Esta crónica bien podía haber tenido el título de otro libro
“Crónica de una muerte anunciada”, Y es que a muchos no nos ha pillado por
sorpresa ni mucho menos, el affaire de la “concejala rebelde” de C’s.
Pero para que se entienda mejor mi posición, habría que
retroceder hasta la pasada campaña electoral. Estaba claro que C’s no tenía ni
el aparato, ni medios ni la base de afiliados que tenían otras formaciones,
pero sorprendía de forma muy importante el hecho de que apenas hicieron
movimientos destacados ni avances de programa electoral, todo lo más, reparto
de cuatro folletos y globos en puntos estratégicos y en días muy concretos.
Todo ello muy poco para una formación que aspiraba a un resultado importante.
La explicación que se daba era que se tenía que dar el visto bueno desde la
sede de Barcelona, algo que ya empezó a no gustar a parte de su militancia, que
veía como el tiempo corría en su contra. Terminó la campaña y a duras penas
hubo un par de actos vacíos de contenido y calcados el uno del otro.
Estaba claro que con ese panorama todo se fiaba al cabeza de
cartel, pues el resto de la lista salvo un par de nombres, resultaban
totalmente anónimos para el resto de vecinos del municipio. En principio no era
mala carta de presentación, pues se le suponía una persona con conocimientos de
política, pero rebotado de “la vieja política”. Aunque a falta de un par de
semanas de las elecciones y ya en plena campaña política, sorprendía la apatía
mostrada por Julio Henche.
Y llegaron las elecciones y el resultado fue superior al
esperado y con el aliciente de convertirse en la llave de la gobernabilidad,
una situación de ensueño antes de comenzar la campaña.
Sin embargo tras el primer pleno (el de fijarse los sueldos)
muchas cosas cambiaron en el seno de la formación naranja. Fueron muchos los simpatizantes
e incluso los militantes del partido, que vieron traicionado su voto a raíz del
resultado del pleno, pues se aprobaron cosas totalmente opuestas a lo que se
suponía el ideario C’s. Hubo profundo malestar entre algunos de los que
estuvieron dando la cara en las redes sociales y haciendo la campaña puerta a
puerta, pues al final era su cara la que la gente identificaba como “la cara de
la traición”.
Y fue aquí donde empecé a elaborar mi teoría de que Julio
Henche podía ser un “Caballo de Troya”. Estaba claro que la fuga de votos del
PP iba a ser recogida principalmente por la formación naranja, que además se vería
también reforzada en Collado Villalba por ser la recolectora del voto magenta
del 2011. Se podía llegar a pensar a raíz de lo votado en los primeros plenos,
que Julio Henche había sido el perfecto Caballo de Troya que desactivaría todo
atisbo de oposición radical hacia el gobierno del PP local. Y esta tesis cada
vez la he visto más reforzada con decisiones difícilmente explicables. Si se me
apura, Julio Henche ha sido mejor oposición de la oposición que del equipo de
gobierno. Y es que los enganchones con Juan José Morales se repiten una vez
tras otra, mientras no se le ha visto emplearse con la misma vehemencia contra
el PP. Y miren ustedes que no creo ser sospechoso de apoyar al partido del puño
y la rosa y menos al Josepablismo.
Así pues, en este marco de división interna, la situación se
ha ido haciendo cada vez más insostenible. Muchos se preguntaran ¿Por qué salta
ahora el asunto y no hace meses? Supongo que por no dañar la imagen del partido
a una escala mayor. Hay que tener en cuenta que la gente que simpatiza con la
concejala de Ciudadanos, no renuncia al ideario del partido y consideran que
ellos si respetan su esencia. Pero la cosa ha ido derivando a peor, hasta el
punto en el que en algunas de las reuniones y actos de las áreas de
representación que se le habían encomendado a la concejala, la representación
del partido ha sido la de otro concejal o incluso la de un militante no electo
por no haberla avisado o negársele la capacidad de representación.
Así pues, son muchos los que se plantean si el voto de
Mónica Díaz en conciencia el pasado jueves, no va más en la línea de Ciudadanos
o representa mejor el espíritu del partido, que la línea oficial de Julio
Henche.
Cada uno como vecino, simpatizante o militante, que saque
sus propias conclusiones, pero ahora ya están todas las cartas sobre la mesa y
no tardaremos en ver retratados a los jugadores de la partida.
Muchos son los cantos de sirena que le llegaran a la
concejala al objeto de votar una moción de censura. En su mano estará el
escucharlos y aceptarlos o seguir en la oposición y siendo la llave de gobierno
y quién sabe si la que se haga con el cetro del gobierno de la formación
naranja o abanderando una nueva plataforma vecinal de la mano de los marginados
en C’s.
El tiempo nos lo dirá.
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