domingo, 9 de diciembre de 2012

Pitingo y la portera.


Han pasado ya unos años, pero aún así parece que Villalba se hubiese sumergido en una especie de túnel del tiempo (si incluso al hacer analogías sale el “palabro”) que condiciona la actualidad política y social del pueblo.

En algunos casos se ve que hay intereses creados y deudas por los que conviene mantener calentita la historia más allá de sus trámites en los juzgados. Unos por  querer que o  nada del “Josepablismo” y otros por defender su honestidad.

Y si bien es cierto que conviene tener memoria, más que nada para no olvidar lo sucedido y no volver a tropezar en la misma piedra, no sé cuanto bien hace el estar dando vueltas y vueltas a la misma canción día tras día.

Bueno, esa era una duda que me planteaba hasta ver algunos comentarios en las redes sociales a raíz de mis últimas entradas. Y es que defender al PSOE o a José Pablo, no debe significar nunca el vivir de espaldas a la realidad e ignorarla. ¿O es que los votantes del PSOE tienen tan mala memoria que no recuerdan lo sucedido en estos últimos años y es preciso que “Lobo Cojo” se lo esté recordando semana tras semana? Así difícilmente devolverán la confianza en el  partido y a quien ostente la misión de dirigirlo sea Juan José Morales, Rosana Crespo o Rita la Cantaora.

Las urnas dejaron bien claro que José Pablo se equivoco, pero por desgracia para el socialismo villalbino algunos siguen con las argumentaciones pueriles como la de que “ha hecho mucho”.

Analicemos este último punto.

Recordemos siempre que lo que ha hecho ha sido con dinero público, nuestro dinero. Un dinero que no supo gestionar ni administrar. ¿Recuerdan la famosa frase de “invertir en cultura no tenia precio”? Claro, con el dinero de los demás efectivamente no lo tenía, pero los derroches del Viajazz los pagábamos todos, desde Elton John a Pitingo.

Ha sido mal común de los políticos de este país el disparar con pólvora ajena y ni que decir tiene como estamos. Han sido todos como esas madres que en cuanto el niño dice “quiero”, con tal de no escucharle le compran el caramelo y el juguete. Pero algunos se han pasado e incluso se los han dado sin pedirlo y ahora tienen niños consentidos y con la crisis no les llega para ir a la “pelu” y así me van con esos pelos. ¿Quieren más esas madres a sus hijos que aquellas que sabiendo que no se lo pueden  permitir o no podrán permitírselo siempre, educan a sus hijos en la responsabilidad y su prioridad es cubrir sus necesidades?

Que los juzgados dirán si hay delito o no. Pero la nefasta gestión económica esta patente en cada paseo que se dé por el municipio. Y eso lo sabia hasta la señora de la limpieza por mucho que algunos estén todavía sin quitarse el antifaz que no les deja ver.

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