Y como no podía ser de otra forma y puesto que en este caso
las autonómicas no coincidían con las locales, tocó el hacer conjeturas y especulaciones sobre lo que podría ocurrir en un futuro ya no tan lejano a la
vista de los resultados de las autonómicas.
Y a falta de unas fiestas de San Jose y San Antonio a la
antigua usanza que suelen ser entradas fijas en este mes, dedique un espacio a
un gremio que gozó de una notable importancia en el pasado de nuestro
municipio. Y es que Villalba fue un referente en la venta de muebles no hace demasiados años.
Y al final llegó San Antonio y su programa de fiestas
“apretadito” por aquello de las restricciones de aforo. Y al unísono llegaron
las dudas sobre la conveniencia o no de organizar unas fiestas de este tipo y
en las condiciones que vivíamos por la pandemia.
La siguiente entrada fue una de las más calentitas del año.
En ella podíamos ver un video de una agresión a una patrulla de la Guardia
Civil. Un hecho extraño, pero que desgraciadamente no nos sorprendía viendo el
nivel de inseguridad que se vive en algunos enclaves de nuestro municipio.
Para finalizar el mes, me pegué un paseo por el pulmón de Collado
Villalba, nuestra querida Dehesa de la que tanto partido directo e indirecto
sacamos y a la que tan poca atención y cuidado préstamos.
El mes de julio fue menos denso, como suele ocurrir todos
los años, pero más en estos dos últimos por razones evidentes. A destacar la
iniciativa del Ayuntamiento de crear nueva página institucional en Facebook
para el proyecto Villalba Adopta. Un proyecto que desconozco el éxito que pueda
estar teniendo, pero que me parece que debería ir acompañado de otras medidas
de responsabilidad hacia los dueños de las más de 10000 mascotas censadas de
nuestro municipio. Y es que en los últimos tiempos ha aumentado la dificultad
para hacer deporte en nuestra dehesa por la gran cantidad de perros que no van
sujetos por sus dueños, por no hablar de otros problemas adicionales en dicho
lugar. De la suciedad en el centro del municipio ya lo damos por perdido.
Y no podía faltar la reseña hacia las Fiestas de Santiago Apóstol,
que llegaron a nuestro pueblo en una versión “capada” como no podía ser de otro
modo dada la situación de la pandemia. Hubo cosillas, pero todavía lejos de lo
que solían ser nuestras fiestas tradicionales que esperemos podamos recuperar
más pronto que tarde.
A mediados de agosto nos encontramos con la triste y amarga
canción de casi todos los años, los incendios forestales. El pavoroso incendio
que arraso buena parte de la sierra abulense se hacía presente de forma
indirecta en nuestro municipio y nos encogía el cuerpo. Hace un año le toco a
la zona de Robledo sufrir las consecuencias de un incendio con un origen muy
similar y consecuencias de las que sus huellas aún siguen muy visibles.
Continuará…
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