Las predicciones meteorológicas fallaron en la primera parte
de la semana, cuando ya se anunciaron algunas precipitaciones débiles en forma
de nieve en los días previos y que no llegaron a producirse. Sin embargo, nos
plantamos en el miércoles con el anuncio de una gran nevada confirmada.
Empezaría el jueves con un aperitivo al que seguiría la gran nevada.
Llegue a ver noticias en las que se anunciaban tres
escenarios:
- El primero con precipitaciones entre los 5 y los 10cm
- El segundo, ya más serio anunciaba precipitaciones de hasta cerca de 40cm
- Y el tercero, al que clasificaron de apocalíptico, con espesores de más de 70cm
Así que todos estábamos más o menos informados de lo que se
podía venir. A mi particularmente, lo que más me preocupaba era la predicción
que daba casi 36h de nieve consecutivas (y porque el jueves no cuajó) y de una
cierta intensidad. No iba a ser una nevada agresiva, pero sí de larga duración.
Así pues, a partir del viernes, todo fue sucediendo más o
menos conforme al guion que nos planteaba la AEMET. Comenzando las nevadas en
torno al mediodía e intensificándose conforme iba pasando la tarde hasta que
empezó a cuajar al final de la misma y principios de la noche.
Fue a partir de las 20:00h cuando ya se vio que todo iba a
ponerse feo. El servicio de Cercanías empezaba a estar contra las cuerdas y se
anunciaba la cancelación del mismo a partir de las 22:00, algo que al final no
sucedió y que habría dejado a miles de personas literalmente en la calle y sin
posibilidad de volver a sus domicilios.
Por otro lado, las carreteras empezaban a tener ya muchos
problemas, tanto por la nieve como por la falta de conocimiento e indisciplina
de los conductores. Seguimos usando el carril izquierdo de las autovías y
autopistas a pesar de que por los indicadores luminosos (en todos y cada uno de
ellos) se nos indique que no lo hagamos. Ese carril tiene que quedar libre para
facilitar que las quitanieves puedan pasar a abrir camino, de lo contrario las
dejamos atrapadas y sin poder funcionar. Y eso es algo que deberíamos haber
aprendido ya pues, aunque no haya nevadas de estas características de forma
frecuente en la zona, si hemos tenido otras que ya han tenido idénticas consecuencias
en este sentido.
El resto del desarrollo del paso de Filomena ya lo conocemos
más o menos, así que vamos a pasar al análisis de lo sucedido en Collado
Villalba.
El jueves y con la llegada del primer barrido de Filomena,
el Plan de Inclemencias Invernales entró en acción esparciendo sal durante toda
la jornada. Este plan según el Ayuntamiento, implica la actuación de cerca de
200 efectivos. Ojo, que se engloba en esta suma a Policía, Protección Civil, empleados
de la brigada de mantenimiento y personal de las contratas de limpieza y
jardines.
Así que si tenemos en cuenta que algunos de estos efectivos
han tenido que seguir prestando sus cometidos habituales (aunque fuese de forma
casi residual), que los servicios se han prestado durante las 24h del día
durante varios días, lo que implica que aun estirando las jornadas entran en
acción los preceptivos y necesarios descansos del personal, podríamos hablar de
que en todo momento habría trabajado un abanico de entra 40-120 personas a lo
sumo durante lo más crudo del temporal. Que la gente se borre de la cabeza la
idea de 200 personas tirando sal a la puerta de su casa. Así que tomemos como
referencia 80 personas y díganme cómo distribuirlas a lo largo de la geografía de
nuestro municipio. Y eso que aquí nos vemos beneficiados de ser un pueblo
pequeño. Imagínense cuando llegaran desde El Escorial a limpiar a Las Zorreras
o desde Galapagar a El Pocillo.
- Salidas y entradas de la A6 y puentes de paso al centro.
- Accesos a Hospital y centros de salud
- Accesos a estaciones de autobuses y trenes
- Calle Real, Honorio Lozano, Batalla de Bailen y Carretera de Moral para poder unir la zona de la estación con la del pueblo y evitar la incomunicación de este último.
Empiecen a repartir efectivos y verán que con esos puntos
que son los más básicos empiezan a no cuadrar las cuentas y más cuando la
intensidad de la nevada provocaba que el trabajo realizado se anulase en menos
de una hora. Que la sal no borra la nieve, solo le hace más difícil que cuaje y
que haga falta más cantidad para ello, pero Filomena venía sobrada. Además,
cada cierto tiempo hay que ir a repostar sal y eso resta su buen tiempo.
Por eso no nos debe extrañar que el sábado y a pesar de los esfuerzos titánicos de unos cuantos trabajadores, el panorama fuese similar al de Toronto o Chicago. En esos momentos “comenzaba la fiesta” de la parte lúdica de la nieve para una gran mayoría de vecinos, pero los empleados del dispositivo ya llevaban en sus lomos dos jornadas maratonianas. Y eso los que han agarrado la pala estos días ya saben lo que significa y lo poco que cunde. Pero era sábado, la nieve estaba blandita y molaba hacer muñecos de nieve. Y seguía nevando…
Fotos cortesía de Jose María Simón y N.H.
Continuará…
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