viernes, 16 de septiembre de 2016

Encuesta Comercio local

Después de dedicar varias entradas al comercio de Collado Villalba, ha llegado el momento de pedir vuestra opinión sobre cuales son vuestros "grandes comercios" preferidos de nuestro municipio.

Marca máximo 3 opciones.


miércoles, 14 de septiembre de 2016

El mercadillo, el bueno, el de siempre...

Hace un tiempo, recuerdo que en un famoso grupo de Facebook de nuestro pueblo se abrió un debate en torno al mercadillo, principalmente por lo que se refiere a la suciedad que genera, llegando incluso algunos de los participantes en el debate a solicitar la supresión del mismo.

Pues bien, hoy quiero reivindicar la necesidad de que el mercadillo tradicional de Collado Villalba siga celebrándose religiosamente cada martes y viernes como lleva haciéndose desde que la memoria me alcanza y a través de sus distintas ubicaciones (Batalla de Bailén, Cordel de Valladolid y Los Belgas).

Tal vez ya no tenga la importancia de antaño, cuando esos dos días a la semana eran sin duda los más importantes para el comercio local, ya que entonces y en parte gracias a él, Collado Villalba era la Capital de la Sierra en el aspecto económico. Eran muchos los que venían desde Moralzarzal, Alpedrete, Cerceda y otros muchos pueblos a comprar a nuestro mercadillo la fruta, verdura y la ropa y calzado principalmente para los críos.

Está claro que la economía y los hábitos de consumo han cambiado mucho y las diferencias de precio entre el mercadillo y ciertos comercios ya no son tan grandes, amén de que en estos comercios no estás obligado a acarrear 5kg de patatas y otros tantos de naranjas, de que te puedes tomar el tiempo que quieras en probarte y volverte a probar modelos y tallas y sin miedo a poder tener problemas al descambiarlo. Pero a pesar de todo, nuestro mercadillo goza aún de muy buena salud y hay que aprovecharlo.

Por parte del comercio local, ha sido muy habitual el identificar al mercadillo como un enemigo, llegando incluso a acusarles de vender productos que no son legales o de no pagar los correspondientes impuestos por la instalación de su puesto. El problema es que muchos confunden el mercadillo con los puestos piratas que se colocan en las inmediaciones, que no ofrecen ningún tipo de garantías y que no generan puestos de trabajo ni pagan los preceptivos impuestos y permisos. Creo que es injusto tratar a quienes a las 6:30 ya están montando sus puestos (con lo que sabe Dios a qué hora han hecho la carga correspondiente de la mercancía del día) como furtivos, máxime cuando todos tienen puesta bien a la vista su licencia municipal.

Con respecto a las basuras, sí que es cierto que el mercadillo genera una gran cantidad de basura, acorde con el volumen de negocio que mueven. No sé en qué medida se puede mejorar ese aspecto, pero si los demás comercios tienen derecho a una recogida de basuras, ellos también la deben tener. Como digo, seguramente este sea un aspecto mejorable y que ahora con vistas a la firma del nuevo contrato de recogida de basuras no estaría mal que los representantes del mercadillo tuviesen una reunión con los técnicos municipales encargados de la materia, pues es algo complicado la gestión de tal cantidad de basura y de todo tipo cuando no se dispone de una compactadora de residuos.


Por todo ello, creo que esta corporación municipal, que tanto empeño y esfuerzo ha derrochado en inundarnos con mercadillos de todo tipo, debe poner más carne en el asador a la hora de cuidar al que verdaderamente genera riqueza para el pueblo, el de toda la vida. Intensificando el control sobre los puestos piratas, mejorando la retirada de residuos y la limpieza del lugar donde se desarrolla una vez acabado el mismo involucrando también a los vendedores ambulantes. Todo lo demás es un debate absurdo, pues bien claro está, que la zona del mercadillo es la zona donde el comercio villalbino presenta el menor número de locales cerrados del municipio y que los que se quedan vacíos no tardan en volver a ser alquilados. El mercadillo genera cada día un tráfico de miles de personas por sus alrededores y eso es vida para el pueblo y su comercio, una vida que se ha ido marchitando en la periferia del municipio y de la que no gozan otros sectores de la economía de nuestro pueblo antaño tan pujantes y tan fuertes (ocio nocturno, concesionarios automovilísticos, etc). Por todo ello hay más de cien razones para trata de proteger al corazón de Collado Villalba, el corazón que permite que aún haya latidos y un poco de vida en el mismo a pesar de la gangrena de una clase política que no ha estado a la altura de su cometido las últimas dos décadas.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Accordion Man

Hace unos años, dedique una entrada a ciertos personajes pintorescos que me había cruzado en una tarde por la dehesa de nuestro pueblo. Eran esa clase de personas que resulta difícil esquivar con la mirada y que pretendiéndolo o no, logran captar nuestra atención por su aspecto, habilidades u otras cosas.

Pues bien, seguro que para muchos, el personaje del que les voy a hablar hoy ha logrado ya ese cometido. Se trata del tipo del acordeón que cada día está en la Calle Real más o menos a la altura de Bankia.

Rara vez le he escuchado tocar el instrumento, por lo que no puedo juzgar sus habilidades musicales, pero el personaje me llama la atención porque irremediablemente me evoca al famoso “Piano Man” de Billy Joel.

Estoy seguro que detrás de él hay una historia, una historia seguramente apasionante y con origen en algún país del este, donde ese instrumento es muy importante en su folklore. Por lo que quiera que sea, ese músico que seguro soñó con ser una estrella, se ve abocado a vivir en la calle, durmiendo sobre el duro banco que ahora ocupa el espacio del que fuera uno de los kioscos de chucherías más representativos del pueblo.

Cada vez que le veo a mediodía con el terrible calor tratando de dormir la siesta abrazado a su acordeón casi asfixiado y con su  enorme panza mientras alguna baba le escurre por el rostro, me pregunto qué historia habrá detrás de él. ¿Sueños de éxito? ¿Huida de la miseria?...


Sing us a song, you're the accordion man”