domingo, 13 de abril de 2008

Queremos información


El pasado jueves hacia acto de presencia en Canal 7 nuestro alcalde para responder a las preguntas de Luis de la Calle y como siempre salio bastante bien parado de las preguntas que le hizo este último, que si bien trato los temas masa candentes del municipio, en ningún momento resulto ser incisivo ni busco el mas minimo aprieto para el señor alcalde. No se si es que ese día el periodista no asistio a clase o si los compromisos económicos que el canal para el que trabaja tiene con el ayuntamiento son los que le hacen que jamás de una replica a las respuestas del señor Jose Pablo Gonzalez. Y es que de esa forma es muy facil acudir a una entrevista si te la puedes preparar hasta el punto de saber que se desarrollara sin moverse un apice de tu previsión.

Y es que el alcalde se muestra la mar de cómodo sabiendo que tiene a todos los medios, bueno casi todos por la honrosa excepción de El Faro, comiendo en su mano. De esta forma solo le queda un flanco por el que puede recibir golpes y este es Internet, aunque el cierre del blog faraonchurrero le habrá hecho conciliar mejor el sueño de un tiempo a esta parte.

Asi se muestra él en su salsa gracias a un periodico en el que no se abordan las noticias de actualidad municipal y donde las cartas al director parecen estar escritas por gente de otros pueblos o con extraños intereses, porque yo sigo sin entender el extraño interes en un museo etnológico cuando el presupuesto esta contra las cuerdas y se han suspendido las inversiones mas notables en el apartado cultural. Como tampoco entiendo los silencios al respecto de la ubicación del hospital, su gestión o los terrenos de la ITV, escombrera incluida.

Pero ellos erre que erre con el famoso tren ligero que enlace Valdemorillo con Hoyo de Manzanares a través de Villalba. Una obra casi imposible de llevarse a cabo por costosa, poco rentable y su grave impacto ambiental. Y asi siguen dandole vueltas a temas sin importancia para los vecinos de Villalba a los que seguro que les preocupará mas que ese dichoso tren ligero la falta de transporte entre Majadahonda y Villalba para ir al nuevo Hospital Puerta de Hierro, que entrará en funcionamiento en fechas muy proximas y que tendrá una comunicación infinitamente peor que el antiguo. Este si que es un verdadero problema, ya que los mas perjudicados serán esas personas mayores que tienen citas con mucha frecuencia con sus medicos o tienen a familiares ingresados en el hospital. ¿Se crearán nuevas lineas de autobuses directos entre Villalba y Majadahonda o tendremos que ir en tren para luego tomar un urbano en la villa majariega?

En mi opinión si hace falta una mejora en el transporte para fechas venideras, esta no vendrá por el famoso tren ligero sino por una nueva linea con el nuevo hospital.

4 comentarios:

Sergio C. dijo...

ahora entiendo xq no abren el tunel... jajaja y sq estan esperando a meter el tren ligero x ahi... con una gran estación en pleno centro de Villalba... jajajaja y todo ello construido por la gran alianza de empresas que nos han hecho este maravilloso tunel...

otra parada estara en las piramides

psssss

cronicas villalbinas dijo...

Pudiera ser, pudiera ser. :D :D :D

Faycán dijo...

Este espectáculo no ha hecho más que comenzar, me temo. Todavía quedan muchas cosas por ver en este municipio.

Anónimo dijo...

Extractos de un artículo publicado ayer en El Mundo. ¿Reconocen a nuestro bien amado alcalde en ese síndrome?

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/04/18/neurociencia/1208541838.html

El delirio de los políticos

¿Por qué decidió el trío de las Azores –Aznar, Bush y Blair- invadir Irak con toda la ciudadanía e incluso miembros de sus propios gabinetes en contra? ¿Por qué perdieron el contacto con la realidad y no escucharon a la opinión pública? El ex político británico y neurólogo David Owen cree que parte de la culpa fue del 'síndrome Hubris', un trastorno común entre los gobernantes que llevan tiempo en el poder.

Un problema que no está caracterizado como tal por la medicina, pero que tiene síntomas fácilmente reconocibles, entre los que destacan una exagerada confianza en sí mismos, desprecio por los consejos de quienes les rodean y alejamiento progresivo de la realidad.

Llega un momento en que quienes gobiernan dejan de escuchar, se vuelven imprudentes y toman decisiones por su cuenta, sin consultar, porque piensan que sus ideas son las correctas. Por eso, aunque finalmente se demuestren erróneas, nunca reconocerán la equivocación y seguirán pensando en su buen hacer.

"Una persona más o menos normal se mete en política y de repente alcanza el poder o un cargo importante. Internamente tiene un principio de duda sobre si realmente tiene capacidad para ello. Pero pronto surge la legión de incondicionales que le felicitan y reconocen su valía. Poco a poco, la primera duda sobre su capacidad se transforma y empieza a pensar que está ahí por méritos propios. Todo el mundo quiere saludarle, hablar con él, recibe halagos de belleza, inteligencia… y hasta liga".

Esta es sólo una primera fase. Pronto se da un paso más "en el que ya no se le dice lo que hace bien, sino que menos mal que estaba allí para solucionarlo y es entonces cuando se entra en la ideación megalomaniaca, cuyos síntomas son la infalibilidad y el creerse insustituible". Para el doctor Franco, es entonces cuando los políticos "comienzan a realizar planes estratégicos para 20 años como si ellos fueran a estar todo ese tiempo, a hacer obras faraónicas o a dar conferencias de un tema que desconocen". Tras un tiempo en el poder llegan a "sospechar de todo el que le haga una mínima crítica y a, progresivamente, aislarse más de la sociedad"

Pero no queda aquí la cosa. Tras un tiempo en el poder, los afectados por el 'Hubris' padecen lo que psicopatológicamente se llama 'desarrollo paranoide'. "Todo el que se opone a él o a sus ideas son enemigos personales, que responden a envidias. Puede llegar incluso a la 'paranoia o trastorno delirante', que consiste en sospechar de todo el mundo que le haga una mínima crítica y a, progresivamente, aislarse más de la sociedad. Y, así, hasta el cese o pérdida de las elecciones, donde viene el batacazo y se desarrolla un cuadro depresivo ante una situación que no comprende".

Este problema es antiguo, aunque ha evolucionado con el tiempo. Fueron los griegos los primeros que utilizaron la palabra 'Hubris' para definir al héroe que lograba la gloria y 'borracho' de éxito se empezaba a comportar como un Dios, capaz de cualquier cosa. Este sentimiento le llevaba a cometer un error tras otro. Como castigo al 'Hubris' está la 'Nemesis', que devuelve a la persona a la realidad a través de un fracaso.

Existen algunos factores que predisponen más a desarrollar este comportamiento. Para el psiquiatra Manuel Franco, el principal factor de riesgo es ser varón, ya que "los hombres son muy sensibles al halago y al reconocimiento y toleran mal la frustración", aunque también contribuye tener "una baja capacidad intelectiva".

El hecho de que este síndrome sea tan común en política se debe, según este experto, a que "en otros ámbitos es más frecuente que el que esté arriba sea el más capaz, pero en política no es así, porque los ascensos van más ligados a fidelidades. El poder no está en manos del más capaz, pero quien lo ostenta cree que sí y empieza a comportarse de forma narcisista".

Aparte de los síntomas evidentes, la neurociencia no ha encontrado aún las bases científicas que expliquen este síndrome. Además, como reconoce el doctor Franco, "es difícil tratarlo o evitarlo, sobre todo porque quien lo padece no tiene conciencia de ello".