Esta semana ha sido la semana del dolor, del dolor de
cartera con la llegada del recibo del IBI, haya sido de forma total o el tercer
pago de quienes lo tenemos fraccionado.
Se supone que este último recibo debería ser el más alto
durante una temporada. Recordemos que el año pasado, una vez pasados los cinco
años que por ley hay que dejar pasar antes de solicitar una revisión de los
valores catastrales desde la última, el equipo de gobierno solicitó dicha
revisión.
Buceando por la red, he visto en un portal inmobiliario un gráfico
interactivo con el que he podido ver que el precio medio de la vivienda en
Collado Villalba desde el 1 de enero de 2009 (año de la última revisión), hasta
el mes de septiembre de 2015, ha sufrido una variación del -44.05%. Si afinamos
más y tomamos de fecha de partida el 31 de diciembre de 2009 y de fin de
cálculo usamos el 31 de diciembre de 2014, la bajada llega “solo” al -39.83%.
Pero que nadie espere una bajada tal en su recibo, pues el
IBI se calcula con la base del valor catastral y una serie de coeficientes,
algunos de los cuales puede modificar el Ayuntamiento al alza o a la baja según
su criterio, si bien estos coeficientes están acotados tanto por la parte
superior como por la inferior.
Así, aunque el valor catastral casi seguro que tendrá una
importante bajada, dicha bajada no se transmitirá de igual modo en nuestro
recibo aunque el Ayuntamiento no toque el coeficiente. Pero ojo, que ha habido
ayuntamientos en los que se ha pedido la revisión catastral y el resultado no
ha sido el esperado por los vecinos.
Pero pongámonos en el supuesto de que la revisión tenga una
bajada importante, por ejemplo un 25%,
que es en torno a lo que avanzó el concejal de hacienda José Ramón López. ¿Está
dispuesto el Ayuntamiento a perder una parte tan importante de los ingresos
municipales? O incluso más aún ¿Se lo puede permitir?
Hagamos unos números. Aunque no soy un experto fiscal voy a
tratar de exponer algunos datos básicos que nos permitirán conocer un poco
mejor la situación. En el año 2013, la recaudación del IBI ascendió a 15.3
millones de euros, lo que viene a ser un 31.76% de los ingresos totales del
Ayuntamiento, siendo esta la mayor partida del capítulo de ingresos, pero que
sin embargo no alcanzaba para pagar los gastos de personal o la de bienes y
servicios, según el resumen colgado en la web municipal.
En 2014, esta cifra subió hasta los 16.9 millones de euros y
represento un 34.12% de los ingresos. Es decir, se recaudó 1.6 millones más
pero el presupuesto del ayuntamiento no subió en la misma cuantía.
Si sobre esa cifra de 2014 (ultima publicada en la web
municipal), aplicamos una subida del 5% que es lo mínimo que ha subido en este
2015 y a ese resultado le bajamos el 25% de la hipotética revisión
catastral, el ingreso sería de unos 13.3
millones de euros.
Es decir, el ayuntamiento tendría que aplicar un recorte de
unos 3.5 millones de euros en el capítulo de gastos para equilibrar el
presupuesto. Un gran desafío y una gran responsabilidad, pero que es necesaria,
pues los ciudadanos ya no podemos aportar más. A muchos, el recibo del IBI nos
supone trabajar prácticamente un mes para afrontar dicho pago y al ritmo que
iba la cosa con la revisión de 2009, tarde o temprano íbamos a llegar a la
insolvencia o el impago del recibo.
Aquí podéis ver los capítulos de ingresos y de gastos desglosados
en el presupuesto de 2014 (algunos hay que pillarlos con pinzas) y hacer el
ejercicio de donde sacáis esos 3.5 millones. ¿Está difícil eh? Pues sí, lo está y mucho. Casi imposible,
pero por eso desde hace años llevo diciendo en este blog que hay que ser
responsables con los gastos y las inversiones en el ayuntamiento y que bien
esta tener fiestas, pero que hay otras prioridades y que las inversiones deben
ser en proyectos sostenibles y no parches y lavados de cara. Así que espero un trabajo serio de cara a los
presupuestos del 2016 contemplando una bajada de impuestos y por tanto del
presupuesto, que espero no lleve asociado un recorte de puestos de trabajo, que
es lo que suele ocurrir en estos casos. La bajada de ese 37.50% en la partida de festejos que se ha llevado a cabo este año, esta claro que es insuficiente, y que hay que meter cuchillo en partidas más importantes.
Os dejo unos cuadros con los datos más importantes de los
años 2013 y 2014 y a cruzar los dedos y a esperar que José Ramón, uno de los
pocos en los que todavía albergo un mínimo de confianza en su gestión, me dé una
buena sorpresa con un buen bajón de impuestos, algo por lo que llevo clamando
años y que de no producirse será caballo
de batalla del futuro.
1 comentario:
La variación del "precio medio de la vivienda" no es extrapolable a la depreciación media de cada vivienda.
Por ejemplo, al haber menos construcción nueva y haber más oferta de vivienda usada, el precio medio de la que se oferta baja mucho más que el valor de una vivienda en uso.
Publicar un comentario