Foto de Diario del Noroeste |
En este último apartado, aunque en opción hibrida (de los
tres días pude disfrutar de uno) me encontraba yo. Así que puesto a tratar de
disfrutar de esa noche libre, comencé a buscar opciones por los distintos
pueblos que celebraban sus fiestas y que
nos rodean (Torrelodones, San Lorenzo, Guadarrama…).
Ninguno presentaba un atractivo cartel como el de los años
previos a la crisis, pero si encontré algo que podía estar bien y que encajaba
dentro de los gustos de mis acompañantes para esa noche. Se trataba de una obra
de teatro en plena Plaza Mayor en Guadarrama. Una obra que ha ido circulando
por la Red de Teatros de la Comunidad de Madrid, incluido el de Collado
Villalba, pero que no había visto, pues lograr una entrada en el teatro de la
Casa de la Cultura de la Capital de la Sierra es tarea imposible o solo
reservada a unos pocos privilegiados. 240 butacas para una población de más de
60000 se antoja insuficiente, si a eso le añadimos el arcaico y poco claro
sistema de reservas vía telefónica en una franja más que estrecha, hace que ya
ni se intente. Este mismo año, al llamar una vez para hacer una reserva solamente
una hora después de ser abierta esta, ya estaban agotadas. Por lo que me
comentan gente que va con asiduidad, es algo habitual el que ya estén agotadas
en las primeras horas, algo que contrasta con un teléfono que comunica casi de
continuo. ¿Quiénes son los afortunados que logran tener el privilegio de
contactar a primera hora y garantizarse la reserva? Así que tras renunciar a
ver esa obra de teatro en mi pueblo, un par de días después, cómodamente y por
internet elegí butaca para ver esa misma obra en el teatro de Moralzarzal,
mejor acondicionado y más amplio.
Pero volvamos a lo del fin de semana. Sitúense en plena
Plaza de Guadarrama, con un ambiente fresquito y con una obra de teatro de una
de las mejores compañías de teatro que circulan por los escenarios españoles
(Yllana). La obra era Chefs, una obra cómica con mezcla de mímica y magia con
interacción del público, algo muy bien elegido para el lugar, ya que estaba
claro que la acústica no iba a ser buena para seguir un dialogo y que los
ruidos del exterior podían condicionar la representación de la obra.
El aforo de cerca de 1500 personas que tenían preparado
desde el Ayuntamiento guadarrameño no se llegó a completar en su totalidad,
pero si habría más de un millar de personas, lo que se puede considerar un
éxito, pues lograron dar una oferta de ocio alternativo y enriquecer su
programa de fiestas más allá del típico botellón y charanga insufrible sin
molestias para los vecinos, pues a poco más de las 23:15 la gente ya hacía cola
en la heladería cercana de la plaza o se sentaba en una de las numerosas
terrazas del pueblo.
Podían tomar nota nuestros queridos concejales de esta
iniciativa que llevan repitiendo desde hace unos años nuestros vecinos de
Guadarrama y plantearse esta opción para de paso saldar la deuda que nuestro
municipio tiene con el teatro desde que el gobierno socialista tirase de los
fondos para la construcción del famoso teatro sin barreras para el pago de las nóminas
de los empleados municipales hace años. En este punto recordemos que la
construcción de un nuevo teatro ha sido la promesa electoral estrella del PP
para esta legislatura, pero visto el panorama, mucho me temo que acabará como
el nuevo pabellón de deportes anunciado para la pasada legislatura o la
remodelación del Quique Blas anunciada para esta. En el famoso cajón del que
solamente salen facturas para tener coartada para seguir engordándonos el IBI.
Seguimos en segunda división con una triste oferta de cine
de verano de saldo para el mes de agosto como única oferta de ocio y cultura
para el Ayuntamiento tras un programa de fiestas flojito y cada vez menos
atrayente.
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