lunes, 15 de octubre de 2012

MADE mia, como hemos cambiado (I)


Después de unas cuantas actualizaciones que habían sido planificadas tiempo atrás, salpicadas por algún evento puntual de actualidad, me enfrento al reto de seguir adelante con el blog estando bastante falto de ideas.

Por ello me puse a ojear la otra tarde un libro de los varios que están en la estantería, “Cosas de mi Pueblo” de Luis Antonio Vacas Rodríguez. No se trata de un libro de “la historia” de Collado Villalba, sino un libro de “historias y visiones” de Collado Villalba. En él, la visión y opinión del autor trata de acercarnos lugares y personajes de la historia de este municipio, principalmente de la primera parte del siglo pasado.

Muchos de los capítulos del libro son interesantes por cuanto gracias a él, podemos saber el motivo por el que se “bautizó” con tal o cual nombre un lugar o estancia municipal. Pero como repito, no se trata de un libro de historia al uso con datos científicos.

Como ya hice en otra ocasión un “fusilamiento” del citado titulo, no era cuestión de volver a tentar la suerte de enfadar al autor por aquello de la propiedad intelectual. Sin embargo el ojear el libro me puso en la órbita (justo el día en que “Rafa” se tira desde la estratosfera en caída libre) de la que debía ser la siguiente entrada. Una deuda imperdonable que debía saldar y para cuyo pago si debo reconocer que he tirado de bastantes datos del citado libro.

Y es que tiene delito que tras casi seis años de andanzas con el blog contando historias del pasado y del presente de Collado Villalba, no hubiese dedicado una entrada a MADE, motivo por el que soy Villalbino desde que nací.

Y es que mi padre como tantos otros jóvenes de su época, tuvo que emigrar de su pueblo natal en búsqueda de mejor suerte, lo que le trajo hasta Collado Villalba a trabajar en MADE. Pero la historia comenzó unos cuantos años antes, cuando se comenzó a electrificar la línea ferroviaria Madrid – Segovia.

Las empresas encargadas de tal tarea (SEMI – ABENGOA – GRANDES REDES) tuvieron grandes problemas con el suministro  de varias piezas de forja que llegaban a su destino tarde y mal. Por ello en 1940 deciden formar un pequeño taller auxiliar que les solventara el problema. Una pequeña empresa que se ubico en la calle Las Mestas, al lado de SEMI (para los más jóvenes, la antigua Fabrika de Sueños). Se constituyó con un capital de 300000 pesetas y con una plantilla de cinco operarios, siendo su director Julio González-Valerio.

Esta modesta empresa fue capaz de con su trabajo y superación progresar en un entorno muy difícil de materias primas y energía, recordemos que España está recién salida de la guerra y Europa está en plena II Guerra Mundial. Prácticamente todo el metal tiene como fin la industria bélica. Sin embargo, solo siete años mas tarde a MADE le han salido “hermanitos” en Ponferrada y Orense que complementan el trabajo de la fábrica villalbina.

Es por aquel entonces, cuando la fábrica de Villalba comienza a fabricar piezas en serie conforme a un catálogo, lo que debido a la demanda obligó a una ampliación de los talleres del municipio serrano.
Y la empresa, siguió creciendo a ritmo vertiginoso en esos momentos gracias también a otros trabajos derivados de las obras de la línea ferroviaria de Barcelona – Mataró. Hasta el punto de tener que montar un taller provisional en Barcelona. En 1949 el capital social ya alcanza los 6 millones de pesetas.

En Ponferrada y Orense se comienzan a fabricar torres metálicas, mientras que la fábrica de Collado Villalba se especializa en herrajes metálicos con gran aceptación por parte de las empresas de energía eléctrica. Tal es el éxito, que entre 1952-1953 los talleres se vuelven a ampliar y cambian su ubicación al barrio de La Estrella. En ese año el capital ya alcanza los 15 millones de pesetas y se instala el laboratorio de ensayos, lo que permite modernizar la sección de galvanizados y se crea la Escuela de Aprendices.

Pero 1953, es también el año en que llega el famoso martinete alemán que permitirá fabricar piezas de gran tamaño. Paralelamente, la fábrica de Medina del Campo pasa a ser pionera en la galvanización de torres para líneas en España.

En los años sucesivos, la expansión continua y la diversificación de productos también. Empieza la edad de oro de MADE y de forma paralela, la historia que modificó un pueblo de ganaderos como era Collado Villalba a lo que hoy todos conocemos.

Continuará…

2 comentarios:

Nacho dijo...

Totalmente desconocida para mi esta historia... que continúe!!

Fernando dijo...

Interesantísima la historia, llevo 35 años en Villalba pero de MADE los primeros recuerdos que tengo son los chacachaca de cada noche.

Espero con inquietud la segunda entrega :)