Una vez realizada la presentación del programa de fiestas de
Santiago Apóstol, se confirma lo que ya se barruntaba desde hace un par de
semanas, nos han dado una buena ración de mondongo, que al final no ha sido ni
mal acompañada por unas chori papas.
Vaya por delante, que no estoy pidiendo un mayor gasto sin
control para las fiestas, pero sí que se me vienen a la cabeza una buena
cantidad de dudas e interrogantes, pero antes quisiera comentarles una anécdota
que viene a cuento de lo que siento ahora mismo tras leer el programa. Cierto día,
acudiendo al briefing de dirección de mi empresa, el director decidió cambiar
todos los criterios de trabajo de una forma radical y totalmente incoherente
ante la perplejidad de los allí presentes y para hacer aquello, se escudó en
una frase que se me quedo grabada por dejarnos a todos en estado de shock. Había
que sorprender al cliente y dijo “si siempre comemos lentejas, siempre cagaremos
lentejas”. Escatológica, pero contundente.
Pero retomemos el origen de la entrada del blog. Resulta que
se presenta un programa de fiestas de lo más austero, algo que a un defensor de
la austeridad (en estos temas) como soy yo, no me supone ningún problema,
siempre y cuando esa austeridad vaya dirigida a cubrir necesidades y a aligerar
la carga impositiva. Defendí a capa y espada la austeridad, aun a cuenta de más
de un revolcón vía redes sociales, en los tiempos de vino y rosas cuando
algunos brindaban en Andorra con matasuegras y traer a leyendas de la música
era objetivo prioritario.
Pero si aquello acabó y ahora hemos pasado a “comer rancho”
¿Por qué tenemos que tener un cargo de confianza dedicado a las fiestas y
eventos de este tipo? Su inaptitud ha quedado reflejada más que de sobra con el
programa de fiestas que más parece el de una urbanización, que el de un pueblo
de más de 60000 habitantes que hasta hace nada se vanagloriaba de ser La
Capital de la Sierra.
O es que la Capitalidad y todos los eventos de estos dos
años se financiaban de manera irregular y de ahí que este año no se haga nada.
Pasar de conciertos todos los días de las fiestas e incluso dobletes el año
pasado a traer lo de este, que no pasará de un mal karaoke, merece una
explicación.
Pero llevando mi premisa de la austeridad al extremo, me
parece que fue un buen momento de “dejar de comer lentejas”. Esto es, si no hay
dinero y no hay posibilidades de crear un programa decente de esas características,
se debería haber cambiado el menú e ir a algo nuevo, ya que esto solamente va a
llevar a que los mayores llenos de las fiestas de Villalba se vuelvan a dar en
el parque del ambulatorio y en el del Carrefour.
Pero claro, ello habría supuesto que tanto nuestro concejal
de festejos como su cargo de confianza, habrían tenido que trabajar y demostrar
su valía, algo que a estas alturas, ya ni tan siquiera se les supone y más después
de ver como se han cargado bonitas iniciativas que el mismo Partido Popular había
creado, como fue lo de la música en los parques y calles de nuestro pueblo en la semana de la juventud, dando espacio y
posibilidades de tocar a artistas jóvenes de la zona o la rehabilitación de una
zona del pueblo con un buen grafiti que valiese para tapar la porquería que
cubre nuestro pueblo.
Pero por lo que se ve, aquí solo hay lentejas, cada vez más insípidas
y por consiguiente, ya saben lo que sufrimos después…
Truñicos varios
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