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jueves, 6 de agosto de 2020

Paseos de desescalada

Biblioteca Miguel Hernandez
Biblioteca Miguel Hernandez

Los calores asfixiantes del verano dificultan mucho la actividad física y este año, con la situación del Covid 19, no invita a la visita al gimnasio, así que una opción a la que estoy tratando de sacar partido es a la del “paseo nocturno”, sin ir a ritmo “Súper Mariano” ni en plan escaneador de escaparates, el ritmo justo para poder observar lo que “se cuece” en este extraño verano.

Arranco desde casa y muy pronto empiezo a toparme con el terraceo. Aún no han abierto todos los bares próximos a mi calle, pero casi todos están funcionando y a buen nivel, pero falta algo. Hay que tener en cuenta que muchos no han salido de vacaciones este año o lo han hecho o harán por menos tiempo. Así que el terrible
hastío habitual del agosto villalbino
, se ve compensado por los muchos vecinos que han optado o se han visto forzados, a quedarse en el pueblo durante este verano.

Continuo con el paseo y llego hasta la Calle Real, en la que un coche nos sorprende con un fuerte pitido justo al llegar al paso de peatones del antiguo Bar Arturo. Nos pega un buen susto y estamos a punto de soltarle unas buenas palabras, pero el pitido iba dedicado a un insensato que se había puesto a cruzar la calle “en estilo libre”, ignorando el peligro, que no es poco, pues la luz en la calzada en ese punto es mínima. Las copas de los arboles impiden que se filtre la poca luz de las farolas y la poca visibilidad de la que goza la zona, es más gracias a los luminosos de los comercios que al alumbrado público.

A todo esto, los bancos están bien repletos de gente sentada bebiendo cerveza, sin mantener distancia de seguridad y buena parte de ellos con la mascarilla en modo babero, pulsera o en el bolsillo. Mismo panorama en la Batalla de Bailén, por la que discurrimos en el paseo y que tiene esa noche una banda sonora peculiar, pues una alarma de un comercio ha saltado y esta con su desagradable soniquete amenizando la velada. Me comentan que por lo visto es algo relativamente habitual.

Continuamos el paseo y nos encontramos con otra incidencia. La biblioteca que tanto ha costado que volviese a abrir sus puertas, nos obsequia un derroche de luz. ¿Quién olvido apagar la luz? ¿Cuánto tardarían en apagarla? ¿Dónde está la eficiencia energética? Que tampoco hace falta contratar a Cofely para evitar cosas como está. La foto está tomada pasadas las 22:30, luego ya hacía tiempo que la biblioteca estaba cerrada.

Pero sigamos con el paseo entre coches que van con la música a todo trapo, velocidades excesivas e incluso cambios de sentido en mitad de la calle y sin valorar el riesgo del coche que se acerca. Pero todas esas infracciones no hacen más que aumentar conforme sales del “cogollo central”. Ahí ya todo se acentúa y si hablamos del polígono, es poco más que la ciudad sin ley o el circuito de carreras de los macarras.

Foto El País.

Después de ir viendo quemar gasolina a lo tonto y de pasar por algún contenedor con la típica estampa villalbina de mobiliario y otros enseres fuera del mismo, llego al parque del Ambulatorio de los Madroños. Ahí todo está impregnado de aromas y no precisamente de los del parque que lleva ese nombre. Se puede ver a varios grupos de chavales haciendo botellón e incluso fumando las famosas shishas o cachimbas, espero que me perdonen los amantes de ese mundo, pero no se la diferencia entre ambas. El caso es que está reconocida una importante relación entre el contagio del covid 19 y el uso de shishas o cachimbas. Muchos irresponsables comparten boquillas e incluso los que no lo hacen, el simple acto del exhalar los vapores, ya representa un cierto comportamiento de riesgo. Pero ahí los teníamos tan panchos. ¿Qué pintamos cerrando los locales a la 1:30 si los botellones y reuniones clandestinas funcionan con total impunidad?

Y a todo esto, a la policía ni se la ve y me temo que ni se la espera y mientras te desayunas que los contagios en Collado Villalba han subido a 32 en los últimos 14 días, siendo la mitad de ellos activos.

¿Volverán a confinarnos? Desde luego, méritos para ello se van haciendo.

 

 


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