
Sin embargo, hace poco más de un mes descubrí
accidentalmente, que el destino de Fernando Alonso (el cual siempre me ha
parecido un buen deportista, pero muy sobrevalorado por según que periodistas
que rozaban el hooliganismo) y el de nuestro pueblo van a tener un nexo de
unión.
Y es que ese coche del que tantas pestes se llevan soltando
desde que el asturiano llego a la escudería McLaren, tiene un motor Honda, que
parece ser el foco sobre el que cargan las culpas del bajo rendimiento del
monoplaza de Alonso. Y precisamente Honda tiene ahora un importante peso en el
tejido empresarial de Collado Villalba.

A estas alturas tratar de repasar la historia de la forja
villalbina se hace casi imposible para el que no la haya vivido en primera
persona. Solo ver el siguiente enlace de Sidenor, ya hace que se pierda hasta
el mismísimo señor Tom Tom.
Así que este fin de semana si a alguien le apetece madrugar
para ver el Gran Premio de Australia (recordar que en la noches del sábado al
domingo se adelanta el reloj una hora), que recuerde que Fernando Alonso lleva
una “nano representación” de nuestro pueblo por las antípodas y que si al
piloto y la escudería le va bien a lo largo de la competición este año, igual
la empresa villalbina se verá ligeramente beneficiada.
Si por soñar que no quede…
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