Conforme nos acercábamos a la fecha y se iban confirmando
las candidaturas, teníamos claro dos cosas. La primera que no habría gobierno
en mayoría y que las coaliciones o pactos se iban a hacer imprescindibles y la
segunda, que nos íbamos a topar con una campaña electoral especialmente
intensa.
Creo no equivocarme si aseguro que ambas cosas se han dado.
Y como para la primera de ellas estamos en una fase
embrionaria de todo el proceso, permítanme que me pare en la segunda, el
desarrollo de la campaña.
Desde el momento en que varias de las candidaturas procedían
de escisiones de otros partidos y puesto que iba a multiplicarse el número de
comensales para el mismo pastel, estaba claro que la campaña iba a ser “a cara
de perro”. Sin embargo, me temo que todo lo que podíamos pensar se nos quedó
corto y la realidad supero todo lo esperado.
Siempre se ha disparado con fuerza al enemigo y se ha rozado
en algunos casos la descalificación, pero en el caso de las elecciones que han
pasado, nos hemos encontrado con que algunos han traspasado todas las líneas rojas
existentes hasta ahora y hemos visto insultos, no solo hacia otros candidatos,
sino incluso hacia otros vecinos que comentaban por las RRSS o se posicionaban políticamente
en las mismas.
Cada uno es mayorcito para saber cómo le ha ido en la feria
con la estrategia seguida, pero en mi opinión es una lástima que esas formas y
esas tácticas de “sicarios virtuales” hayan dejado en un segundo o tercer plano
(creo que en algunas candidaturas incluso las ha anulado) las buenas propuestas
que pudieran ir en los programas y sobre todo, el trabajo de mucha gente que ha
volcado su ilusión y dedicación para la cita electoral, en muchos casos
exponiendo aspectos privados aún a sabiendas de que la recompensa en forma de
puesto en la Plaza de la Constitución era casi imposible.
Y como repito, es una lástima porque todas las candidaturas tenían
miembros de valía y muy implicados con el pueblo. Esperemos que no se hayan
quemado tras esta campaña electoral en la que ha habido demasiado pirómano.
Permítanme que me quede con el “Fair Play” que pude observar
entre los miembros de algunas candidaturas, especialmente de los partidos más
pequeños que se intercambiaron mensajes deseándose suerte y que compartían con
ilusión esos momentos previos.
Esta legislatura no ha hecho más que comenzar y esperemos
ver más mensajes y políticas de conciliación y menos pirómanos, aunque más de
uno habrá agazapado entre los matorrales.
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