Me vais a permitir que me salga de la temática habitual del
blog, pero es que la experiencia de la última semana así me lo demanda
internamente.
Soy una persona bastante cabezota cuando creo llevar la
razón y eso hace que algunas veces el mantener una conversación conmigo derive
a un debate, lo cual no significa que acabemos en plan telecinquero
arrojándonos miserias mis contertulios y yo. Esto fue lo que vino a pasar el
último fin de semana, en el que quede con un amigo que reúne estas mismas
características, solo que aumentadas.
El caso es que al finalizar la noche nos encontrábamos en
una cervecería en la zona de centro de Madrid, donde un grupo estaba haciendo
una actuación de versiones de clásicos del rock y eso llevo al debate con el
trasfondo musical, todo ello muy placido hasta que llegamos a los Beatles.
Y aquí fue donde llegaron las discrepancias entre mi amigo y
yo y más cuando las incoherencias empezaron a formar parte del argumentario de
mi amigo hasta llegar a derivar en tramas conspiratorias equiparables a la
muerte de Kennedy, Marilyn Monroe o la Guerra de Irak. Algunas de ellas
comprobadas, otras con luces y sombras.
Vaya por delante que yo en el caso de los cuatro de
Liverpool haga una clara diferenciación entre el grupo musical y el fenómeno Beatles.
Lo segundo es incuestionable, existió un fenómeno Beatles que revolucionó la
música y a toda una generación de adolescentes, pero ¿eso significa que Justin
Bieber es un gran músico o cantante?
Para mí el grupo era bueno, pero ni de lejos eran tan
extraordinarios. Pero voy a exponeros los puntos que generaron mayor
discrepancia entre mi amigo y yo:
·
Según él, su música era buenísima y no podían haber
hecho tanto y tan bueno en tan poco tiempo.” Había un negro” y más conocidas las adicciones de los cuatro de Liverpool a las drogas.
·
Según yo, en aquellos tiempos había otros grupos
tan buenos como ellos o incluso más, pero que no lograron tener su repercusión.
Y precisamente, si se puede llegar a tal nivel de productividad es en la
juventud, cuando las energías te responden y tienes más vivencias que te puedan
inspirar sin tener condicionantes del business. Y conviene recordar que la mayoría
de sus canciones, especialmente las de los primeros años, no llegan a los tres
minutos y son un simple estribillo.
·
Considerar Hello Goodbye, Ob-la-di, Ob-la-da
como temazos, es mucho considerar, al igual que alguna que otra canción de la
primera época. Es a partir del 1967 cuando su discografía se vuelve mucho más
compleja y a la par interesante.
·
No creo que la teoría del negro sea válida, pues
¿Quién iba a poder aguantar ser el responsable de semejante fenómeno y negocio
y renunciar al grueso de los beneficios? Además, tres de los cuatro integrantes
del grupo siguieron con carreras en solitario de mucho éxito, aunque en el caso
de Paul McCartney parece que se le
acabaron las pilas muy pronto o que en cuanto dejó de estar al lado de otros
genios su genialidad bajó de manera alarmante y sospechosa. Finalmente, cuando
se han vendido los derechos de sus canciones, no ha habido demandas judiciales
ni nada por el estilo y dudo mucho que el negro se subrogase al nuevo poseedor
y mucho menos sus herederos.
Sea como sea, un gran grupo del que prefiero quedarme con
algunas de sus canciones y con algunos de los trabajos posteriores en el caso
de John y George. Buenos tiempos para la música cuando los “Four Fab” estaban
en todo lo alto.
A todo esto, el origen del debate vino porque yo consideré
que Lady Gaga es una gran artista cuando aparca al mamarracho que se viste de
filete de espaldilla y se dedica a la música. También es cierto que sin ese
mamarracho tal vez no habría llegado hasta arriba y hoy no se podría permitir
cantar con Tony Bennet, Sting o Stevie Wonder entre otros.
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