lunes, 17 de marzo de 2014

Behind the race

En la anterior entrada  del blog dedicada a La Tragamillas, alguien comentó que la organización no debía olvidar al corredor popular por encima de tratar de elevar el nivel competitivo de la prueba. No sé si quien eso escribió ha podido percibir algún tipo de cambio en la organización de La Tragamillas, espero que no,  o sus reproches van hacia otras carreras. Sea como sea, me voy a permitir la licencia de aportar mi punto de vista que va un poco mas allá de lo que un popular suele ver cuando se calza sus zapatillas y se pone un dorsal.

En primer lugar llevo observando de un tiempo a esta parte tanto en internet como por lo que me comenta la gente, un hartazgo en lo que se refiere al “pagar por correr”. Esto me lleva a la premisa número uno, que es la de que afortunadamente, este deporte se puede practicar sin necesidad de tener que pagar por una instalación ni tener que buscar un arbitraje ni otros gastos que otros deportes llevan asociados. Pero está claro que a muchos nos gusta correr en el espíritu de una carrera aunque no optemos a premio alguno. Para todos esos corredores voy a tratar de arrojar un poco de luz al asunto.

Sé que el boom del atletismo popular ha traído un aluvión de nuevas carreras y que muchas de las antiguas que antes eran gratuitas han desaparecido o han pasado a ser de pago, pero hay que saber que las carreras tienen unos gastos y que las instituciones públicas no están en disposición de gastarse miles de euros en la celebración de unas carreras como esas.

Antes del pistoletazo de salida y sin haber llegado a tener un ingreso, los organizadores tienen que empezar a soltar dinero para poder promocionar la prueba. El gasto en publicidad por internet, revistas, carteles y dípticos puede llegar a ser muy elevado si no se hace con raciocinio. Ya tenemos el primer bocado.

El siguiente gasto forzoso al que está obligado todo organizador es el pago de los seguros obligatorios, tanto el de responsabilidad civil como organizador, como a los seguros individuales de todos y cada uno de los corredores. (Algunas carreras  esta cobrándoselo aparte al corredor y eso si que no me parece bien).

Los avituallamientos, que cuando llegamos a cifras como las de La Tragamillas, son realmente costosos aunque se negocie un buen acuerdo con alguna marca de agua o bebidas. En el mejor de los casos llegamos a ofertas tipo 3x2.

Los premios y trofeos. Aunque no se den en metálico, siempre se entrega un trofeo, ya que no hay que olvidar el tema de que  estamos en una competición.

Y a eso hay que sumar un montón de pequeños gastos que surgen con muchas cifras de dos dígitos que suman y suman.

Hasta aquí todos de acuerdo me figuro, pero seguro que a muchos siguen sin saliros las cuentas y podeis seguir pensando que las carreras son caras. A mí tampoco, pero dejarme que continúe con mi explicación. Seguro que muchos de los que estáis habituados a correr habréis dicho o por lo menos habréis escuchado aquello de “yo iría a una carrera gratis aunque no hubiese cronometraje ni me diesen una camiseta al final, que tengo cajones y cajones llenos”.

Pues bien, estos dos apartados son los que más gastos ocasionan a las carreras y los que más quejas y reclamaciones generan entre los corredores. Así que podría afirmar sin temor a equivocarme que la mayoría de los que dicen eso mienten como bellacos. Quejas por unos segundos más o menos, por si me está más grande o más pequeña la camiseta… El corredor no entiende que esa camiseta que se da de recuerdo de la carrera no está en stock y que por tanto se ha hecho una previsión y que se intenta acercar lo más posible a la cifra de inscritos y dentro de la misma, hacer un reparto por tallas lo más ajustado posible al tipo de corredor de la prueba. Misión imposible el acertar plenamente.

Hasta aquí una carrera tipo. ¿Pero qué pasa cuando das un paso más al frente e intentas hacer cosas que otros no hacen? Por ejemplo, este año se ha contratado una UVI móvil y como os podéis imaginar eso ha tenido un precio. ¿Y esos voluntarios que hay repartidos por los 21km? No cobran ni un duro, pero la organización siempre tiene un detalle con ellos por la labor tan importante que hacen en favor de la carrera. ¿Y los concursos de animación y los equipos para que puedan participar?

Si a todo esto le sumamos el cerro de horas que la organización emplea en planificar la carrera, marcaje del recorrido, preparación de bolsas, introducción manual de inscripciones, montajes de salida, meta, avituallamientos, actualización de la web, etc. Creo que es injusto hablar de una carrera que ha dejado de lado el carácter popular.
Es más, creo que si sigue existiendo es porque está organizada por gente que vive en el pueblo desde hace muchos años, en algunos casos toda su vida y que el mejor pago que reciben por ello no es el de ganar unos euros o no por una inscripción, sino el que llegue tu vecino y te diga que es la mejor carrera que ha corrido.


Y es que el sentirte orgulloso por un trabajo bien hecho y que guste a tanta gente no tiene precio, para todo lo demás… Mastercard.


2 comentarios:

Juan Antonio dijo...

Estando de acuerdo en la base de tu planteamiento.
Me atrevo a indicarte un par de cosas, que yo como corredor popular, vengo observando.
en primer lugar cada carrera tiene un precio, eso lo tenemos todos claro. Pero conozco, ya veo como tú el transfondo de detrás de una carrera. Y me gustaría hacerte un comentario. Es muy habitual el cambio de dorsales por servicios. Como entre clubs o entre patrocinadores. Eso es cierto.
Y por otra la falta de atención al corredor popular, por parte de la organización (no quiero incidir en La tragamillas), que es de la pocas carreras que todavía cuida al popular. Pero lo importante es "hacer sentir importante no al atleta que termina en una hora diez minutos,que lo es, lo importante es la superación personal de acabar y sentirse orgulloso de ello.
Debe ser ese vuestro lema y no otro. Seguir así.

cronicas villalbinas dijo...

Evidentemente las carreras sin atletas populares no existirian aunque corriesen Bekele y Mo Farah.

En La Tragamillas creo que eso esta bastante claro y yo soy de los que acaban y a dios gracias.

El problema de las carreras populares es que hay grandes marcas que han visto un negocio en ellas y han destrozado el mercado. Y claro, a todos nos gusta llevar CK en lugar de una prenda básica, pero si te compras unos CK no te quejes por el precio. Entiendo al que no puede comprarse unos CK y debido al marquismo se ha quedado sin Lee o Cimarrón.

No se si has entendido la analogia.