Como si en el túnel del tiempo nos encontrásemos, van
pasando los días y los meses y todo permanece igual en este municipio en el que
habito. No sé si esto deber ser considerado como algo bueno o malo, pero lo
cierto es que todo o casi todo lo que no me gustaba hace un año sigue estando
tal cual después de casi diez meses desde que se cambiase el equipo de
gobierno. Y es que hasta ahora, podríamos decir que han cambiado las caras,
algunos modos y algunas intenciones, pero el resultado sigue siendo el mismo.
Cierto es que el principal problema del municipio tanto a
corto como a largo plazo, es solucionar el tema de la deuda para poder llevar a
cabo políticas que puedan ser sostenibles en todos los ámbitos por parte de las
distintas áreas del municipio. Es muy difícil hacer cosas cuando solo
encuentras el vacio más absoluto en los bolsillos.
Pero lo que no se puede ignorar es que los problemas siguen ahí
y seguramente muchos vecinos les votasen para dar solución a los mismos. Las
calles siguen estando extremadamente sucias, incluso en según qué casos,
llegando a una insalubridad peligrosa como pude comprobar el pasado viernes
mientras corría camino de la subida de Fontenebros esquivando de forma continua
las heces de canidos e incluso équidos. No se trata de un lugar muy transitado
y casi la mayoría de su tráfico es rodado, pero no se puede permitir que dicho
lugar presente un estado semejante y la “mierda” acumulada en el no era “flor”
de un día. No se puede dejar todo a la buena conciencia de la gente que lleva
su bolsita para retirar los excrementos de su perro, ya que muchos no lo harán y
bien que lo siento por aquellos que si lo hacen y tienen que sufrir el estigma
que asocia el tener una mascota a generador de basura y molestias por muchascampañas que se hagan como en el Ayuntamiento vecino de Galapagar.
Del insoportable olor a orin humano tambien podriamos hablar largo y tendido, pero me temo que conforme llegue el buen tiempo y esta frangancia se convierta en el clasico del momento tendremos tiempo para hablar del "eau de orin fermenté".
Otro de los asuntos que preocupaba y mucho en Villalba era
el de la inseguridad y por desgracia, seguimos teniendo ejemplos a diario de
que nuestro municipio dejó de ser seguro hace tiempo. El trapicheo de drogas
sigue existiendo y campando a sus anchas por los sitios de siempre y los robos
son demasiado frecuentes. Que nadie diga que es por culpa de la crisis el
aumento de los mismos, porque no son barras de pan lo que se roba, sino cosas
con las que poder luego especular o revender como fragancias o teléfonos móviles.
Solo en este fin de semana han sido robadas una céntrica perfumería de alta
gama y una tienda de móviles a altas horas de la madrugada. Como pueden
comprobar productos de máxima necesidad.
Pero claro, en un país donde un individuo como el Rafita
sigue campando a su antojo, poca esperanza se puede tener que esto acabe, ya
que aunque la Guardia Civil hubiese detenido a los ladrones tras su fechoría,
probablemente hoy ya estarían fuera riéndose de todos nosotros.
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