lunes, 26 de mayo de 2025

Por sus obras los conoceréis

¿Por sus obras los conoceréis?

Aunque el pasaje bíblico del evangelio según San Mateo, concretamente en el capítulo 7, versículo 20, tenía como enseñanza a sus discípulos como discernir entre los verdaderos y los falsos profetas, lo cierto es que podríamos hacer un cierto uso de la frase para clasificar a nuestros alcaldes a lo largo del periodo democrático.

Y es que, con el paso de los años, cada uno encuentra su espacio en la historia y en el recuerdo de sus vecinos, principalmente por las obras ejecutadas durante sus mandatos.

De esta forma, Carlos Julio pasó a la historia principalmente por la obra de la canalización del Rio Guadarrama. Sin duda alguna, la obra más importante desarrollada en el municipio hasta la fecha en el periodo democrático. Solo comparable a la llegada del ferrocarril o la A6. Todo esto ha quedado bien claro en los periodos de lluvia como el sufrido en este año.

Jose Luis Peñalvo pasó a la historia no como el alcalde que renovó una infraestructura tan importante como la estación de ferrocarril, sino como el que permitió el derribo del edificio de la antigua infraestructura. Una de las pocas señas de identidad de un pueblo carente de ellas y con tan pocos restos históricos.

Jose Pablo González quedará siempre en nuestro recuerdo por el famoso túnel que tanto ha condicionado los años posteriores a su construcción. No me voy a extender en el asunto, pues poco queda que contar del asunto desde este blog, más allá de recordar que fue un punto de inflexión crítico que explica, pero no justifica, buena parte de lo que vivimos a día de hoy.

Agustín Juárez es la excepción que no aguanta la afirmación bíblica. Para bien o para mal, no le dio tiempo a proyectar ningún gran proyecto más allá de la marca, convertida en meme “Villalba Capital de la Sierra”.

¿Y Mariola? Pues a pesar de llevar tantos años gobernándonos y pese a sus pasarelas y la dudosa elección del proyecto de remodelación de La Plaza de los Belgas, con las consecuencias derivadas de la desaparición del mercadillo de esa ubicación, pasará a la historia por la obra del Quique Blas.

Una obra la de la ampliación de nuestro pabellón, que amenaza con durar lo que la obra del Monasterio de El Escorial. Y todo ello simplemente para parchear una infraestructura ya obsoleta y claramente insuficiente para cubrir las demandas actuales del municipio.

Pero uno pasa por allí y ve la pancarta informativa y la mágica cifra de la inversión y el plazo de ejecución y se pregunta si alguna vez van a tener la vergüenza torera de agarrar al toro por los cuernos y finalizarla en lugar de hablarnos de futuras pistas deportivas donde aún no hay ni la aprobación en pleno.

Mariola, ¿De verdad quieres pasar a la historia por algo así? Si bien es cierto, que para muchos solo es la punta del iceberg de una nefasta gestión. 

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