Los últimos días del año que nos acaba de dejar han sido grises y feos en lo meteorológico, si bien es cierto, que esto es un criterio subjetivo y como se suele decir, nunca llueve a gusto de todos y el agua que estos días nos empapa y nos hace coger los terribles resfriados, como el que arrastro desde el día 31 con la odiosa combinación de agua, frio, viento y granizo de la San Silvestre a la que no podía faltar y el calor del local en el que di la bienvenida al nuevo año, son necesarias si queremos pasar un verano en el cual no tener sobresaltos en forma de restricciones como las que sufrimos a principios de la década de los ochenta. Y es que muchos no se acordarán pero hubo tiempos en los que la sequia en la zona, obligo a cortes de agua en los meses de verano, incluso para el consumo humano, asi que asumamos las incomodidades de estos dias para el beneficio futuro.
Pero a lo que vamos, estos días de lluvia y la posible aparición de la nieve en próximos días, no hace más que evidenciar los fallos y limitaciones de las últimas obras que se han llevado a cabo en nuestro municipio. El otro día ya nos hacíamos eco de las goteras del parking de la biblioteca Miguel Hernández.
Pero hoy hemos podido comprobar otro episodio de la serie de chapuzas al ver como la calle Honorio Lozano presentaba tres o cuatro planchas metálicas de las que se usan en las obras para tapar zanjas, y es que el suelo adoquinado de primerísima calidad, se está ahuecando a una velocidad de vértigo. Y si esto está pasando en esta calle, ¿qué pasará en la Calle Real? Pues más de lo mismo, y es que si la obra de la Calle Real era más que cuestionable, creo que todos le dábamos un pequeño margen de aprobado, por la necesidad de que el suelo se cambiase o al menos no presentase esas incomodas baldosas huecas que en días como el de hoy te ponen los pies caladitos. Pero por lo que se ve, la gran obra a día de hoy no contempla tan básica demanda.
A todo esto no se nos debe olvidar que esta obra debería haber finalizado ya hace una semana y ahora no vale que nos vengan echando la culpa a la lluvia o la nieve, que los retrasos en la zona que va desde el puente del rio hasta la Plaza de la Estación, no se han producido en estos últimos días.
En definitiva, la obra de la calle más importante del pueblo, no ha querido quedarse atrás en cuanto a la polémica, con respecto a las de sus vecinas Batalla de Bailen y Honorio Lozano, acumulando defectos ya reiterativos en todas las obras civiles de Villalba. Por ejemplo, se me plantea una incógnita que espero alguien pueda resolver a nivel de seguridad vial, ¿Qué sentido tiene que el paso de peatones que había justo en la puerta del Canguro haya quedado emplazado casi dentro de la misma rotonda de la Plaza de España? ¿Son ganas de incordiar? ¿De fastidiar a ciertos comerciantes? ¿De qué nos juguemos el bigote cada vez que tengamos que cruzar casi dentro de la misma rotonda? ¿Hay interés en que la circulación en superficie en ese punto sea menos fluida? ¿Es que no se han dado cuenta de que con el semáforo cerrado los coches se paran dentro de la misma rotonda?
Por cierto, otro punto del que un dia podriamos hablar largo y tendido es de la famosa balsa de agua que se forma en la entrada a la urbanización de Los Altos de Villalba en la via de servicio. Cualquier dia de estos podemos tener un disgusto y entonces empezaran a repartirse las culpas entre Ayuntamiento, Comunidad y Fomento, pero el problema esta ahi y lo sufrimos cada vez que llueve con intensidad.
1 comentario:
Y no te pierdas el gran charco que se forma en la acera ya terminada, en la puerta del Canguro haciendo esquina con la Plaza.
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