Recuerdo que en su momento ante esta critica por mi parte de
que parecía que Villalba “cerraba por vacaciones”, se me argumentaba que el
personal se tenía que ir de vacaciones, lo cual es justo, pero si en la empresa
privada se ejecuta una planificación que no impide la caída del negocio, no
entiendo que en el Ayuntamiento no se pueda dejar un mínimo de plantilla para poder
llevar a cabo alguna actividad mínimamente atractiva que no resulte un
dispendio ni en lo económico ni en la infraestructura.
No entiendo el motivo por el cual entre la segunda quincena
de junio y julio hemos tenido las fiestas del pueblo, de la mancomunidad de Los
Negrales, mercadillo medieval, día de la bicicleta, semana de la juventud, jornadas
de encuentros de casas regionales, etc. Evidentemente, las fiestas obedecen a
una tradición y un calendario, pero las últimas actividades citadas se podían haber
enclavado en los meses de agosto o septiembre, donde como vengo repitiendo, lo único
que hay es un par de películas de cine de verano, salvo que se repita el “mercado
goyesco” del pasado año.
Si hacen memoria, una de las cosas que dijo nuestro querido
alcalde que iba a potenciar, iba a ser el turismo, al que iba a dar una gran
importancia ya que Collado Villalba era la “capital de la sierra”. Hay que
recordar, que Agustín Juárez es miembro de las Comisiones Nacional y Regional de Turismo del Partido
Popular y que decidió crear una concejalía de turismo, comercio, hostelería y
cultura. Pero en mi opinión, en este capítulo como en otros tantos, se sigue
incurriendo en errores que ya cometieron sus antecesores, pero con el agravante
de haber anunciado a bombo y platillo, que se iban a volcar en este cometido y
que pasaría a ser un objetivo prioritario para la dinamizar la economía y
fomentar el empleo.
Y es una pena, porque
actividades como la semana de la juventud, creo que han sido un éxito y al
estar tan próximas a las fiestas de
Villalba Pueblo, no fueron bien publicitadas ni disfrutadas por la gente a la
que iban destinadas. En definitiva, que una buena idea se pierde por el camino
y no se optimiza por criterios que al menos a mí se me escapan. Así pues,
seguiremos teniendo que “emigrar” a pueblos vecinos en búsqueda de lo que no
tenemos y no quieren darnos aquí.
En la próxima entrada tiempo habrá para hablar de las
fiestas, que dan para bastante más que una entrada ligera como la que hoy pretendía
traer hasta aquí.
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