Hace unos días me llamó la atención una conversación abierta
en un famoso grupo de Facebook en el que se supone que la mayoría de quienes
pertenecemos a él somos vecinos de Collado Villalba o tenemos un especial
interés en lo que pasa en este nuestro pueblo.
Se trataba de una petición de opiniones por parte de uno de
los miembros del grupo para tratar de sondear la viabilidad de un posible
futuro negocio. La verdad es que me sorprendió el aluvión de ideas que llegaron
y casi más que las aportaciones a la pregunta fuesen bastante constructivas o
al menos eso me pareció a mí. Más que nada viendo lo que se cuece en el citado
grupo, donde siempre están los mismos enredando con sus luchas particulares y
sus guerras ideológicas.
Así que como he dicho, la “brain storm” me resultó bastante
interesante.
La mayoría de las ideas de negocio propuestas por los
integrantes del grupo fueron relacionadas con negocios de comercio y sobretodo
de restauración, con las inevitables sugerencias entorno a las cadenas
franquiciadas como protagonistas.
Hace años hice ya un pequeño análisis del comercio local
y la verdad ha cambiado algo el panorama con respecto a aquellos años, pero básicamente la perspectiva sigue siendo muy similar.
Con respecto a las grandes superficies o los comercios de
franquicia, como ya dije en su momento por el famoso polígono comercial de la
ITV, el campo está ya muy castigado y pocos son los que tienen músculo para
acometer su incursión en nuestro municipio y de los pocos que lo tienen, la
mayoría ya están implantados en la zona.
Así que vamos a centrarnos en lo que podríamos llamar la
D.O. Villalba (Denominación de Origen Villalba). Y es que si acotamos el
escenario de juego, podemos ver “oportunidades de negocio” para los
emprendedores en nuestro pueblo. Pero claro está, la cosa no es tan fácil como
a simple vista pudiese parecer, no todas las ideas son exportables de unos
pueblos a otros. Cosas que pueden funcionar en localidades próximas a nuestro
municipio, pueden no funcionar aquí.
Está claro que el nivel adquisitivo en Collado Villalba ha
bajado o que este nuestro pueblo no está ya en el apartado de pueblo de “gente
guapa”, sino que es más bien una ciudad dormitorio. Esto hace que las opciones
de glamour se conviertan inmediatamente en opciones de riesgo si quieres fiar a
ello tu negocio futuro. Es triste, pero en el polígono Europolis de Las Rozas y
sus inmediaciones hay no menos de una decena de locales de restauración que
funcionan muy bien en los que cenar no te baja de los 15-18€, si bien es cierto
que la relación calidad precio de los que he probado es realmente buena, dejo a
un lado el fenómeno “La Virgen”, donde el pillar un hueco es casi misión
imposible a pesar de los 3€ por cerveza. Y el éxito de estos lugares ha
facilitado la aparición de otros 4 o 5 locales de ocio nocturno que también
funcionan realmente bien a rebufo de los primeros.
Pero claro, aquí estamos muy mal acostumbrados a la fritanga
y la salchipapa. Pocos, muy pocos han sido los que se han atrevido a dar un
paso adelante y tratar de innovar con cartas un poco originales, hamburguesas
gourmet, explorar a fondo el mundo de
los vinos o las cervezas de tendencia… Así que todo está atenazado por las
grandes franquicias (Vips, Foster, Sureña…) y algunos bares de los de toda la
vida que no quieren o no necesitan complicarsela.
Así que el vecino que pidió sugerencias por el grupo seguía
sin salir de su mar de dudas, hasta que se destapó otro curioso hilo en el
debate. Y es que se empezó a hablar de negocios de hostelería pero más
especializados, donde realmente puede haber un nicho interesante a explotar y
para dinamizar la economía villalbina.
Así, se comenzó a hablar de lugares de zumos funcionales,
bares especializados en bocadillos, cocinas de otros países más allá del
cansino Kebab… Y se habló de arepas, quinoa, zumos vegetales, cocina vegana, bollería
saludable… Y mira tú por donde, resulta que buena parte de esas cosas ya están
en nuestro pueblo implantadas, pero los vecinos lo desconocemos. Cuando a la
gente le hablas del Zoco, inmediatamente le viene a la cabeza la imagen de los
años 80 y si bien es cierto que ya no es ni la sombra de lo que fue, sí que es
cierto que hay algunos de esos negocios de auténticos emprendedores. Que la
gente no conoce la panadería “Burguillo Melo”, donde poder degustar autentica
repostería artesanal y así otros cuantos ejemplos más.
Esa es la ruta que en mi opinión debe seguir el que quiera
tratar de hacerse hueco en un mundo como el de la hostelería en nuestro pueblo,
lo demás es jugársela a los chinos o a la lotería. ¿Cómo competir a base de
cañas con los precios de Los 100 montaditos, Indalo o Sureña? Imposible claro está.
Pero por otro lado, los que están del otro lado de la barra,
deben tener muy en cuenta que este mundo es muy competitivo y que hay infinidad
de facilidades para encontrar otras ofertas iguales o mejores solo a 15’ en
coche o a golpe de teléfono o de internet, por lo que tienen que ser dinámicos
en su oferta, innovar continuamente y dar a conocer sus productos a la mayor
cantidad de gente posible. Y todo ello sin olvidar una relación calidad-precio acorde
al producto ofertado.
En definitiva, mercado hay, pero hay que buscarlo y
trabajarlo de manera eficiente y continua.
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