Imagen del pregón. Fuente: www.aquienlasierra.com |
Como ya dije en la anterior entrada, el programa era flojo,
en especial en cuanto al tema musical (si bien es cierto que hay que buscar y
rebuscar para encontrar oferta que mejore de forma notable el asunto y que se
lo puedan permití ir nuestras arcas). Efecto Pasillo y El Pulpo, formaban parte
del programa de fiestas de Las Rozas el año pasado, por poner un ejemplo, así
que ya ven como esta el panorama fuera de nuestras fronteras.
No puedo entrar a desglosar las actividades que ha habido en
el programa de festejos, pues solo he presenciado los fuegos artificiales y
pasos de refilón por el Granito y la orquesta del sábado. Sin embargo estas dos
pinceladas, más lo leído a unos y otros por RRSS y el boca-oreja, me permiten
hacerme una idea de cómo se han desarrollado las fiestas.
El pregón parece ser que transcurrió sin incidentes
destacados más allá de los silbidos a las autoridades y la falta de respeto por
parte de unos cuantos al evento. Nada nuevo, pues lleva siendo así desde hace
muchos, muchos años.
El verdadero ruido empezó con el tema del activismo anti
taurino, que ha cobrado más protagonismo en este año de la mano de un conocido
activista que por lo visto es vecino de nuestra localidad. El refuerzo del
programa de eventos taurinos no ha sentado muy bien en una gran parte de la
ciudadanía, que además se ha visto respaldada por la poca presencia de público
en los eventos de pago salvo en el concurso de recortes. Los encierros, como
siempre lleno absoluto.
Pero sin duda, estas fiestas van a pasar a la historia como
las fiestas más “marrulleras” que se recuerdan. El Ayuntamiento tomó medidas
para tratar de controlar los botellones masificados y acotó la zona del
ambulatorio para que no se llevasen a cabo botellones en el lugar. Sin embargo,
el jueves coincidiendo con el Dj Fest o a la finalización de este, se
produjeron importantes altercados que precisaron de la presencia de los
antidisturbios. Se ha querido echar las culpas de esto hasta al empedrado, pero
la cultura del “beber por beber” que se instauró hace muchos años en este país
y lo barato que sale el provocar follón, nos llevan a estas cosas. Poco o nada
tiene que ver el programa de fiestas con esto.
Cuando el sábado por la noche con la Plaza de la Estación a
tope ves a chavales con el Google Maps y te preguntan qué ¿Dónde está la
fiesta? Cargando bolsas y mochilas llenas de bebida y que descartan la opción
de las carpas en el momento en que les dices que allí no les dejaran entrar con
la bebida, ya sabes que van a ir donde van a ir.
Los días siguientes la seguridad se reforzó de forma notable
en todos los eventos e incluso se montaron controles de alcoholemia a la salida
del pueblo como no recordaba haber visto en otros años. Alguno pude ver el
sábado al irme a trabajar. Sin embargo, a pesar de todo el despliegue que hubo
a partir del jueves, parece ser que la mala gente y la chusma siguieron
haciendo de las fiestas su negocio y camparon a sus anchas. He llegado a leer
que se contabilizaron más de 30 denuncias por sustracción de móvil. Y no por el
método del despiste, sino por el de la intimidación. Esto sí que es un dato
realmente preocupante.
Pero volviendo a los aspectos más lúdicos, parece que fue un
acierto el poner una orquesta con repertorio menos clásico y más cañero en la
Plaza de la Estación como alternativa al Granito Rock.
La orquesta sorprendió a
más de uno por su calidad (no fue tan “latina” como había visto en los videos
que encontré en YouTube) y logró acaparar la atención de buena parte del
público que no es amante del Heavy Metal. Por cierto, se comenta que la edición
de este año del Granito Rock ha sido de las más flojas y lo cierto es que
cuando yo pasé por la Plaza de los Belgas, el aforo no llegaba ni de lejos a la
media plaza. ¿Fallos en el cartel y poco atractivo de la oferta? O ¿Desgaste de
los años en un festival tan encorsetado?
Como el año pasado, os dejo una encuesta para conocer
vuestro grado de satisfacción con las fiestas de este año.
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