jueves, 10 de junio de 2021

Inseguridad y estadísticas

En el día de ayer me llegó un video que ha corrido como la pólvora por las RRSS en Collado Villalba. Se trataba de una agresión a varios agentes de la Guardia Civil por parte de varios jóvenes en el barrio de El Gorronal.


Y es que a pesar de que los datos estadísticos que nos ofrece el Ayuntamiento dicen que la delincuencia ha bajado en los últimos tiempos, la realidad o al menos la percepción que tenemos los ciudadanos es muy distinta, pues se nota mucha inseguridad y en algunos puntos en concreto, la sensación es de estar en un lugar que ya podríamos calificar de inseguro. Otra cosa es que las denuncias o el número de intervenciones hayan disminuido.

Y debajo de esa posible disminución de denuncias e intervenciones, está el desánimo y el desaliento por un lado de los vecinos que están hartos de ver como “estos sujetos” campan a sus anchas y se ríen en su cara y por otro, el cansancio de las fuerzas de seguridad, muy especialmente la Guardia Civil en el caso de Villalba. Que ve como cada vez le toca enfrentarse a situaciones más violentas más desprotegidos tanto de medios físicos como legales. ¿Con qué ánimo van a reincorporarse los agentes heridos en esta “batalla” si saben que de haber empleado la fuerza estaríamos hablando en las RRSS de violencia policial, abusos de poder, etc?

Y es que en mi opinión, nuestras leyes se han vuelto excesivamente garantistas y su interpretación llega a situaciones casi kafkianas con el apoyo de ciertas fuerzas políticas a posturas que incitan casi al odio hacia quienes deben protegernos y llaman a la desobediencia y al nulo respeto hacia los agentes y por ende al orden y el respeto de las normas más esenciales de la convivencia.

Hace unos días escuche con asombro unas declaraciones de la ministra de educación,  que ponen de manifiesto donde está parte del germen que nos ha llevado hasta aquí. Se trataba de una respuesta a una pregunta de Rubén Amón sobre la pérdida de autoridad de los profesores en las clases y si habían estudiado como poder recuperarla, a lo que la ministra respondió que el profesor se tenía que ganar el respeto y que algunos no sabían hacerlo. No estoy con este argumento llamando a la vuelta de la vara con la que atizaba Don Feliciano, pero el abandonar a los profesores a su suerte de esa manera solo nos lleva a cosas como las del video y de ahí hacia arriba.

Y es que en este país hace tiempo que se confundió la “Libertad de Expresión” con el libertinaje y el campar a sus anchas como salvajes incívicos que dicen estar oprimidos por la sociedad por el simple hecho de tener que acatar unas pequeñas normas de respeto a los demás y de aquellos polvos, estos lodos.

Pero recuperando el tema de origen, que me vuelvo a ir por la tangente. Lo sucedido ayer ha retratado el miedo de una buena parte de la población de este pueblo. Y es que ayer se hizo un llamamiento a un buen puñado de ciudadanos, entre los que me encontraba yo, para expresar y contar sus sensaciones delante de las cámaras de Telemadrid y el resultado fue que no asistió nadie. El miedo es libre y más cuando le ves la jeta día si, día también, al individuo que no tiene reparos en agredir a la Guardia Civil. Otros no asistirían por no querer salir en televisión, pero sí que habría estado bien el que hubiese habido un buen puñado de vecinos de fondo en la noticia acompañando a Jorge Velázquez, al que agradezco su esfuerzo y el haberse puesto delante de las cámaras para dar visibilidad al problema.


Pero lamentablemente, el resultado fue el que fue y a estas alturas de la película y a pesar de que hayan detenido a dos de los agresores, esos personajes se tienen que estar descojonando de todos nosotros y de ver cómo nos tienen sometidos. Por cierto, y ciñéndome al video, me gustaría saber a dónde demonios va el padre a meter la nariz en mitad de la bronca con la niña de la mano.

Solo cabe desear una pronta recuperación a los agentes heridos y a Telemadrid decirle que si lo desea, puede hacer un serial con los especímenes de La Plaza de la Estación o los de alguno de los edificios ocupados, como por ejemplo el que está en la calle de la Policía Municipal frente al salón parroquial, donde la última vez que pasé, dos marroquíes estaban a patada limpia en la puerta mientras que los que pasábamos por allí creo que pensábamos “si se matan entre ellos no perdemos nada, dos menos”. Es duro y políticamente incorrecto. Lo sé, pero es la realidad de nuestro pueblo digan lo que digan las estadísticas que parece que las cocinase el mismísimo Tezanos.

P.D. Agradecer a Jorge Velázquez no solo el interés en el tema, sino el acceso al material y el haber contado conmigo

2 comentarios:

LuisKP dijo...

Es verdad, cómo son marroquíes. Mira la que liaron en Madrid.

https://www.lasexta.com/noticias/sociedad/botellazos-pedradas-policia-intentar-poner-fin-macrobotellon-jovenes-mascarillas-medidas-seguridad_2021061160c3758c2f8d570001420d6f.html

No vaya a pensar nadie que somos racistas.

cronicas villalbinas dijo...

Pues mal por ellos, pero eso es algo aislado, mientras lo de Villalba es sesión continua.
Hoy se ha publicado que ha habido otro buen altercado en el Apartahotel que menciono en el blog. Aquí no hablamos de hechos puntuales y con colectivos muy definidos como protagonistas.