martes, 21 de diciembre de 2010

Analisis del ocio en Collado Villalba IV. Copas y discotecas

En anteriores entradas de este blog se ha ido analizando el ocio en nuestro municipio desde distintos ámbitos. El ocio ha sido hasta hace poco uno de los pilares socioeconómicos más importantes de este municipio, algo lógico como municipio serrano que es y donde la segunda residencia ha tenido un peso importante hasta principios de los años noventa, cuando poco a poco muchos fueron los que fijaron su residencia estable en el mismo y la economía de nuestro pueblo fue cambiando conforme las necesidades lo hacían.


Aún quedaba por analizar el que posiblemente fuese en su momento uno de los motores más importantes de la economía del pueblo entre mediados de los ochenta y hasta bien entrada la decada de los noventa, el ocio nocturno. No sé si deberíamos llamar a esta década la década de oro de Collado Villalba, pero lo que si está claro, es que en aquellos momentos gozábamos de un estatus e imagen que no hemos conseguido volver a lucir y que parece que no lograremos recuperar.

Durante una parte de esos años aún seguía jugando en nuestro pueblo el famoso equipo de baloncesto ACB e incluso años atrás, existían ofertas de ocio como el minigolf o la bolera, que hoy no tienen cabida en nuestro pueblo. Sin embargo, lo que atraía a miles de personas cada fin de semana y en especial en verano, eran los bares de copas y las discotecas.

Eran otros tiempos y otras formas de divertirse. Recuerdo que los más jóvenes comprábamos litronas en las tiendas de frutos secos o compartíamos los famosos minis de cerveza, calimocho o incluso porrones de sidra. Ya estaba comenzando el fenómeno del botellón al que los de economías primarias nos teníamos que sumar si queríamos estar en el juego. Sin embargo, recuerdo que en nuestros tiempos solíamos quedar ya en unos determinados bares de precios económicos donde compartíamos el mini de turno (en bares como Fresh o La Costa) con algo de picar o incluso nos metíamos entre pecho y espalda unos buenos bocatas como en (las Cubas). Eran los bares de “calentamiento” y luego ya íbamos a los que nos ponían la música más alta y donde se podía entrar más en materia de bailoteo.

Había locales de todo tipo con músicas de lo más variado y no todo cortado por el mismo patrón. Eran tiempos mejores para la música sin duda alguna, con Depeche Mode y U2 en todo lo alto y con una música disco que comenzaba a evolucionar hacia el famoso Bakalao que tanto daño ha hecho a la música de hoy en día. Afortunadamente el Reggaetón era un desconocido aún por estas tierras.

Así pues, podríamos catalogar los locales en varios grupos.

  • Los de calentamiento, con los ya citados anteriormente a los que habría que sumar otros como el Sky Rose, El Portón, Borsalino, Cocktail, Plató, Carioco, Risas, el Edificio Europa en pleno y un largo etc. Al principio todo estaba concentrado en el “barrio vaticano” aunque luego fueron saliendo otros núcleos, principalmente en el entorno del Edificio Europa.

  • Locales de tamaño mediano que sin ser discotecas, eran algo más que los bares de calentamiento. Como El Divino o el mismo Borsalino anteriormente citado.

  • Discotecas puras y duras, como Botticelli, Porche, Boss, Fax, Cherry, etc.

  • Macro terrazas, que eran sin duda alguna el factor diferencial con respecto a otros lugares de otros pueblos, ya que su gran tamaño permitía recrear distintos ambientes dentro del mismo local y todo ello sin los calores del agobiante Madrid. Eran por ello las que más gente atraían además de que gozaban de una extraordinaria comunicación por la A6. Allí teníamos sitio más que de sobra para sentarnos o para bailar, incluso algunos ofrecían la posibilidad de una magnifica parrilla sobre la que poder hacerte tu mismo tu hamburguesa o bocata de turno para luchar contra ese estómago vacío de las altas horas de la noche. Sin duda las más importantes fueron El graduado, Testa y Sídney.

Todos estos locales no convivieron en el tiempo. Unos aguantaron el tirón mas que otros cuya vida fue más corta o no supieron evolucionar, pero a día de hoy prácticamente ninguno existe y los que lo hacen, no son ni sombra de lo que fueron. Y los locales que han ido surgiendo en estos años no han conseguido ser el relevo que permitiese que este gremio de la actividad comercial del municipio perdurase durante más años. Evidentemente, no todo era bonito y maravilloso y había muchos ruidos, suciedad y todo tipo de molestias que van asociadas a la concentración de grandes cantidades de gente. Como siempre, eso cada uno lo valora según le va en la feria y la mayoría nos aplicamos el famoso “not in my back yard”.

Los motivos por los que no podemos gozar hoy en día de este tipo de ocio, serán fruto de un próximo análisis de otro post.

P.D. Siento haberme dejado una gran cantidad de locales sin citar, pero eran muchos y mi memoria muy frágil.


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