domingo, 14 de junio de 2020

Perfil del Exconfinado Villalbino

Son muchas las preguntas que han rondado mi cabeza durante este tiempo de crisis del Covid 19. ¿Como han afrontado mis vecinos la crisis? ¿Estamos en situación de superar este gran desafío?

Un breve cuestionario que nos ayudará a conocernos un poco mejor. Y por supuesto, podéis opinar por aquí, pero dado el tema tan sensible, agradecería que la libertad de expresión se ejercitase de forma responsable y constructiva, lejos del tono de confrontamiento que se ha generalizado y que no nos llevará a ningún sitio o por lo menos a ningún sitio bueno.

martes, 9 de junio de 2020

Encuesta tras el tsunami

¿Qué opinión te merece el tsunami político municipal provocado por Diana Barrantes?




sábado, 6 de junio de 2020

Mascarillas, caretas y mascaradas


En tiempos de mascarillas, hay quien ha decidido quitarse la careta. Uno no sabe cómo se sigue sorprendiendo por las cosas que pasan en la política local. ¿Habrá alguna legislatura en la que no se produzca un sobresalto?

Episodios de transfuguismo, paracaidistas, abandono de grupos municipales por los que fueron elegidos, etc. Es que no hay legislatura en la que no se dé un sobresalto y una traición a lo votado. Y esto es un "déjà vu" de lo vivido con ADEI y Alberto Sanchez, con la salvedad de que Alberto si conocía el pueblo.

Y es que para quien no se haya enterado aún, Diana Barrantes (concejal hasta hoy de Vecinos por Collado Villalba), ha pasado al equipo de gobierno liderado por el PP y secundado por Ciudadanos. Una maniobra que algunos ya sospechaban desde hace un tiempo por lo que se ha podido sentir en las RRSS. Gente muy ligada al proyecto o incluso miembros fundadores e integrantes de la candidatura que habían ido perdiendo protagonismo ante la absorbente Barrantes que poco a poco abandonaba las líneas de creación de la formación nacida a rebufo de la homologa de Torrelodones.

Y es que muchos fueron los “Vecinos” que decidieron otorgar su apoyo a la formación de nuevo cuño tras ver el éxito de la experiencia en el municipio vecino y hartos de que los partidos nacionales hagan y deshagan a su antojo y conveniencia. Sería interesante conocer cuántos de los 1534 vecinos que otorgaron su voto a la formación se han sentido traicionados con la decisión. Interesante será también conocer con que apoyos cuenta Diana dentro del partido o lo que ha quedado de él. Se espera rueda de prensa para explicar el posicionamiento de Diana a lo largo de esta semana.

Por definición se esperaba que este partido virase a izquierda o derecha según cada caso de forma individual. Para muchos, eso es ser un veleta, pero eso es lo que se espera de un “partido bisagra”. Que deje a un lado posicionamientos rígidos impuestos por la ideología o por pertenecer a siglas nacionales y valore cada tema a tratar de forma individual y en este caso, en clave local. El problema es que el acuerdo firmado, no es un acuerdo programático en base a un plan de trabajo, es un acuerdo para ganar un voto a cambio de “guardarse las posaderas”. Vecinos ha dejado de ser “bisagra”, para pasar a ser un “gancho” donde colgar el albornoz del poder y podemos darle por muerto desde ya mismo. Aunque no creo que esto le importe mucho a quien pasa a tener un futuro muy asegurado durante al menos tres años, porque es de esperar que el favor tenga además de la generosa retribución, un “pago en diferido” apareciendo en las próximas listas electorales por parte de los populares si es que los servicios prestados resultan del agrado de la alcaldesa.

¿Por qué podemos dar por finiquitado el proyecto de Vecinos por Collado Villalba?

Sencillamente porque muchos de los que lo pusieron en marcha ya abandonaron el barco al ver el rumbo y otros no tardarán en hacerlo. Porque su representante en el Ayuntamiento se ha vendido al poder y porque tras el abandono de la pequeña base militante, resulta poco creíble un hipotético partido llamado Vecinos por Collado Villalba que fuese encabezado por una líder que desconozca figuras ya no como Don Amador, Doña Esperanza o Doña Julia. Seguramente le serán también muy desconocidos otros de otras generaciones como Don Marcelo, Don Víctor y Doña Victoria, Don Jerónimo, El Fisiquin, Maruja, la Latinilla, etc. Los maestros que forjaron las generaciones que ahora sostienen el pueblo o lo que queda de él.

Porque es una persona que no conoce la importancia que tuvo el mercado de Las Cigüeñas, Agapito, Tapia y no digamos ya de MADE. Una persona que desconoce por completo lo que fue el Collado Villalba de finales de siglo XX.

Desgraciadamente, Collado Villalba vuelve a perder una oportunidad de oro de reconducir la deriva a la que lleva sometida desde mediada la última etapa de poder del PSOE en la localidad. Y con estos mimbres hay que afrontar la crisis del Covid 19 y sus consecuencias.

Supongo y espero que la primera pregunta que se hará en el próximo pleno será la de pedir explicaciones sobre de que partida se va a sacar el dinero para pagar el nuevo sueldo de la señorita Barrantes. Me huelo ya por donde va a respirar el Ayuntamiento, que va a ser en justificar el nombramiento en la necesidad de reforzar a Protección Civil y todo lo relacionado con el comercio por la crisis del Covid. Pero creo yo que para eso ya estaban los técnicos del Ayuntamiento y que las partidas y el dinero tienen que ir a proyectos, no a personas.


domingo, 31 de mayo de 2020

Obras son amores...

La imagen que ilustra el comienzo de esta entrada bien pudiera ser el resultado de un encuentro deportivo, de rugby por ejemplo. ¿Buena paliza no?

Pero no, no se trata del resultado de ningún evento deportivo, pero si del resultado de una evidencia más humillante aún. Es el número de mascarillas higiénicas entregadas a cada familia por cada uno de estos municipios.

Está claro que las arcas de uno y otro pueblo son bien distintas, no tanto sus impuestos, pues a la hora de pasar por caja parecemos vecinos de La Moraleja o La Finca. Pero el otro día me paso una cosa curiosa en un hipermercado de “la otra localidad”. Una joven adolescente le decía a su amiga que no entendía que la gente comprase mascarillas si las daban gratis. Y me tuve que contener un “qué suerte hija”.

Esto no es más que un ejemplo después de ver el otro día como Torrejón de Ardoz se disponía a hacer test PCR gratuitos a todos sus vecinos. Nuevamente estamos ante otro “municipio potente” como ya demostraron las pasadas Navidades y por tanto no es de justicia equiparar las acciones de uno y otro consistorio.

Sin embargo, otro día he visto como la pequeña mancomunidad de Boalo, Cerceda y Mataelpino habían puesto a disposición de sus comerciantes la realización de pruebas PCR a todos sus comerciantes a un precio reducido para poder reiniciar su actividad con seguridad tanto para ellos como para sus clientes. Aquí ya no hablamos de un Ayuntamiento poderoso, sino de uno bastante mas modesto que el nuestro.

Y ante todo esto, ¿qué podemos decir que ha hecho nuestro Ayuntamiento?

Pues más bien poco, unas pocas fotos de la alcaldesa ¿haciendo la compra…? en alguna tienda del P29 en señal de apoyo al pequeño comercio y alguna publicación de que tienen no sé cuántos planes para reactivar la economía y el comercio de nuestro pueblo. Pero señoras y señores, “obras son amores…”

Particularmente no he visto ni he notado nada. Mucho hablar de partidas presupuestarias pero sin especificar en qué, como y cuando se van a gastar.

Aunque el virus no se ha ido, atrás ha quedado el momento del “hiperconfinamiento institucional” y toca el dar la cara (con mascarillas eso sí). Como vecino, he echado en falta tener un Ayuntamiento “más cercano” al ciudadano en estos momentos difíciles. Con mayor capacidad de reacción.

He visto como las RRSS de la policía de otros municipios subían información de interés general sobre el uso de mascarillas, las fases de desescalada, movilidad, etc. Sin embargo, aquí empiezan por no tener ese perfil oficial que de esa información tan básica o que sirviese de acceso al ciudadano a modo de buzón de sugerencias o quejas en cosas como el control de aforo o ahora la falta de distanciamiento social en terrazas, etc.

No hemos visto tomar medidas que nos hayan facilitado la vida en estas circunstancias tan particulares. Por ejemplo, durante los primeros días de la famosa fase 0.5, tras ver la Dehesa a rebosar, pensé en que ya que no podíamos cerrar ese espacio por falta de alternativas para poder pasear o hacer deporte, ¿por qué no se valoró el que se circulase en un solo sentido evitando el cruzarse unos con otros? No era algo difícil de ejecutar y habría aumentado la seguridad de todos nosotros.

No sé, pero yo al menos me he sentido “huérfano institucional” durante lo que llevamos de pandemia y me pregunto ¿cuándo nos va a “adoptar” papá Ayuntamiento? ¿Cuándo van a empezar a verse las medidas que supuestamente piensa tomar? Hasta ahora lo poco que sabemos es que ya toca volverse a rascar el bolsillo para aparcar en zona azul.


sábado, 23 de mayo de 2020

Otros tiempos


Imagen de Guia Villalba
A finales de la semana pasada, el amigo Jaime Fresno, el cronista de la vida de nuestro municipio y el que está llamado a dejar el testimonio escrito para las futuras generaciones, de lo que ha sido y es Collado Villalba como en otros tiempos hicieron Luis Antonio Vacas o Julián Redondo con sus plumillas, publicaba un sentido homenaje a Domingo, el mesonero que echó raíces con su local al pie de la Plaza de la Estación, en otro tiempo foco de la vida de Villalba por su proximidad a la Estación y la Parroquia de la Santísima Trinidad.

Era el adiós a Domingo, a una persona a la que le guardaba un afecto especial, pero también a un oficio de otro tiempo, al del mesonero que igual te servía una cerveza, que un chato de vino, que el plato del día. Pero no solo eso, era el que sabía todo lo que se cocía en el pueblo, el que escuchaba al otro lado de la barra, el que mantenía la conversación con el taurino y con el futbolero, que sabía de cocina y muchas cosas más. Ojo que una cosa es abrir la boca y largar mucho y otra bien distinta saber escuchar y conversar.

En estos días en los que tenemos en las noticias brazos robóticos para servir cervezas y la deshumanización de un oficio que no se concibe sin su vertiente más social, el artículo de Jaime era casi un réquiem por un oficio extinguido, porque por precio o por carta podemos ir a las cadenas de restauración rápida, pero no le preguntes al camarero el resultado del fútbol, que bastante tiene con servir 10 mesas a la vez.




Algo así como lo que ya pasó con las tiendas de barrio que tanto hemos echado en falta en los primeros compases de la pandemia. Esas tiendas en las que coincidían las vecinas para ir a comprar el pan y algún olvido que otro, aunque las compras fuertes las hiciesen en los supermercados más grandes que empezaron a asomar allá por los 80’s o en el economato de MADE. Eran cinco o diez minutos de impás en la vida de las trabajadoras amas de casa de aquellos años, las que tenían que cuidar a dos o tres hijos, llevarlos y traerlos al cole sin coche, cuidar de sus mayores, tener el plato de comida listo para cuando llegasen las otras unidades familiares (esposo que algunas veces comía y salía disparado a trabajar, el hijo mayor del instituto…)

En un mundo en el que no había televisión por la mañana y el ritmo lo marcaban Luis del Olmo e Iñaki Gabilondo, ir a comprar el pan suponía un pequeño relax, corto eso sí, que se había dejado el fuego puesto y a la mas mínima te quedabas sin comida o estabas a medio limpiar la casa y había que cerrar frentes antes de que llegasen los hambrientos churumbeles.

“Hay que ver que caro se está poniendo todo…” “si es que a mí me lo dejan carísimo, a ver si empiezan a venir los melones ya más baratitos, que las cerezas ya no están en temporada”, lamentos y quejas de las “economistas madres” que hacían filigranas para llegar a fin de mes en los años de la reconversión industrial, en los años en los que el esfuerzo se premiaba y donde los caprichos y lujos estaban al alcance de unos pocos elegidos. Eran frases muy comunes que podías escuchar día tras día mientras comprabas algo de fruta porque esa semana había llovido y no habías podido ir al mercadillo o comprabas el cuarto y mitad de chóped para los bocadillos hasta que fueses a "Las Cigüeñas o el Mercado Municipal” cuando ya aprovechabas a comprar la carne y el pescado.

Y mientras se hacía el repaso general al barrio, “¿sabes algo de La Petra?”. “Se ha ido al pueblo esta semana”. “Ya pronto vuelven los veraneantes” …

Mucha vida en torno al pan de cada día
Cada tendero o tendera de barrio de este pueblo, no solo eran unos profesionales de su oficio, eran también referentes de los barrios de este pueblo. Sabían mucho de cada uno de nosotros, tal vez hasta demasiado. Tenían listas abiertas a medio barrio para "financiar" esas pequeñas compras que algunos demoraban en pagar y que buenos dolores de cabeza les provocaban o para enviar a los niños a por la compra con un trozo de papel, pero sin la responsabilidad del dinero. Daba igual como se llamase la tienda, era ir "Donde la Rosi" o "Donde la Herminia"

Y uno recuerda también al lechero chismoso que te traía más noticias que el Hola y te llenaba el cazo que luego tenías que hervir. O el panadero de Casa Serafín que hacía sonar el claxon de la furgoneta y había que soltar lo que hicieses para ir a por el pan porque de lo contrario se escapaba. Los corrillos en torno a esa furgoneta y el pase de revista para ver si faltaba alguien… Y rápidamente cada uno a su tarea, que el tiempo es oro.

Otros trabajos y otros tiempos que la
pandemia nos ha hecho valorar un poco más. ¿Mejores? Como siempre según con quien te haya tocado ir al baile.