lunes, 13 de agosto de 2007

Huidas, persecuciones y detenciones


El pasado lunes día 6 de agosto, una parte de Collado Villalba vivió sobrecogida durante buena parte de la tarde.

Cerca de las 18:30h varias dotaciones de la Guardia Civil, en coche y en moto, así como policía municipal y Bescam acudían a la esquina situada entre Francisco Crespo y Marqués de la Valdavia. La confusión era enorme con todos los vecinos asomados a sus balcones tratando de encontrar la respuesta a una situación tan extraña.

Una hora mas tarde la confusión seguía reinando en la zona. ¿Qué estaba pasando? La circulación por Marqués de la Valdavia ni en el resto del barrio se vio afectada, salvo en la citada anteriormente Francisco Crespo. Pese a todo un fuerte dispositivo policial con precinto en mano estaba preparado para si fuese menester cortar el trafico en cualquier momento. Justo cuando el que esta relatando la presente pasaba con su vehículo, un Guardia Civil tomaba su CETME del vehículo. Fuere lo que fuese lo que estaba ocurriendo estaba claro que era de proporciones bastante importantes o al menos podía representar un notable peligro a juzgar por las medidas de protección que se estaban tomando.

Cuando salgo por la famosa cuesta de Peñanevada I, vía sobre la que espero se tome una decisión sobre su puesta en circulación como vía de sentido único, observo que el dispositivo es aún mayor de lo que suponía, ya que por la zona de arriba de la urbanización, la que da a la avenida Juan Carlos I también hay alguna patrulla de la Guardia Civil. ¿Estarían buscando a alguien por la zona? ¿Habría también policía por la zona ajardinada de la citada urbanización?

El caso es que al parecer el motivo de tan amplio despliegue de seguridad se debió a que se había producido un robo en la zona de Honorio Lozano y el delincuente o delincuentes huyeron por ese barrio con su botín, que por lo que se cuenta ascendía a 24000€. Una vez acorralados en este barrio fueron reducidos y detenidos con alguna anécdota incluida.

Pero lo más curioso es que solamente tres días después se volvía a vivir otra persecución. Al parecer un coche circulaba a gran velocidad por la Carretera de La Granja. Se trataría de un coche robado, que a su paso puso en peligro a otros coches así como a los peatones que se disponían a cruzar por alguno de los pasos peatonales de la zona, siendo derribados por la turbulencia del coche a su paso.

Al parecer los Guardias Civiles del cuartel salieron rápidamente del mismo al ver lo que estaba sucediendo y se pusieron manos a la obra en la captura de los ocupantes del vehículo robado. El cual en su huida entro en el polígono P-5, en cuya entrada los Guardias Civiles pusieron varias unidades atravesadas para poder evitar su salida.

Por lo que se nos cuenta la situación fue muy tensa, pues llegaron a formar una “línea de tiro” y salieron hasta miembros de la benemérita que no estaban de servicio en apoyo de sus compañeros, incluso en bañador. Finalmente, el vehículo acorralado fue detenido.

Dos sucesos similares y extraordinarios en una misma semana y resueltos de forma similar gracias a las fuerzas de seguridad, unos delincuentes chapuceros y al particular desarrollo urbano de nuestro pueblo y sus circunstancias especiales por las obras, que han convertido el tráfico en el mismo en algo casi imposible y donde te ves con demasiada frecuencia en algo que es como una ratonera. Por ello Villalba puede entrar en el libro de los records como el pueblo en el que la justicia siempre triunfa y es que completar el delito sin ser capturado en la huida parece bastante difícil con este tráfico que nos tiene aprisionados.

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