miércoles, 8 de diciembre de 2021

Resumen 2021 (Enero - Abril)


Comienzo con esta entrada la serie dedicada a resumir este segundo año de pandemia que, si bien no ha sido tan complicado como el anterior, también ha tenido lo suyo.

Y es que hay que recordar que empezamos fuerte, que digo fuerte, muy fuerte, pues arrancamos el año con el temporal de nieve más importante que se recuerda en la localidad. Y así dividí el paso de Filomena en varias entradas, comenzando por una primera en la que analizaba los distintos escenarios de las previsiones, el amago del día anterior y las primeras horas del temporal en las que se empezaba a ver que esta vez la cosa era sería.

En la segunda narraba como fue el despertar en un pueblo incomunicado, pero con una estampa preciosa y con imágenes que si nos las llegan a contar sin haberlas visto no las habríamos creído. ¿Gente esquiando en Villalba? Que locura ¿verdad?

En la tercera entrada relataba como nos sumergíamos en la tercera jornada de temporal y empezábamos a tener algunas necesidades mientras el pueblo seguía bloqueado. Nos tocaba doblar el lomo a los vecinos para poder recuperar la normalidad lo antes posible a pesar de que la climatología no ayudaba lo más mínimo y mientras, las colas para comprar el pan parecían las colas del hambre en el tercer mundo.

En la cuarta y última entrada dedicada a Filomena, traté de analizar lo acontecido en esa difícil semana. ¿Había fallado la previsión? ¿No se tenían suficientes medios para abordar esta situación tan excepcional? ¿Se debe invertir más en el plan de inclemencias invernales? ¿Se debería trabajar en la creación de un plan de contingencia que permita al Ayuntamiento una actuación más rápida ante situaciones como esta?

Y cerraba el mes con una entrada dedicada a las antiguas salas de juegos o recreativos, que en poco se parecen a las actuales salas. Aquellas no servían bebidas, sin embargo, eran un punto de encuentro para la juventud y una de las formas más importantes que había para sociabilizar. Hubo un desarrollo tecnológico que las hizo evolucionar y hasta llegar a ser el eje sobre el que pivotaba el ocio de la juventud del momento. Tal vez esa tecnología accesible a todos fue su tumba, pues en unos años, la gran mayoría ya tenía ordenadores tan potentes como los emuladores de las salas de juegos en sus propias casas.



Y empezamos el mes de febrero que fue especialmente complicado en nuestro municipio, pues empezamos a enlazar cierres perimetrales de todo tipo a consecuencia de la pandemia y uno no sabía que sentir, si coraje, frustración o desilusión por ver como todo lo avanzado se iba al garete a pesar de que se estaba empezando a vacunar a nuestros mayores. ¿Tan mal lo estábamos haciendo los Villalbinos? ¿Nos había mirado un tuerto?

Y continuamos con una entrada dedicada a un importante cambio en la circulación vial en Villalba, el cambio de ubicación del semáforo de El Zoco. Un cambio motivado por la construcción de un supermercado y que ha condicionado desde entonces la forma de circular en dicho lugar, pues han aumentado los atascos y la congestión de la rotonda, si bien es cierto que yo me lo imaginé peor en su momento, pero está claro que hay más atascos y una circulación menos fluida.

Y sobre la nueva ubicación del semáforo realice una encuesta entre los visitantes del blog, cuyos resultados publique en una nueva publicación y que coincidían mayoritariamente con mi punto de vista.

Eso sí, antes llego una reflexión a raíz de una polémica carta de nuestra alcaldesa pidiendo prioridad hacia nuestro pueblo en los planes de vacunación dada la elevada Incidencia Covid que venía arrastrando nuestro pueblo por aquellas fechas. Hubo opiniones para todos los gustos y se generó un interesante debate similar al que se produciría unos meses más tarde sobre la conveniencia de vacunar a los menores de edad saltándose franjas de edad aún sin vacunar.



Y nos metimos en el mes de marzo, un mes en el que La Tragamillas ha gozado de un importante protagonismo pues tanto el blog como la popular carrera nacieron casi de forma simultánea y para quien esto escribe ha sido una experiencia muy gratificante hasta la fecha. Así que como no iba a echar de menos a nuestra Media Maratón en este difícil año (recordemos que la edición del 2020 se celebró casi sobre la bocina del confinamiento). Y es que aproveché este esperemos “parón técnico” para repasar un poco lo falto de tradiciones que está nuestro pueblo y el escaso éxito del que han gozado algunas de ellas lanzadas con gran respaldo y buena acogida en un primer momento, pero con un corto recorrido. La Tragamillas parecía ser la excepción que confirmaba la regla. El tiempo dirá.


Continuábamos el mes con una entrada política de esas que cada vez me da más pereza escribir, pero el movimiento de Diana Barrantes y su ruptura con el partido de Vecinos por Collado Villalba era un hecho noticiable. Por un lado, el PP asestaba un golpe definitivo a la oposición, pues al pasar la tránsfuga a engrosar el Equipo de Gobierno, este pasaría a tener una mayor estabilidad. Por otra la opción municipalista se veía herida de muerte, pues la falta de estructura y la herida dejada por Diana, son de muy difícil cura y más con el evidente “divorcio electoral” entre electorado y partido. Pero esto es algo de lo que ya tenemos precedentes en Collado Villalba con el caso ADEI y su líder caído en desgracia. ¿Se repetirá la historia?

Y seguimos con el dichoso Covid y la evolución de lo que en aquel momento era la tercera ola. Como estábamos bajando desde aquellas terribles cifras de cuatro dígitos, pero no conseguíamos estabilizar la curva en valores que no fuesen preocupantes. ¿Se acuerdan lo que nos costó bajar de los famosos 500?

Y Terminé el mes de marzo con una entrada que tal vez se tenía que haber escrito hace mucho más tiempo, pues la importancia del Guadarrama en nuestro municipio es clave. Factor clave para que los primeros pobladores se asentaran en este lugar y para que años después lo hiciesen algunas de las importantes empresas que llegaron y permitieron el desarrollo del pueblo. El volver a ver al rio en grandes cotas de esplendor gracias a las lluvias y a Filomena, me han facilitado el saldar la deuda pendiente.

Este año la Semana Santa se nos coló en el mes de abril y con ella llegó uno de los dulces más típicos, clásicos y universales de nuestro país, la torrija. Y aunque es un dulce que mucha gente hace en sus casas por estas fechas, en los últimos tiempos se ha convertido en un clásico en la carta de postres de muchos restaurantes (algunos con versiones que poco tienen que ver con el original y a un precio de quitar el hipo más que el hambre pese a su alto valor calórico). Y por ello me quise acercar a uno de los lugares de Villalba más mencionados en las RRSS por la calidad de su torrija y así certificar si la calidad se ajustaba a los comentarios.

Pero abril fue también un mes muy extraño, pues murieron casi sin separación temporal dos personas importantes de nuestro municipio, dos concejales que, aunque en las antípodas ideológicas, eran representantes de todos los Villalbinos en la elección de los designios de este municipio. Todo ello dentro del marco de una feroz campaña electoral por el poder en la Comunidad de Madrid que supuso el desfile por nuestro municipio de casi todos los primeros espadas de la política de la región.

Y para finalizar el mes, un año más dedique una entrada a la tradicional ruta de la tapa, que en esta ocasión tenía una gran importancia por suponer un importante respaldo para un sector tan capital y que tan mal lo ha pasado durante toda la pandemia. Aunque no la disfrute mucho, sí que puedo decir que lo que probé me gustó bastante y que en líneas generales se vio una franca mejoría con respecto a otros años. Esperemos que se consolide la línea ascendente para futuras ediciones.

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