Hay épocas en las que se hace difícil esto de ser “corredor popular”. Unas lo es por la falta de motivación, otras por la falta de resultados a pesar del esfuerzo derrochado, las condiciones meteorológicas también tienen su relevancia y por supuesto los avatares de la vida de cada uno.
No sé a qué culpar de mi desdén en las faenas deportivas que me llevan acompañando ya cerca de seis años. El caso es que estoy en una de esas fases en las que si no te planteas un objetivo, cualquier excusa es buena para no sufrir, pero por otro lado no quiero desperdiciar lo ganado gracias al deporte en todos estos años y trato de buscar ese algo que motive una salida, aunque sea de forma tranquila lejos de los duros recorridos y de los compañeros que le dan a uno más caña de la que puede aguantar.
Hoy en la lucha entre el angelito que me susurra que salga a correr y el demonio que me pide que me quede en casa dando viajecitos a la nevera o la despensa, se ha salido con la suya el primero en un combate ganado a los puntos. Y le tendré que dar las gracias, ya que de no haber salido hoy, no se habría producido esta entrada en el blog.
Y es que ese reducto de naturaleza que aún le queda a Collado Villalba, últimamente está siendo frecuentado por todo tipo de personajes a cada cual más pintoresco. Atrás quedan los años en los que lo raro era ver a un tipo con una larga barba corriendo al más puro estilo Forrest Gump, que uno no sabía si fue antes el huevo o la gallina.
Con solo dar dos vueltas en el día de hoy a la dehesa me he cruzado con corredores y paseantes habituales, algunos conocidos y otros no. Con bastantes niños con sus bicis y paseantes de perros, lo que ha provocado que al final uno vaya haciendo más eses que un conductor ebrio para sortear tantos obstáculos.
Pero entre toda esta fauna hoy han destacado varios personajes: Por un lado un tipo con una MTB ataviado con un chaleco fosforito y casco de los que usan los corredores de trial o descenso, que se dedica a hacer series de velocidad por el carril bici, lo cual puede llegar a representar un peligro para aquellos que comparten ese espacio con él. El otro día sin ir más lejos, un ciclista se vio obligado a pegar un frenazo al verse sorprendido por una niña que también iba en bici en sentido contrario. Si el ciclista hubiese sido este habitual de la dehesa, probablemente estaría hablando de un accidente dada la velocidad a la que se emplea por la zona. Le recomendaría que usase otros recorridos para hacer ese tipo de entrenamientos.
Por otro lado esta una chica que a pesar de los calores que nos han castigado en los últimos días y que aún hoy nos siguen castigando, sigue saliendo a darse su paseo con un pañuelo al cuello. Es más, creo que hoy llevaba incluso dos. El agobio solo al verla ya provoca un aumento de mi temperatura corporal y mis pulsaciones.
Y ya he mencionado, que muchos aprovechan la dehesa para sacar a pasear a sus perros a los que llevan convenientemente atados y sujetos (no todos), mientras que otros pasean agarrados de la mano de sus parejas. Pero los hay que pasean agarrados a una mancuerna de 10kg. Como diría aquel, “hay gente pa tó”.
Y para finalizar, otro personaje se me ha sumado a la extraña fauna de habitantes de la dehesa. Se trataba de un chaval, intuyo que de origen sudamericano, que con su coche aparcado en el parking frente al tanatorio nos ha obsequiado con unos toques de trompeta acompañado por un altavoz conectado al coche con música típica del otro lado del atlántico. Perdón por no saber identificar si era bachata, salsa, ballenato o cumbia, pero es que a mi toda esa música me suena igual. Me imagino que este “Miles Davis” tiene su origen motivo de ser en la búsqueda de poder practicar su afición en un lugar donde no moleste a los vecinos, porque me imagino que los locales de ensayo serán difíciles de pagar y más para una persona en solitario.
En fin, que como habéis visto, no sé si hoy he salido a correr por la dehesa o por Faunia. Os invito a que votéis por el personaje del verano… o que me contéis con que otros personajes os habéis cruzado vosotros.