domingo, 24 de marzo de 2019

Sinergias Tragamilleras

A lo largo de todos estos años he ido publicando numerosas entradas en el blog relativas a uno de los eventos de más interés y mayor poder de convocatoria de cuantos se celebran en nuestro pueblo, me refiero a la Tragamillas.

Sin embargo, permítanme que esta vez abandone el plano puramente deportivo para pararme por un momento en algo que ha tenido una gran repercusión y que ha permitido descubrir parte del talento oculto que se encuentra nuestro municipio.

Desde hace unos años, la organización trata de arropar a la carrera con otro tipo de eventos o actividades que aporten sinergias entre el organizador y el colaborador. En esta línea, han sido varios los años en los que la carrera ha contado con una canción oficial. Una canción promovida por algún cantante o músico relacionado con el pueblo o con alguna organización local. Así hemos tenido ya a lo largo de estos años un par de versiones rock ,otra rociera o incluso una sinfónica. Sin embargo la de este año ha sido sin duda la que más repercusión ha tenido y es que a la calidad musical ha habido que añadir el componente emocional y es que la canción ha tocado la fibra sensible de buena parte de la población local.

Un repaso breve de unos 5 minutos por la vida en nuestro pueblo de una generación claramente marcada por la época en la que Villalba gozaba de mayor esplendor. así Carlos Alevito nos ha ido repasando lugares que forman parte de nuestra memoria y ese personaje al que le “había dado por el running” ha sido como un espejo en el que nos hemos visto reflejados muchos de nosotros.




Y junto al talento de Carlos Alevito y la Eterna Promesa, también se nos ha destapado el talento de los chicos de ImproviSierra. Un grupo de jóvenes que realizan teatro de improvisación dentro de nuestro municipio. Se trata de una actividad a la que recomiendo asistir al menos una vez, porque seguro que se lo van a pasar realmente bien . Dejar los prejuicios en un cajón en casa y disfrutar por una vez del teatro de improvisación, que nada tiene que ver con con la idea que muchos teníamos de un teatro en el que se saca el espectador y se le somete a chanzas y burlas comprometiendole de cara al público sino que muy al contrario, son los intérpretes los que se ven sometidos a situaciones comprometidas forzadas por los guiones condicionados por los asistentes al teatro.



 Yo he asistido a una actuación profesional de este tipo en uno de los teatros de la Gran Vía llamado “Corta el Cable Rojo”. También había visto ya a este grupo, Improvisierra actuando en otro par de ocasiones y les aseguro que aunque un poco más modesto, bien merece la pena pasar por ahí al menos para ver algo diferente, algo que se agradece en un pueblo tan carente de ofertas de ocio y más cuando las alejas de la parte puramente gastronómica o de alterne y tratas de centrarlas en lo cultural, donde más allá del cine poco puede encontrarse.

El listón ha quedado muy alto este año. ¿Conseguirá Jose Castillo mejorar lo conseguido este año?


 

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