A principios de mes y tras alcanzar la cifra de 300 amigos en Facebook, hice una primera reflexión sobre lo que las redes sociales, hasta ese momento grandes desconocidas por mí, me estaban aportando y lo que tenían de positivo, pues empezaba a interactuar de forma más frecuente con los posibles seguidores de mi blog a la vez que iba ganando adeptos.
Pero no todo eran caminos de rosas y comenzaba a ver los primeros inconvenientes de mi presencia o más bien la de mi blog en las redes sociales, donde comencé a recibir todo tipo de mensajes que nada tenían que ver con mi forma de pensar y con el germen que hizo que Crónicas Villalbinas comenzase su andadura por la red.
Este uso abusivo por parte de ciertos usuarios de mi muro, me llevo a la decisión de eliminar la posibilidad de que se pudiesen abrir temas en el mismo y a que se me acusará de censor y otras cosas más.
Unos días más tarde, agarre mi cámara de fotos y desde un punto elevado del municipio pude tomar algunas instantáneas de un atardecer villalbino en el que las bandadas de pájaros cruzaban el cielo al igual que a varios pies de altura por encima lo hacían varios aviones que entrelazaban las estelas de los humos de sus reactores. Abajo un enorme atasco rompía con esa paz, fruto del asfaltado de la rotonda de la carretera de Moralzarzal.
A mediados de mes, fue otra foto la protagonista del blog. Se trataba de una foto subida en el Facebook de la antigua estación de ferrocarril de nuestro pueblo, una imagen que muchos de los habitantes del mismo no han podido llegar a contemplar. Como comentario a la misma, fueron muchos los recuerdos en torno a la Plaza de la misma que pudimos compartir, ya que esta entrada fue de las que más juego dio tanto en el blog como en Facebook. Este estimulo hizo que en más de una ocasión a lo largo de este año, la nostalgia se haya adueñado de este blog.
Pero irremediablemente, las obras del barrio de Pradillo Herrero volvieron a ser protagonistas del blog a lo largo del mes de febrero. Y es que las molestias que los vecinos estábamos sufriendo por la lentitud en su desarrollo y la falta de coordinación y medios era algo más que notable. Mientras Ayuntamiento y Comunidad de Madrid tiraban balones fuera en cuanto a la responsabilidad en la ejecución y desarrollo de la misma, algo en lo que ya no se pueden refugiar para darla por concluida, pero esta obra va camino de ser más larga que la obra de El Escorial como decía en otra entrada. Y es que algunos remates siguen a la espera, ya que parece que los contenedores de la basura y las papeleras no van a llegar nunca. Tal vez sea para no tener que recoger la basura que se deposite en las mismas.
Pero cerré el mes con el que a título personal ha significado uno de los peores momentos desde que inicie mi andadura bloguera. Y es que la unión del blog con el Facebook y la politización que se hizo del muro del mismo hasta el momento en que decidí controlar más los contenidos, me llevo a una situación realmente incomoda en la cual poco menos que me tocó hacer como al Rey Salomón y elegir entre dos de mis mayores aficiones y retos. El mantenimiento de un blog que me ha permitido expresarme libremente y reflejar aspectos de la vida de este pueblo en el que llevo viviendo toda mi vida o el colaborar de una forma más visible en la Tragamillas, proyecto del que llevo siendo participe casi desde su creación.
Al final las sesgadas intenciones de algunos de los visitantes de mi muro me obligaron a tomar la decisión de no hacer comentarios sobre el evento deportivo en mi blog y en mi muro en beneficio de todos, aunque en contra de mi voluntad colaborar de manera mas activa para mantener viva una competición como está dentro de mi pueblo y por supuesto perdiendo un buen número de visitas, que si bien no es el fin último del blog, sí que es una cosa que da una cierta satisfacción.
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