martes, 28 de agosto de 2018

Tenemos ganador


El verano va tocando su fin y poco a poco el pueblo volverá a tomar el ritmo tras este parón,  más allá de las vacaciones, al que nos someten nuestros dirigentes municipales. Por segundo año consecutivo, las vacaciones de los empleados municipales se llevan por delante la prestación de servicios a los vecinos con casos tan sangrantes como el cierre de las pistas de atletismo, que ha obligado a los usuarios de las mismas a tener que emigrar a Guadarrama u otros lugares donde poder seguir entrenando.

Pero en medio de esta “siesta veraniega”, quien sabe si tal vez de forma meditada, se nos ha colado una noticia que ha pasado desapercibida para una gran mayoría de vecinos, pero que va a condicionar la vida de muchos de ellos y buena parte del futuro de nuestro pueblo. Ya tenemos proyecto ganador para la reforma de la Plaza de los Belgas, el proyecto Locus  Amoenus.

Ya en esta entrada desgrane algunas de las claves de lo que yo consideraba como un auténtico despropósito en torno a la reforma de la Plaza de los Belgas.

Uno no es periodista, pero intenta tener “fuentes” solventes en la información o trata de contrastar opiniones antes de exponer la propia. El caso de la reforma de la Plaza de los Belgas me parece de extraordinaria importancia, ya que se trata de uno de los pilares de la vertebración urbanística, social y económica del municipio, un error de gran calado podría tener consecuencias devastadoras que dudo que el pueblo pueda permitirse en las condiciones en las que está ahora mismo.

Desde un punto de vista urbanístico, está claro que la plaza carece de belleza alguna tal como está ahora mismo. El perímetro ha perdido parte de sus árboles y los del interior ya ni nos acordamos de que alguna vez existieron. Hace falta darse un paseo por la plaza para ver el parcheo del suelo y darse cuenta de que un día hubo allí un árbol. La decisión de hacer peatonal ciertos tramos de las calles adyacentes puede tener una repercusión importantísima, no solo en esas calles, sino en arterias principales como la Calle Real o Vial Sur, se tiene que estudiar muy seriamente con el departamento de movilidad, ya que el tráfico en Collado Villalba ya es de por si caótico y estas medidas pueden estrangularlo aún más.

En el aspecto económico, estamos hablando de la zona más dinámica comercialmente una vez descontados los polígonos y las grandes superficies. Pese a que hay mucha gente que “desprecia” el mercadillo, si esa zona es la que tiene la mayor tasa de ocupación de Collado Villalba es gracias a él. 

Hablando con una persona que tuvo un negocio en la calle Alonso Pena, me dijo que barajaron dos opciones a la hora de buscar el local, una la finalmente escogida y otra en una calle del interior de la urbanización de Los Belgas. La diferencia del precio del alquiler era casi del triple, pero cuando vieron la diferencia de tránsito entre una calle y otra no había color, como no lo hay en el número de locales cerrados según se dé a la plaza o te quedes en la urbanización.  Del mismo modo, me comentó que sus ventas se doblaban o incluso triplicaban en los días de mercadillo, amén de las ventas que se pudiesen derivar a otros días de gente que había visto sus productos en día de mercadillo y vuelto a por ellos en otro momento. Finalmente, la prueba del algodón, todos conocemos una frutería ubicada en la esquina de la plaza, ¿tiene los mismos precios los días en que esta el mercadillo ofreciendo competencia que los días que trabajan sin ella?
Imagen evento Survival Zombie. (Fotoenfoques.com)

Finalmente, desde un punto de vista social, la plaza se ha quedado como último lugar donde poder llevar a cabo ciertas actividades como conciertos, ferias (food

truck, automóvil, etc…) Vamos, la puntilla a la ya de por si depresiva vida cultural y social de este pueblo tan limitado por la falta de ciertas infraestructuras como un teatro como dios manda.

A pregunta de algún periodista, la alcaldesa dijo que el proyecto puede ser modificado aún, pero la verdad, es que a mí personalmente me parece un disparate de difícil arreglo y que ya estamos ante otra gran cagada.

¿Qué opináis sobre el proyecto ganador?



viernes, 17 de agosto de 2018

Otra seña más...


Cartel anunciador del cierre de Pastelería Hernandez
Un año más, los calores, el cansancio y las vacaciones de otros y las consecuencias derivadas de ellas, provocan que la actualización del blog se convierta en algo pesado y complicado de llevar a cabo a pesar de que noticias y motivos para ello existan.

Sin ir más lejos, la semana pasada perdimos a uno de los villalbinos más notables de la historia reciente y de la más lejana en el tiempo, pues no en balde, fue él quien puso imágenes a aquella parte de la historia de la que casi no existe testimonio gráfico. Sin duda, Julián Redondo era merecedor de un espacio en el blog, pero no llegue a conocer a la persona y al personaje lo suficiente como para poder hacer un juicio del mismo o de su obra y no estoy por la labor de sumarme al carro de un homenaje hipócrita. Ya dedique en su momento una entrada con motivo de una de sus últimas exposiciones y lancé una propuesta al equipo de gobierno para que se rindiese un homenaje “en vida” a Julián.

Pero la vida sigue, aunque a veces no lo parezca, en nuestro decadente pueblo. Un pueblo que como he venido diciendo desde hace tiempo, no solo no avanza, sino que va perdiendo sus señas de identidad a pasos agigantados. Aquella transición de finales de los 80’s y primeros 90’s que nos llevó a pasar de ser un pequeño pueblo a una pequeña ciudad, ha ido derivando a un declive y una oscuridad que contagia hasta el ánimo de los vecinos cuando pasean por sus calles.

La llegada de importantes marcas comerciales a nuestro municipio supuso un tirón para el comercio y la creación de empleo en su momento, sin embargo la digestión está siendo muy pesada, pues como suele pasar en estos casos, el pequeño comercio sufre mucho en esta guerra tan desigual y dinámica.

Con el cierre del mes de julio también llego el cierre a otro negocio mítico de Collado Villalba, el de la Pastelería Hernández. Décadas de años endulzando la vida no solo a los vecinos de Villalba, sino a los de buena parte de la Sierra. Aún recuerdo cuando de niño, el premio por mi “buen comportamiento” era el comprarme una bamba de nata a la salida de misa.

Está claro que ni el marco ni los gustos son los mismos que hace décadas. Posiblemente ese sea uno de los motivos por los que el negocio no haya podido continuar. Ciertamente cuando pasaba por la puerta de la pastelería, rara vez su escaparate me seducía, lo que es realmente preocupante tratándose de un goloso enfermizo como es mi caso. Y no es que yo sea de los muffins o los cupcakes, pero algo me fallaba y por ello ni recuerdo cuando fue la última vez que compré algo en la pastelería (posiblemente fuese incluso de la mano de mis padres). El caso es que con este cierre sumado al de la pastelería de “El Rubio” en El Gorronal hace unos años, pone muy difícil la vida a los golosos, que tenemos como único punto de referencia a "Segado" y “La Espiga de Oro”, que por cierto, tiene también los que en mi opinión son los mejores helados de nuestro pueblo, otra gran cuenta pendiente de Villalba. Cuando quiero comer un buen helado aprovecho mis pasos por Torrelodones o por Guadarrama, donde si hay helados artesanos de calidad.

Interior de "La Espiga de Oro"


Y me surge la gran pregunta ¿por qué motivo en Villalba no hay una buena pastelería o buena heladería, como tampoco hay buenos bares de pinchos, terrazas para tomar una buena copa o cocktail, etc.?

Muy sencillo diagnóstico, pero difícil tratamiento. En Villalba se instaló hace tiempo la mediocridad y no se premia al innovador (poquísimas excepciones hay). A pagar más de 2€ por una cerveza se le llama inmediatamente robo sin mirar todo lo que rodea el lugar y sus servicios. La gente ha primado el precio sobre la calidad hasta puntos realmente preocupantes y como suele ocurrir, la mediocridad llama a la mediocridad. Nos hemos instalado en ella y somos en cierto modo cómplices de que se haya adueñado de nosotros y nuestro pueblo. Somos corresponsables del abandono y tristeza del pueblo, no podemos echar la culpa de todo al Ayuntamiento, aunque desde luego todos los pasos dados han sido para acercarnos al acantilado.

Tenemos que ser nosotros los primeros en mirar por lo nuestro, busquemos esos reductos que pueden hacer resurgir un poco la alegría de ser villalbino. Hagamos hueco para los grandes y los pequeños. Nuestras economías no nos permiten a una gran mayoría el sueño utópico del comercio sostenible y esas cosas, pero de vez en cuando miremos alrededor y pongamos algo de nuestra parte en la balanza en lugar de tirarnos dardos envenenados por las RRSS de las que hacemos un uso tan poco productivo.

Sumemos y no dividamos, ese puede ser un buen primer paso.

sábado, 4 de agosto de 2018

Balance Fiestas de Santiago Apóstol 2018


Imagen del pregón. Fuente: www.aquienlasierra.com 
Terminaron las fiestas de Santiago Apóstol, unas fiestas que han dado mucho de sí, no tanto por su programa como por  lo que ha rodeado a los festejos en torno al patrón.

Como ya dije en la anterior entrada, el programa era flojo, en especial en cuanto al tema musical (si bien es cierto que hay que buscar y rebuscar para encontrar oferta que mejore de forma notable el asunto y que se lo puedan permití ir nuestras arcas). Efecto Pasillo y El Pulpo, formaban parte del programa de fiestas de Las Rozas el año pasado, por poner un ejemplo, así que ya ven como esta el panorama fuera de nuestras fronteras.

No puedo entrar a desglosar las actividades que ha habido en el programa de festejos, pues solo he presenciado los fuegos artificiales y pasos de refilón por el Granito y la orquesta del sábado. Sin embargo estas dos pinceladas, más lo leído a unos y otros por RRSS y el boca-oreja, me permiten hacerme una idea de cómo se han desarrollado las fiestas.

El pregón parece ser que transcurrió sin incidentes destacados más allá de los silbidos a las autoridades y la falta de respeto por parte de unos cuantos al evento. Nada nuevo, pues lleva siendo así desde hace muchos, muchos años.

El verdadero ruido empezó con el tema del activismo anti taurino, que ha cobrado más protagonismo en este año de la mano de un conocido activista que por lo visto es vecino de nuestra localidad. El refuerzo del programa de eventos taurinos no ha sentado muy bien en una gran parte de la ciudadanía, que además se ha visto respaldada por la poca presencia de público en los eventos de pago salvo en el concurso de recortes. Los encierros, como siempre lleno absoluto.

Pero sin duda, estas fiestas van a pasar a la historia como las fiestas más “marrulleras” que se recuerdan. El Ayuntamiento tomó medidas para tratar de controlar los botellones masificados y acotó la zona del ambulatorio para que no se llevasen a cabo botellones en el lugar. Sin embargo, el jueves coincidiendo con el Dj Fest o a la finalización de este, se produjeron importantes altercados que precisaron de la presencia de los antidisturbios. Se ha querido echar las culpas de esto hasta al empedrado, pero la cultura del “beber por beber” que se instauró hace muchos años en este país y lo barato que sale el provocar follón, nos llevan a estas cosas. Poco o nada tiene que ver el programa de fiestas con esto.

Cuando el sábado por la noche con la Plaza de la Estación a tope ves a chavales con el Google Maps y te preguntan qué ¿Dónde está la fiesta? Cargando bolsas y mochilas llenas de bebida y que descartan la opción de las carpas en el momento en que les dices que allí no les dejaran entrar con la bebida, ya sabes que van a ir donde van a ir.

Los días siguientes la seguridad se reforzó de forma notable en todos los eventos e incluso se montaron controles de alcoholemia a la salida del pueblo como no recordaba haber visto en otros años. Alguno pude ver el sábado al irme a trabajar. Sin embargo, a pesar de todo el despliegue que hubo a partir del jueves, parece ser que la mala gente y la chusma siguieron haciendo de las fiestas su negocio y camparon a sus anchas. He llegado a leer que se contabilizaron más de 30 denuncias por sustracción de móvil. Y no por el método del despiste, sino por el de la intimidación. Esto sí que es un dato realmente preocupante.

Pero volviendo a los aspectos más lúdicos, parece que fue un acierto el poner una orquesta con repertorio menos clásico y más cañero en la Plaza de la Estación como alternativa al Granito Rock. 

La orquesta sorprendió a más de uno por su calidad (no fue tan “latina” como había visto en los videos que encontré en YouTube) y logró acaparar la atención de buena parte del público que no es amante del Heavy Metal. Por cierto, se comenta que la edición de este año del Granito Rock ha sido de las más flojas y lo cierto es que cuando yo pasé por la Plaza de los Belgas, el aforo no llegaba ni de lejos a la media plaza. ¿Fallos en el cartel y poco atractivo de la oferta? O ¿Desgaste de los años en un festival tan encorsetado?

Como el año pasado, os dejo una encuesta para conocer vuestro grado de satisfacción con las fiestas de este año.