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lunes, 27 de septiembre de 2021

El tiempo no lo cura todo

Imagen de "Aquí en la Sierra"
Mientras esperamos la resolución al conflicto de Protección Civil donde se ha instaurado la ley del silencio y pareciese que esperan que el tiempo sane las heridas a pesar de que estas están muy abiertas y se corre el riesgo de extender la infección, me van a permitir que vaya atrás en el tiempo y recupere otro tema donde igualmente pareciese que nuestros mandatarios esperan que el tiempo lleve al olvido.

Si se acuerdan, hace unos años “bauticé” a Mariola como “La Reina de las Pasarelas” y no precisamente por su glamour, pues suele ser discreta en cuanto su “outfit”, sino por ser ese elemento arquitectónico la imagen más representativa de su gestión.

Por si no lo recuerdan y resumiendo, la concesionaria del Hospital General de Collado Villalba debería hacer la construcción de una pasarela de acceso al mismo desde la zona de las urbanizaciones de La Chopera y El Soto. Como ustedes sabrán, dicha obra terminó haciéndola y costeándola el Ayuntamiento con el fin de que no se dilatase en el tiempo su ejecución y a la espera de que la sociedad concesionaria la pagase.

A fecha de hoy y varios años más tarde, uno empieza a sospechar que la intención era que el tiempo borrase de nuestra memoria este incumplimiento, pero resulta que soy un poco rencoroso y me cuesta olvidar cuando alguien me la juega y al final, estamos hablando de mi dinero y del tuyo, en definitiva, del de todos los Villalbinos.

¿Se ha efectuado dicho pago y recuperado el Ayuntamiento el dinero que es de todos los Villalbinos? Salvo que se me haya escapado la noticia, cosa que dudo por lo mucho que les gusta la propaganda a ciertos concejales, la respuesta es no.

Así que ahí les dejo deberes a nuestros políticos. Por un lado, al equipo de gobierno desmentirme si estoy equivocado (con mucho gusto corregiré lo escrito) y por otro, a la oposición el lanzar la pregunta en pleno y demostrar que se preocupan por lo que interesa verdaderamente al vecino de Collado Villalba.

Continuamo
s expectantes.

jueves, 16 de septiembre de 2021

¿Donde están los kioskos?

El último kiosko superviviente
Las lluvias y el bajón en el termómetro con el que comenzó la semana, me hacen darme cuenta de que el verano va tocando a su fin y que un otoño madrugador llama a la puerta a pesar de que queden los veranillos de San Miguel y otros llamados de mil formas en función del lugar.

Y así he caído en la cuenta de que este año no he probado las novedades de las principales marcas de helados industriales. Parece ridículo que una persona ya de cierta edad se pare a pensar que ha terminado el año y no ha probado el Maxibon Waffle, los Häagen-Dazs Dúo o el Magnum Double Gold Caramel Billionaire.

Pero es que los recuerdos tiran mucho y más que el interés en comer esos helados, está la añoranza de tiempos cada vez más lejanos. Y es que, seguro que muchos de vosotros también recordareis aquellos años en los que al abrir los kioskos en verano, los chavales corríamos a ver el gran cartelón que colgado o en forma de tótem nos ubicaban junto a los mismos. En esos carteles buscábamos la novedad del año, ese helado que queríamos probar para estar a la última.

Así, a lo largo de los años fueron asomando los Frigurón, Calippo, Twister, etc. Que iban tratando de hacerse hueco entre los clásicos Colajet, Drácula, Frigopie o Milky. Aunque para clásico el “helado de corte” que era con el que acababa la mayoría de las veces, pues mis padres no eran partidarios de comprarme “helados de hielo” o “polos”. Hoy evidentemente y por aquello de las “contaminaciones cruzadas” se hace impensable y casi tercermundista dicha práctica.

Pero además de las marcas de helados y los nombres de los mismos, han cambiado otras muchas cosas en estos años como ya comenté en sendas entradas hace un tiempo (1 y 2). ¿Dónde están esos kioskos donde comprábamos las chucherías o helados? Recuerdo así a groso modo, que existía uno en la Plaza de la Estación, aquella plaza cuadrada con un paseo que la rodeaba y una gran farola central, infinitamente más acogedora que la actual de la que ni me molestaré en hablar de sus “personajes habituales”. Aquel kiosko era de Frigo y no sé si siempre estuvo pintado de verde, pero al menos así lo recuerdo en sus últimos años. Un poco más arriba y junto a las escaleras de acceso al Paseo del Rio junto a los soportales, se encontraba otro puesto regentado por una mujer muy delgaducha de pelo negro salpicado con canas. Ese puesto ha sido el último en desmantelarse que yo recuerde, pero antes tuvo una segunda vida a golpe de gofres.

Antes, y en la acera contraria, Los Hernández solían montar un kiosko en verano, en el que servían los helados “soft”, para que nos entendamos, los cucuruchos tipo Mc Donald’s. Una variedad que era inaccesible salvo cuando llegaban las fiestas o si bajabas a Madrid. Ya sabemos que no era ni es el mejor helado, pero nos encantaba.

Volviendo a la acera principal, pues recordemos que el paso continuo por la otra acera a lo largo de toda la Calle Real es algo relativamente reciente, una vez pasado el puente, se encontraba el puesto de Maximino. Recuerdo verlo trabajar en él hasta bien mayor. Hoy ese puesto sigue abierto, aunque no con la estructura antigua, sino mucho más grande. Se trataría del único que se mantiene activo y con las características del negocio de antaño.

Cruzando la Calle de Alonso Pena, llegaríamos al kiosko de Chani y más recientemente de Bea. Aún se mantiene en pie, pero sin actividad pues su última inquilina ya se jubiló. Y un poco más arriba, más o menos a la altura de Banco Santander, estaba otro puesto regentado por un tal “Perico”, al que también le recuerdo muy mayor.


Kiosko de Chani o de Beatriz

Esos kioskos eran concesiones a las que solo se podía llegar, igual que con los estancos, si tenías algún tipo de “minusvalía”, que era como se decía entonces sin que nadie fusilase a nadie por el uso de la palabra. Pues al final, el daño no lo hacen las palabras sino el tono, el modo y el uso que se hace de ellas. Era la forma de ganarse la vida para muchas de estas personas en un mundo en donde la protección social era un capítulo aún por escribir.

El caso es que, por unas cosas u otras, el paisaje de la Calle Real ha cambiado mucho. Descenso de natalidad, internet hundiendo la venta de todo lo que huela a papel, tiendas donde poder comprar helados en formato familiar de forma mucho más económica, guerra al azúcar… Un cúmulo de motivos para que solo quede un puesto funcionando junto con los de la ONCE, que también viven su particular guerra contra las casas de apuestas ya sean presenciales o virtuales, amén de los múltiples tipos de loterías que surgieron hasta finales de milenio.


Los Kioskos de la ONCE son "La Resistencia"

La desaparición de estos puestos, no es más que el espejo en el que se refleja la continua decadencia y evolución de un pueblo joven y dinámico a una ciudad vetusta y enquistada donde la dejadez y la desidia marcan el ritmo sin darnos cuenta y donde el tiempo causa estragos.

En fin, que si te quieres comer un helado te tienes que ir a buscar una tienda regentada por un asiático o lo llevas claro. Y es que de heladerías artesanas no es que estemos bien surtidos precisamente. Un gran lunar en “La Capital de la Sierra”. Esa capitalidad que ya hace mucho que nos viene grande y por la que ya casi ni paseamos para darnos cuenta de como ha cambiado por más que tratemos de mirar para otro lado.

martes, 7 de septiembre de 2021

Saltó la polémica

Foto del servicio Tragamillas 2020
Habemus polémica.

Pues sí, tenemos polémica servida y casualidad o no, la protagonista es la ínclita “Diana Barrantes”.

El domingo por la tarde saltó la noticia de la destitución de Jose Berrón como responsable de la Agrupación Local de Protección Civil. Y si ya de por si la noticia nos ha sorprendido, lo han hecho más aún las formas en las que se ha producido.

No es la primera vez que soplan tempestades en la agrupación local, pues hace unos años ya hubo otro follón que hizo que muchos voluntarios causasen baja y que se cambiase de dirección, por lo que después de unos años de tranquilidad y crecimiento en la agrupación esto nos ha pillado por sorpresa y más después de que por fin el Ayuntamiento dotase de vehículos nuevos a la agrupación, que hasta la fecha era el último conflicto importante que se conocía.

En estos momentos la cosa no está muy clara, a pesar de que ya se han pronunciado al respecto tanto la alcaldesa apoyando a la concejala, como algunos voluntarios apoyando a Jose Berrón. Se espera que en próximos días hagan declaraciones ambos que arrojen algo de luz a tan oscuro conflicto.

Desde el Ayuntamiento se acusa a Berrón de haberse negado a la implantación de una aplicación de gestión de la agrupación, mientras que los voluntarios que han hablado hasta la fecha niegan tal aspecto y centran el foco en disidencias de un pequeño grupo de voluntarios que se han solventado con la “colocación” de un delegado del Ayuntamiento que lejos de apaciguar las aguas las ha revuelto aún más teniendo como colofón la implantación de la famosa aplicación que algunos voluntarios no ven con buenos ojos por fallos en aspectos que consideran importantes.

El Ayuntamiento defiende la implantación de esta aplicación como herramienta de mejora y especialmente porque es necesaria para preservar datos personales en ciertos servicios. Sin embargo, los voluntarios se quejan de que precisamente esta protección sea a cuenta de los suyos y su vida privada, pues se debería instalar en sus teléfonos particulares con lo que ello implica de localización, gestión de datos, etc.

A estas alturas podríamos pensar que Berrón con mucha experiencia a sus espaldas es un tanto “negacionista” de los cambios y escéptico con las nuevas tecnologías, pero más sospechoso aún es el que se haya puesto a una persona de la ejecutiva local del PP al frente de Protección Civil y más cuando se escucha el run run de poner un cargo de dirección de la Agrupación con nómina.

Y es que, si esto fuese así, muy mal han medido sus actos tanto la alcaldesa como su concejala. Y es que Diana Barrantes que hasta ahora ha hecho y deshecho a su antojo en el que fue su partido, ha calibrado muy mal el peso del apellido “Berrón”.


José Berrón. Fuente La Voz de la Sierra.

Tal vez Jose no sea su hombre para Protección Civil. Es más, tal vez no sea el mejor candidato que pueda tener la agrupación, pero lo que es indiscutible es que es un “Hombre de Villalba”. De la Villalba de dos carriles en la Avenida del Generalísimo, de la Villalba de un rio sin canalizar que asomaba en sus crecidas a su casa. Un hombre de una familia donde desde muy pequeños comenzaron a trabajar para ir ganándose un futuro que sus padres no podían facilitarles por mucho empeño que pusiesen. Jose es hermano de Arcadio y “El Tiri” y eso da empaque en el pueblo por mucho que la concejala siga mirando por encima del hombro a todo el que pase a su lado y a todo lo que asocie a Villalba con un pueblo.

El desprecio y la soberbia con la que se ha dirigido en la misiva enviada a los voluntarios retrata muy bien a la persona que hay detrás de la concejala y esa ya tenía su credibilidad en mínimos y con este episodio ha pasado a negativo. Enviar una carta en ese tono incluso antes de dirigirse directamente al afectado sobrepasa todo tipo de educación, política y modales independientemente de que pueda haber causas de peso para que se pudiese dar la destitución. Y por supuesto que, si las hubiese estaría bien que todos las conociéramos. La Concejala ha pretendido ponerse por encima de todo y todos, incluida la Agrupación Local de Protección Civil donde viendo el comunicado parece que es ella la que otorga o niega los carnets de voluntarios y quien es o no digno de prestar servicios a su pueblo.

Seguiremos pendientes del tema, pues está claro que traerá cola.