Llevo ya un tiempo perdido en esto de buscar información concerniente a nuestro municipio, no tanto porque el mismo no genere noticias, sino por lo difícil que resulta al ciudadano de a pie llegar a ellas sin pasar por los filtros de conveniencia de los distintos medios de comunicación existentes.
Y es que el mal endémico de los medios de comunicación de la comarca es su dependencia de los poderes políticos, esto es, de la inversión publicitaria que los ayuntamientos otorgan a los periódicos, televisión, etc. Este es un mal que ya se venía produciendo de largo tiempo atrás, como ya denunciara el blog de faraón churrero (como se nota su ausencia), pero que con la crisis, sobretodo la inmobiliaria, se ha visto acrecentado, ya que la publicidad institucional es casi indispensable para estos medios de comunicación.
Resulta curioso ver como una empresa se anuncia en un periódico y desprecia a otro, pero más cuando lo hace un ayuntamiento. Famosa es la guerra que lleva disputando desde hace meses el periódico El Faro del Guadarrama con el ayuntamiento de Collado Villalba.
Pero el problema de todo esto, es que al final a los lectores, oyentes o espectadores, las noticias nos llegan con un filtro que llega a ser una manipulación maquiavélica de la realidad, en la que la autentica noticia se termina convirtiendo en una herramienta para el fin de desprestigiar al oponente político de forma más o menos justa.
El ejemplo más claro es ver cómo se está achuchando al ayuntamiento de Villalba con cosas como el vuelo de los aviones o el sabor del agua, en los que no tiene competencia alguna. Y discúlpenme, pero en el caso del problema aéreo, no deja de ser una molestia muy leve pese a que haya momentos en los que se puedan llegar a ver tres o cuatro aeronaves simultáneamente surcando los cielos serranos, ya que estas pasan a gran altura y el ruido es menor que el de una motocicleta o un coche.
Pero especialmente significativo de los extremos hasta los que se está llevando esta guerra mediatico-politica, es el famoso caso de las ostras. El que una serie de cargos políticos estén en un lugar público comiéndose unas ostras no debería ser noticia, siempre y cuando esto no saliese directamente de las arcas municipales, cosa que no se ha probado y es que con su sueldo y su tiempo, cada ciudadano es libre de hacer lo que quiera, desde los periodistas hasta los políticos.
Se ha llegado a decir que estaban en un selecto club de gourmets, cuando estaban en el Mercado de San Miguel, algo que no es ni de lejos prohibitivo y si una visita casi obligada para los turistas en Madrid. Todo valía por desprestigiar a los fotografiados, cuyo mayor pecado ha sido el de no mantener su intimidad en un acto privado en un momento en el que las redes sociales tienen tanta importancia y su torpeza ha quedado al descubierto.
Otro día podríamos hablar del número de asesores municipales, concejales y sus sueldos, que eso ya sí que sería harina de otro costal y donde si habría motivos mayores para la denuncia de los comportamientos de nuestros políticos.
Lamento salirme del tema del artículo, pero me parece importante comentar lo siguiente y quizá, si lo deseas, ampliarlo en algún nuevo artículo
ResponderEliminarTema Calle Real. Es tristísimo que, después de acabada la costosa y larga obra, el resultado sea tan penoso. Sobre todo en dos cosas: el pavimento de las aceras ya está mugriento en toda la extensión de la calle. En esto tenía razón el alcalde: ha quedado igualito que Honorio Lozano (de sucio).
Y otra, la iluminación: está muy oscuro por la noche, casi tan oscuro como antes de la obra. Los puntos de luz están muy mal colocados, casi todos. Muchos están encima de árboles y por eso la luz no llega donde debe llegar. El arboricida alcalde, si lee esto (que seguro que sí), seguro que pensará que la solución es talar esos árboles molestos. Pero no, churri, la solución es supervisar que las obras se hacen bien. Y gastar bien el dinero de todos.
Amigo anonimo, si deseas hacer tu propia crónica, mandamela al correo de contacto que aparece en la derecha y te la publicaré.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación.