita
realidad.
A más de uno nos ha costado ubicar a la gimnasia acrobática
(disciplina a la que se dedica este club) entre la gimnasia rítmica y la
deportiva, que son las dos disciplinas más conocidas para el profano, no sé si
por ser las dos olímpicas.
Lo cierto es que poquito a poco y sin prisa, pero sin pausa,
el Club Andraga se ha conseguido hacer un importante hueco dentro de nuestro
municipio como lo demuestra el que cuenten con más de 150 niños entre
actividades extraescolares, escuela y club deportivo. Además de estar presente
en Moralzarzal.
Y todo ello pese a la falta de medios para poder desarrollar
su actividad, pues las instalaciones no reúnen las condiciones para poder ser
competitivos. No tener un suelo de calidad y un lugar de entrenamiento de las
dimensiones sobre las que luego hay que competir, limita mucho el rendimiento y
la progresión de los gimnastas. Aún así, los resultados están comenzando a
llegar y este año en el Campeonato de España, la pareja junior compuesta por
Blanca Domínguez y Elena Faura, lograron la primera medalla en este campeonato
para el club con un bronce. Una medalla que tal vez tenga un cierto gusto
agridulce, pues el ejercicio no les salió tan bien como en otros campeonatos
anteriores al de España, como por ejemplo en el Primer Open de Gimnasia
Acrobática de Collado Villalba, otra fecha importante sin duda en la corta
historia de “nuestro club”, pues supuso traer a gimnastas de muchos puntos de
la geografía nacional hasta el pueblo y ponerlo en el mapa como referente de la
gimnasia acrobática.
Pero en Valencia también se puso de manifiesto la clara
mejoría de los participantes serranos con respecto al año pasado. Puede que
esto sea el principio de un largo camino de éxitos o no, pues a partir de ahora
al club le toca lidiar con nuevos hándicaps hasta ahora desconocidos. Llegados
hasta la posibilidad de presentarse a los campeonatos importantes, ahora toca
competir, y difícil será la formación de parejas realmente competitivas si la
base no crece de forma sustancial. Del
mismo modo, toca la difícil misión de los entrenadores de gestionar
“éxitos y fracasos”. Hasta ahora todo ha sido mirar hacia delante y con los
mismos compañeros. Tal vez ahora la cosa se complique si para lograr una pareja
más competitiva hay que separar a gimnastas que llevan entrenando juntos dos o
tres años, sin que ello suponga una quiebra en la harmonía que hasta ahora ha
existido no solo entre los críos, sino también entre los padres y los
entrenadores, pues todos remaban en la misma dirección.
Y todo ello en unas instalaciones de hace más de 30 años,
que no reúnen precisamente las mejores infraestructuras para el desarrollo de
una actividad tan específica como lo es la gimnasia acrobática.
Pero lo dicho, no caigamos en la autocomplacencia y el
victimismo, y tratemos de dar un empujoncito a un proyecto nuevo, un proyecto que
ha colocado a Collado Villalba no solo como Capital de la Sierra en esta
disciplina, sino como capital autonómica, pues lo logrado en Valencia hace unas
semanas por Blanca, Elena y todo el equipo capitaneado por Dennitza Nicolova,
es un hito en esta disciplina a nivel autonómico. El camino será largo y
plagado de dificultades, pero el éxito será por ello doblemente dulce.