viernes, 21 de agosto de 2020

Publicidad y multas

 

Estamos agotando ya el mes de agosto y acabamos de cumplimentar el quinto mes de convivencia reconocida con el virus. Lo anterior parece ser que fueron “fogosos encuentros esporádicos” o en eso lo dejaremos, pues no vamos a seguir con la matraca y más cuando está claro que la verdad de esto no la conoceremos nunca o al menos hasta dentro de unos cuantos años.

Sin embargo, lo que no tenemos ya ninguna duda, es de que va a tocar convivir con el virus durante un tiempo considerable si es que no lo es “hasta que la muerte nos separe”. Y esto conlleva unas ciertas nuevas normas que no son del agrado de nadie, pero que no hay más remedio que acatar por el bien de todos.

A nadie le gusta el tener que estar ocho horas trabajando con la mascarilla, pero es lo que hay y el que se indigne por tener que ponérsela un rato cuando sale, que se vaya mentalizando de que hay que aguantarse, que hay cosas bastante peores y aunque ahora mismo nos dé la impresión de que los contagios no son peligrosos, tenemos que ser cautos, pues dentro de no mucho tiempo, el virus volverá a tener el terreno más abonado con las patologías propias del otoño y el invierno y con el número de contagios actual, esto puede ser un coctel mortal.

Así que creo que está claro, hay unas normas y hay que cumplirlas. Y para ello es necesario dos cosas: que tengamos claro el beneficio de cumplirlas y, por otro lado, mano dura para aquellos que se las saltan.

Y a este segundo aspecto es al que quiero llegar. Si las autoridades relajan la obligatoriedad del cumplimiento de estas normas, estas poco a poco se dejarán de cumplir. Como ocurre con tantas y tantas leyes, normas y ordenanzas. Basta ver el tema de llevar los perros atados y recoger sus caquitas.

Aquí entra en juego nuestro Ayuntamiento y la Policía Municipal. Y es que hace unos días el Ayuntamiento anunció algunos datos del trabajo de la misma en estos tiempos.

Unos números que como suele ocurrir, son fríos y aunque reales, sujetos a interpretación. En mi caso y antes de que ya lo hiciesen otros por las RRSS, los comparé con los datos que han ido ofreciendo otros Ayuntamientos. Recordar que ya hice una entrada en la que analizaba el trabajo de nuestro consistorio comparándolo con el de otros municipios vecinos. Esto ayuda bastante a poner en contexto las cifras. ¿No les parecen realmente modestas?

Y a todo esto hay que sumar que Collado Villalba es un municipio de dimensiones muy reducidas, nada que ver con el enorme término municipal de Las Rozas o Galapagar. Además, creo que todos sabemos muy bien los “puntos calientes” a vigilar, pues llevan siéndolo desde hace muchos años.

Nuestro Ayuntamiento tiene mucho trabajo por delante para revertir una situación que ya se les ha ido de las manos. Algo que no debe sorprendernos, pues son como los malos estudiantes que estudian en la noche del día anterior al examen conformándose con el aprobado raspado, lo que raras veces consiguen.

Y nosotros como ciudadanos tenemos que ser responsables con nuestra conducta y ser críticos y analizar los datos que nos ofrecen desde las administraciones en sus notas de prensa antes de criticarlas o aplaudirlas, pues entre esas notas y la publicidad hay una delgada línea que marca la diferencia y en algunas ocasiones ni eso.

Y recuerda, ponte la máscara...

 

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