¿Decepcionado, chafado o contrariado?

¿Decepcionado?, ¿chafado?, tal vez contrariado es la palabra que mejor se ajusta a lo que sentí en el día de ayer al ver los datos de la evolución del covid publicados por la Comunidad de Madrid y que se actualizan cada semana los martes por la tarde y se pueden consultar en el siguiente enlace.

¿Decepcionado por no haber logrado bajar la tasa de incidencia?

Pues no. Bien que me habría gustado que hubiese sido así, pero lo cierto es que, dada la virulencia de la subida de la semana pasada, no era lógico apostar por un cambio de dirección y pasar de la subida a la bajada de la noche a la mañana. A lo más que podíamos aspirar era a un cambio de tendencia y pasar de una brusca subida a una leve o en el mejor de los casos, un estancamiento. De algo nos tiene que servir el llevar ya casi un año luchando contra el bicho y haber escuchado al Dr. Simón en muchas ocasiones (unas más afortunadas que otras), en especial cuando la desescalada, que la recuperación era más lógico que dibujase una “u” que una “v”.

¿Chafado?

Pues evidentemente. ¿Quién no tiene a estas alturas unas ganas locas de recuperar la mayor porción posible de la “antigua normalidad”? Así que habrá que ver en que estantería de los supermercados venden buenas dosis de paciencia, a ser posible congelada, por aquello de que se conserve lo mejor posible y durante el mayor tiempo posible, que parece que nos hará falta. De momento no la he encontrado, pero si Antonia Dell’Atte consiguió comprar un hombre en el mercado…

¿Contrariado?

Pues sí. Porque después de seguir la citada página que muestra la tasa de incidencia covid de toda la Comunidad de Madrid, me siento enormemente contrariado de ver que en Villalba vamos en innumerables veces “contracorriente”. La CAM baja su tasa de incidencia por segunda semana consecutiva y sin embargo nosotros aún no hemos conseguido llegar al “valle” desde el que iniciar la bajada. Pueblos cercanos a nosotros y que tenían tasas similares a las nuestras hace dos o tres semanas como Alpedrete o Torrelodones, han conseguido frenar la subida e incluso esta semana ofrecen un tímido descenso.

¿Se contabilizan de distinta forma nuestros datos? ¿Somos menos respetuosos con los protocolos anti covid que en otros pueblos?

Pues sinceramente no tengo ni la menor idea. No recuerdo si lo comenté por aquí o solo por el Facebook, pero lo cierto es que este verano me quedé asombrado cuando a finales del mismo, un día, antes de la llegada de la segunda ola, bajé a Las Rozas a tomar algo. Pude ver las terrazas de una calle llena de bares con un lleno “pre pandémico”, y al otro lado de la calle, pandillas de chavales en grupos numerosos, sin mascarilla, sin distancias… gritando, abrazándose, etc. Y todo ello con la policía municipal de testigo. ¿Por qué en Las Rozas no han alcanzado nunca una incidencia de confinamiento más allá del barrio de Las Matas? Bien es cierto que la CAM las ha ido adaptando a su antojo para confinar a la carta y evitar “el gran confinamiento”, pero cuanto menos, raro, raro…

¿Será que no hay tanta diferencia entre lo que hacemos en nuestras calles y si bastante más en lo que hacemos en nuestras casas? Lo cierto es que no tengo una respuesta con base científica y si alguna que otra hipótesis poco fundamentada.

Pero lo que está claro es que hemos de prepararnos para un largo camino en lo que llega la vacunación masiva a toda la población y comprobamos su eficacia ante las nuevas cepas y la duración de la inmunidad.

Por lo pronto, creo que malos compañeros son el optimismo y las prisas. Al haber subido hasta cotas insospechadas, podemos caer en la tentación de pensar que una incidencia ligeramente por debajo de los 1000 es una buena cifra y nada más lejos de la realidad. Recordemos que esa tasa es el trampolín perfecto para ante el más mínimo tropiezo, volver a colapsar el sistema de asistencia sanitaria. Ahora mismo, tenemos el ambulatorio de Los Madroños casi cerrado por el brote surgido en él que nos ha dejado sin sanitarios (creo que hay un par de ellos como máximo). Y a partir de ahí resulta mucho más difícil dar esquinazo al virus y empieza a atacarnos sin piedad en carne propia o en el mejor de los casos a gente próxima a la que ponemos cara, nombre y apellidos.

Recordemos que en la mayoría de los países establecieron tasas entre 50-75 casos por 100.000 habitantes como la barrera infranqueable. Y para llegar a esos niveles, necesitaremos que el plan de vacunación de acelere de forma notable, algo que esperemos que suceda con la llegada de las vacunas de otros laboratorios, y mucha, pero que mucha paciencia y seguir cumpliendo las normas básicas (lavado de manos, mascarilla y distancia social).

Así que flaco favor nos hacen los medios de comunicación calentándonos la cabeza con las declaraciones de unos políticos que solo buscan su beneficio.

¿Semana Santa? Una quimera total.

¿Vacaciones en verano? Pues si nos contenemos ahora puede que podamos hacer algo similar a lo del año pasado, eso sí, con mascarillas, aforos controlado, etc.

¿Fiestas patronales? A la antigua usanza ni de broma. Algún evento lúdico o cultural con aforo controlado es posible, pero en nuestro caso con lo a principios de verano que las tenemos… Me temo que San Antonio perdido por completo y Santiago en las condiciones que he comentado. Nada de pasacalles, charangas y grandes concentraciones con las peñas. Esto es un viaje que, si tiene “vuelta”, tiene su fecha “abierta”.