martes, 13 de junio de 2017

Quo Vadis San Antonio

Escribo estas líneas a pocas horas de que los fuegos artificiales pongan punto y final a las Fiestas de San Antonio 2017. Unas fiestas que sobre el papel, han tenido el programa más pobre que uno recuerde en los últimos años. Y no seré yo el que defienda desde aquí que se incremente el gasto en festejos dada la situación económica del pueblo, pues desde este blog he criticado en varias ocasiones los excesivos gastos en eventos lúdicos de diversa índole en los que nuestros gobernantes han ido incurriendo.

Esta entrada va más sobre el rumbo que las Fiestas de San Antonio han ido tomando en los últimos años o sobre la falta de rumbo, pues no sabe uno muy bien que se adapta mejor a los acontecimientos.

Y es que tal vez sea una percepción mía, pero lo cierto es que las fiestas de San Antonio cada vez son más las fiestas con las que nos identificamos los vecinos de Collado Villalba, independientemente de que seamos del “Pueblo” o la “Estación”. Creo que mucho han tenido que ver el que afortunadamente aún conserven un pequeño rescoldo de fiestas con sabor a pueblo, algo que en las de Santiago ya no existe por ningún lado, pues los eventos principales carecen de la calidad de antaño y la dispersión del ambiente, la pérdida del espíritu que tenían las peñas allá por los años 80 y el que el día en que puede disfrutar la mayoría de gente ha quedado relegado al festival de una minoría mayoritaria, que deja sin opciones a otros muchos sectores de población que incluso decidimos salir del pueblo ese día en lugar de tratar de atraer a nuestros conocidos hasta el municipio.

Pero volviendo a San Antonio, ¿qué ha pasado este año para tener tan pobre programa de fiestas? Bueno, pues lo primero que hay que saber es que las fiestas salen adelante por el trabajo conjunto del Ayuntamiento y los Mayordomos que configuran la comisión de festejos (cargos que van rotando y que tradicionalmente eran mozos de Villalba Pueblo).


Tal vez este carácter rotativo de los mayordomos provoque que las fiestas no tengan una línea clara. Un año predominan los eventos deportivos, otro te traen famoseo de casquería… un poco en la línea de lo que puedan mover los mayordomos de ese año. Otras voces cargan contra la cada vez mayor influencia de la gente del Barrio de la Estación desde que se abriese el tema de los mayordomos y dejase de ser exclusivo de la gente de Villalba Pueblo de toda la vida, lo que habría bajado el grado de implicación de estos en la organización de las fiestas.

Sea como sea, lo cierto es que las fiestas no tienen un esquema fijo, lo cual no debería ser sinónimo de malas fiestas o mala organización, pues incluso podría enriquecerlas si la gente nueva es capaz de retener las cosas que funcionan y aportar novedades. Pero no parece ser el caso de este año.
Y es que como he mencionado anteriormente, las fiestas salen adelante por el trabajo conjunto de los mayordomos y el Ayuntamiento y por lo que se ve, este año a la sintonía le ha fallado el ajuste fino. Los mayordomos no se han quejado de que el Ayuntamiento haya tirado por tierra las fiestas, pero si han dejado claro que han destinado menos recursos que otros años. Y como he dicho anteriormente, no seré yo quien pida más dinero para fiestas si las arcas no se lo pueden permitir. Pero sí que habrá que pedir que haga algo que tantas veces se olvida y que en el caso de no hacerlo el Ayuntamiento agrava el mal, se trata de poner en valor el trabajo de los demás. Son muchas las horas que los mayordomos en este caso y las peñas, asociaciones y otras fuerzas sociales dedican para sacar adelante ciertos eventos donde luego aparece el concejal de turno a hacerse la foto (en algunos casos con pose forzada) a pesar de sus mas de 50000€ anuales.

Foto de José María Simón
Suelen ser trabajos de muchas horas que no se reconocen y jalonados de obstáculos y trabas muchas veces evitables. Cierto es que hasta que uno no está en el ajo correspondiente no sabe de qué paño está hecho el traje, pero muchas veces las ayudas que se necesitan no son tanto económicas como dar facilidades a los organizadores y establecer procedimientos fluidos de comunicación entre estos y el Ayuntamiento. Por ejemplo, este año las fiestas se han quedado sin un evento que había ido cuajando a lo largo de estos años como ha sido la Carrera de los Autos Locos, lo cual es una pena, pues se trataba de un evento con un nivel importante de participación y gran aceptación entre un público para todas las edades y con unos costes bastante reducidos. Y es que al parecer, La Peña los Pirin, que se había encargado de la organización a lo largo de estos años, ha decidido no prestarse a la misma. No se sabe bien el motivo, pero parece que ha podido ser la mezcla de la falta de compromiso con el evento por parte del Ayuntamiento (reacio a enfrentarse a las molestias que provoca a los vecinos el corte de una calle y el garantizar un mínimo de seguridad tanto a los que trabajan en el evento como a los que participan de él) y el cansancio por parte de los miembros de la peña por tener que enfrentarse no solo al trabajo de sacar el evento adelante, sino al de salvar esas zancadillas o faltas de ayuda.

Esperemos que para el próximo año el emulgente vuelva a funcionar y el pastel de las fiestas vuelva a ser jugoso y tenga guindas como la de los Autos Locos. 




Aspecto de la Plaza durante el concierto del Grupo La Huella, Evento estrella de este año
. Foto Facebook de la orquesta

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