Acabaron las fiestas de Santiago Apóstol 2019 y como viene
siendo habitual desde la irrupción de las redes sociales, no han cesado las críticas
a todo el programa de fiestas, algunas muy justificadas y otras no tanto, pero
creo que esto es algo a lo ya nos hemos acostumbrado.
¿Qué es un programa de fiestas flojo si lo comparamos con
los de hace más de una década? Totalmente de acuerdo, pero eso es así en
Villalba, Las Rozas, Pozuelo y todo el territorio nacional. Dos grandes motivos
hay para ello y que no tienen nada que
ver con el concejal de festejos ni la alcaldesa.
Por un lado, la famosa crisis de la que a unos nos está
costando más salir que a otros y, por otro lado, el impresionante cambio de la
industria discográfica y del espectáculo. De verdad, a todos los que tanto han
criticado los conciertos de nuestras fiestas, les pido que hagan un ejercicio
de crítica y los comparen con los de las próximas fiestas que están por venir.
Y lo digo ahora a pecho descubierto y sin conocer los artistas de Las Rozas,
Pozuelo, Majadahonda, El Escorial, etc. Podrán ser algo mejores, pero tampoco
serán para tirar cohetes, eso sí, con mucho cuidado que ahora parece ser que se
ha convertido en el mayor atentado contra la salud el tirar cohetes para
anunciar los pasacalles, eventos taurinos, etc.
Así que una vez finalizadas las fiestas podemos hacer balance
de ciertos puntos y hacer una crítica de las mismas con mayor rigor y sin
basarnos en las suposiciones.
El pregón por lo que me dicen fue un poco desastre. Una vez
más falta de respeto a los pregoneros y estos sin estar a la altura del
momento. Debo confesar que intenté ver el video un par de veces y fui incapaz
de aguantar más de dos minutos. La oratoria no es el fuerte de las personas
elegidas en los últimos años.
En cuanto a las actuaciones, ya he comentado en entradas
anteriores la dificultad que hay para conseguir artistas de consenso, pues
evidentemente los gustos son muy distintos tanto por la edad como por clase
social o nacionalidad, etc. Y más cuando la industria discográfica ha cambiado
tanto en los últimos años y las discográficas, vía radio fórmulas, ya no guían
los gustos de las masas, lo cual hace unos años se consideraba un mal de la
industria, pero viendo la deriva a la que nos han llevado las RRSS me hace
cuestionarme el asunto en algunas ocasiones.
Así que difícil era conseguir esos artistas que gustasen a
jóvenes y menos jóvenes, pues son muy pocos los que existen y de esos, muchos
menos los que acceden a actuar ante un auditorio en el que el público asiste
sin pagar entrada y sus giras están cada vez más acotadas a las grandes
capitales. Por pedir que no quede, pero se antoja difícil que Amaral, Fito y
gente de este tipo puedan pasar por nuestro pueblo con el presupuesto que
manejamos en la actualidad para festejos.
Lo que sí ha sido un clamor popular ha sido la falta de
algún grupo o cantante mínimamente actual para el público más joven. Algo que
ha cobrado mayor dimensión ante la falta del festival de Dj’s y los problemas
con los chinches, garrapatas o lo que quisiera que fuese lo que provoco el
famoso episodio de las picaduras en la carpa que atrajo incluso a la televisión
y nos puso nuevamente en los noticieros y no por algo positivo.
Marea, Rulo y la Contrabanda, Morat o alguna de las
triunfitas del “deja vú” del año pasado de OT habrían sido opciones más
interesantes para ese público que el caduco y viejuno Manu Tenorio que no paso
de llenar a un tercio la Plaza de los Belgas y siendo muy generoso.
Otro de los factores que ya avancé que no me gustaba en el
programa de fiestas y que muchos han compartido, ha sido la duplicidad o
solapamiento de actividades similares en días y horario. Cierto es que dos de
esos solapes se han producido por dar una buena visibilidad a gente del pueblo
o la zona como era el caso de Strad y Cool Killers, que cumplieron con creces
para lo que se esperaba de ellos.
En el caso del violinista, un tercio de aforo
de la Plaza de los Belgas es una cifra muy respetable, mientras que, en el caso
de los segundos, su apuesta es muy difícil para este tipo de auditorios y el
arranque del show fue un tanto flojo, pero poco a poco se fueron entonando por
lo que me cuentan. Cuando yo me pasé por la plaza el aspecto era un poco
desolador, pero como digo, al final la cosa mejoró.
Pero como decía, el dar una oportunidad a gente joven de la
zona me ha parecido de lo más interesante de las fiestas, pero no para hacer
caer sobre ellos el peso de ser las actuaciones bandera. Tal vez el hacer una
especie de “Nights of the Proms” dentro del programa de Santiago Apóstol podría
estar bien, pero la cercanía al “Villalba Suena” y el ciclo de música en la
calle se antoja como un exceso de oferta en tan poco tiempo para este tipo de
espectáculos. En cualquier caso, el dar una vuelta a esto por parte de la gente
encargada de confeccionar el programa de fiestas no estaría mal.
Otro de los puntos positivos han sido las actuaciones de la
Orquesta Mondragón, algo menos de media plaza, rozando el tercio, pero en día
laborable. Un espectáculo que logró conectar con buena parte del público
asistente y que se puede considerar que aprobó con nota. Me sorprendió que
Gurruchaga tuviese que leer tanto la letra de sus propias canciones.
Manu Tenorio era supuestamente uno de los platos fuertes de
las fiestas, sin embargo su actuación derivó en la gran decepción de las
mismas. Menos de un tercio de la plaza y un repertorio de boleros y canciones
lentas que no invitan a la fiesta dejaron bien a las claras que para triunfar
en este mundo de la música, con una cara bonita y una buena voz no es
suficiente, se necesita talento y buenos managers y producción, algo que dejaron
atrás la mayoría de los concursantes de OT al poco tiempo de abandonar la
famosa academia.
Y para finalizar, la actuación que los más entendidos han
calificado como la gran actuación de los últimos años en Collado Villalba. Kiko
Veneno, que se metió al público que lleno, aunque sin apreturas la Plaza de la
Estación. Arropado por una banda de músicos enormes y con un sonido de gran
calidad. Kiko efectuó un repaso por algunos de los temas que le sitúan como uno
de los compositores más influyentes de la música española de las últimas
décadas. No solo por sus temas, sino por sus colaboraciones con gente como Camarón
de la Isla. Su “Volando Voy” que compuso para el genio gitano, puede
considerarse como el momento de las fiestas de este 2019.
Y no, no me he olvidado del Granito Rock. Debido a que en
los últimos años se ha alejado de forma muy notable de mis gustos musicales y
de ambiente, un año más decidí “emigrar” este día de las fiestas de mi pueblo.
En este caso decidí apostar por una película de cine, “El Cuento de las Comadrejas” una película argentina que recomiendo, con un gran guion y mejores
diálogos que han vuelto a poner a Campanella en lo alto de la cartelera. Sin
duda salí ganando con el cambio y más cuando al día siguiente te toca trabajar.
Lo más triste es que al llegar de vuelta a Villalba tras una cena de picoteo en
un pueblo vecino, el aspecto de nuestro pueblo no me parecía el de un pueblo en
fiestas, salvo por la peligrosa presencia de jóvenes peatones en la calzada del
“Scalextric” que nos saca de la A6 y nos mete en el Zoco. Las pandillas van
agrupadas, pero los chavales a lo suyo, no perciben el peligro de ir un metro o
metro y medio dentro de la calzada en un lugar con tan poca visibilidad y a
esas horas.
Parece que no soy el único que piensa que el escorar el festival hacia opciones más “Hard” o “Metal” no lo han beneficiado de cara al gran público o como atractivo para venir hasta Villalba. Tal vez estaría bien recordar que el festival creció con gente como Obus, Medina Azahara, Dover, Los Suaves, Muro o Mago de Oz. Gente que por uno u otro motivo llevan años presenciando el festival cuentan que a nivel de público no tiene nada que ver lo de los primeros años con lo que viene sucediendo en las últimas ediciones. Y para colmo, según escribo estas líneas me entero de que la Asociación Fotográfica de la Sierra no ha podido tomar fotos del evento. Es muy triste el poner trabas a quienes nos acercan a todos los eventos que suceden en nuestro municipio y tanto favorecen la difusión de la vida cultural y social del mismo. Las fotos que ilustran esta entrada al blog son de ellos, como no podía ser de otra forma, quien mejor que ellos para captar las mejores instantáneas de las fiestas.
El nuevo concejal del ramo tiene tiempo y trabajo por
delante si quiere volver a poner a Collado Villalba en el “escenario cultural”
que le corresponde. Sin duda la persona que ahora ostenta dicha concejalía es
una persona del mundo de la cultura y eso es un punto a favor, otra cosa serán
sus gustos y preferencias y lo que las circunstancias le permitan contratar.
Dentro de un año saldremos de dudas, ahora ya saben que toca el típico
“desierto veraniego villalbino”.
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