Fotografía: Rafael Herrero |
Sin embargo, toda esta campaña de promoción de nuestra
historia ha quedado eclipsada por una foto, la foto del morbo. Y es que quien
más y quien menos que haya vivido en este pueblo en los últimos cuarenta años,
se ha quedado de piedra al ver posar a cuatro de los cinco alcaldes de nuestro
periodo democrático, imputado incluido. No sabemos si el quinto prefirió
ahorrarse el bochorno o si decidió pasar página a ese capítulo de su vida. La
razón que se esgrimió para la ausencia de José Luis Peñalvo en este acto fue la
de que actualmente reside en Gandía.
El caso es que el resto de integrantes de la foto, desde el
primero al último, son personajes de nuestra historia con luces y sombras en
mayor o menor medida según el caso. Evidentemente, durante una legislatura da
tiempo a tomar decisiones de todo tipo, erróneas y acertadas, como también es
cierto que la capacidad de decisión sobre la vida del municipio también está
condicionada por la situación económica, las políticas de instituciones de
nivel superior, etc.
El caso es que los cuatro presentes en la foto han dejado
huella en nuestro pueblo e incluso manchas que no se van ni con Brumol.
Pero como a estos los tenemos muy retratados y ya he escrito
sobre ellos largo y tendido a lo largo de estos más de quince años de blog, hoy
me voy a referir a otra persona que también ha sido responsable de la historia
más reciente de Collado Villalba y que posiblemente incluso más de lo que
podamos intuir. Y como él habrá alguno más, pero como es muy posiblemente el
más determinante, mi reconocimiento va hoy para José Ramón López López.
Fotografía Aquí en la Sierra |
Conste que creo que nunca he tratado con él más allá de un
saludo de cortesía si en algún momento he coincidido con él en algún acto
público, pero solamente el ver las formas ya dice mucho en algunos casos. Y es
que solía estar en muchos eventos, pero siempre en un segundo plano, lejos de
los focos y los micrófonos, no como otros concejales de gestión más que
cuestionable que quieren ser la novia en la boda y hasta el muerto en el
entierro.
Por el contrario, si he trabajado con alguien de su familia
y puedo asegurarles que la profesionalidad y la dedicación eran más que
notables. Y ese es otro parámetro que suelo tener en cuenta a la hora de juzgar
a las personas, sus valores familiares.
Y muchos de ustedes seguramente se preguntarán ¿pero que
hizo por Villalba?
Pues conseguir que el Ayuntamiento siguiese funcionando
cuando unos pocos meses antes estuvieron en peligro de no abonarse las nóminas
a sus empleados. Bajar el endeudamiento a pesar de la gran reducción de
ingresos y tener un capítulo de gastos donde era muy difícil meter tijera. Y
lograr parar la subida del IBI, que hasta entonces no había hecho más que subir
de manera descontrolada.
Si, habría sido fantástico el decir que consiguió el dinero
para hacer un teatro, un nuevo pabellón y que todos pagásemos menos impuestos,
pero sin duda, si hoy algunos pueden sacar pecho, ha sido por lo que se hizo
unos años atrás. Lástima que no todos remasen en su mismo barco y acabase
cansado de ser un espíritu libre.
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