Para empezar, debemos resaltar que estamos ante un temporal
excepcional al que ha dado continuidad una bajada seria de temperaturas que ha
hecho que la nieve y el hielo hayan acampado incluso en el centro de Madrid
capital durante más de diez días. Ni los más viejos del lugar recuerdan algo
así.
Seguramente haya tenido algo que ver que el frente entrase
barriendo desde suroeste hacia el noreste. Todos los que llevamos años viviendo
en Villalba, sabemos que las tormentas y frentes más virulentos son los que nos
alcanzan por la retaguardia desde la capital y nos envuelve entre Galapagar y
El Escorial para arrinconarnos contra la Sierra.
Eso es lo que ha provocado que las zonas del sur de Madrid
hayan sufrido más el temporal de nieve que los municipios serranos.
Ante esto surge la inevitable pregunta ¿ha faltado previsión?
En mi opinión no. Pues el aviso se dio por parte de la AEMET
con antelación más que suficiente. Recuerden, que antes de la gran nevada ya se
nos anunció una pequeña avanzadilla para el día anterior.
En el caso de nuestro municipio, en cuanto cayeron los
primeros copos de esa avanzadilla ya se comenzó a actuar, con lo que está claro
que en este punto nada que objetar.
La siguiente cuestión es si estaban dotados de medios
suficientes los operarios para hacer frente al temporal.
La respuesta a esta pregunta es doble. Por un lado, está
claro que ha sido como ir a la guerra con tirachinas. Los medios se han quedado
cortos ante las dimensiones del desafío. Sin embargo, no creo que los
ayuntamientos de la zona deban hacer inversiones mastodónticas en máquinas
quitanieves y otros recursos de esta índole. Desconozco el material exacto con
el que cuenta el Ayuntamiento, pero una inversión tan gravosa para un uso tan
limitado no parece razonable. Tal vez se haría preciso analizar un inventario
de los recursos y ver si hace falta alguna compra puntual. Comprar una
quitanieves puede estar justificado, pero hacen falta gentes que lo manejen y ahí
es donde la factura ya se dispararía.
Además, esta nevada nos ha enseñado unas cuantas cosas de
cara al futuro. Las máquinas “apartan” la nieve, no se la comen ni la hacen
desaparecer. Esas montoneras de nieve que se generaban al paso de las máquinas
se deshacía muy lentamente convirtiéndose en agua que escurría por aceras y
calles, lo que cuando caía la tarde y bajaban las temperaturas, provocaba el
rearme del enemigo, el hielo. Se limpiaban las zonas claves, pero era preciso actuar
nuevamente al inicio de cada jornada.
Este punto de tener que volver a actuar día tras día sobre
los enclaves básicos, seguramente ha provocado que se haya tardado más de lo
deseable en trabajar sobre algunas urbanizaciones, en especial las que más a
las afueras están. Llegados a este punto, sería también interesante analizar la
relación de servidumbres que cada comunidad de propietarios tiene con el
Ayuntamiento para saber a quién le corresponde el tema del mantenimiento de la
calle. Como también habría que ver como regula la ordenanza correspondiente el
tema de la limpieza de las aceras frente al domicilio de cada uno. Recordar que,
en casi todo el mundo, el propietario de la finca que da a la calle es el
responsable de su mantenimiento y limpieza en estos casos, pudiendo recibir
multas muy importantes y siendo responsables civiles ante caídas y accidentes.
En este punto no sabría decir si en caso de no existir tal
ordenanza, se debería legislar en ese sentido. Pero sí que ha quedado reflejado
que han sido muchos los que han reclamado muy alegremente unos servicios que
eran de imposible cumplimiento por más que el Ayuntamiento hubiese tratado de
prestarlos. Me habría gustado ver la cara de algunos si se hubiese tomado la “vía
Boadilla”, donde el ayuntamiento ha prestado 2000 palas para que los vecinos
pudiesen limpiar sus calles. Y es que allí, muchas calles importantes han
quedado reducidas a vías de un único sentido ante la acumulación de nieve por
ambos lados. Una situación mucho más limite que la vivida en Villalba.
Se trataría de que se constituyese una comisión para diseñar
un plan de actuación urgente que permitiese el poder contratar de forma exprés
a empresas de la construcción que tuviesen excavadoras, bulldozers y ese tipo
de maquinaria, para poder actuar de forma supervisada por el ayuntamiento en
los accesos a esas urbanizaciones y otras áreas donde no se llega por los
medios propios tan limitados. Se trataría de su utilización solo en casos
extremos, pero ha quedado probada su eficacia en este temporal para habilitar
los parkings de grandes superficies, por poner un ejemplo.
Se trata de que aprendamos de lo sufrido para limitar el
daño si volvemos a vernos en una situación similar. Pues como he comentado, no
creo que el acopio de medios sea productivo y la excepcionalidad de lo sucedido
no lo recomienda.
Con respecto a la solicitud de “zona catastrófica”, parece
que los daños en esta zona no han sido tan cuantiosos como en otras áreas de
Madrid, pero evidentemente, haberlos los ha habido. Árboles que no han
aguantado el peso de la nieve, toneladas de sal que habrán quemado la
vegetación, reventones en cañerías de alguna instalación pública…
Afortunadamente no ha habido que destacar daños personales más allá de alguna
fractura de huesos como consecuencia de alguna caída. Pero parece que hemos
salvado la situación complicada que se habría dado de colapsar las cubiertas de
alguna instalación o por el desprendimiento de la nieve acumulada en tejados y
terrazas.
En definitiva, que la nieve es bonita, pero en Baqueira o
para verla un rato por la ventana o hacer algún muñeco. Pero el tratar de
llevar una vida normal rodeado de hielo durante más de 10 días, se hace
complicado. ¿Quién no se ha sentido como el argentino en Toronto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario