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Para los que todavía no se hayan enterado, se trataba de un
juego en tiempo real simulando una invasión zombie que se extendía por todo el
pueblo.
Se trataba pues de un evento novedoso pues solo cuenta con
ocho ediciones hasta ahora y repartidas por distintos pueblos de la geografía
española. Eso suponía un alto componente de novedad que llamaba la atención y
que podía atraer a miles de personas hasta nuestro municipio como así fue.
En un primer momento se especulo con que se podía llegar a
atraer a casi 4000 personas, pues el evento era la primera vez que se realizaba
en un municipio grande y bien comunicado como es Collado Villalba, sin embargo
al parecer la participación quedo en torno a las 2200 personas, cosa que no
está nada mal.
Pero además de cuantificar la participación, hay que hablar
de la calidad de la misma. Es decir, podrían haber sido 2000 vecinos
villalbinos, pero no fue así. Las dimensiones del evento provocaron que viniese
gente de muchas zonas de España y que incluso se registrase una participación
de cerca de 250 participantes orientales (autóctonos o no es algo que no he
podido contrastar), pero lo cierto es que muchos de los que se acercaron a jugar ya pasaron la jornada aquí, lo que supuso
para la mayoría de ellos tuvieran al menos que cenar en nuestro pueblo. Eso
propicio que viésemos llenos restaurantes que hasta la fecha parecían auténticos
“Expedientes X”. A todo ello sumémosle el impacto de la importante venta de los
pequeños comercios que también se beneficiaron de poder vender refrescos y
bebidas energéticas entre jugadores y espectadores. Me gustaría saber cuántas
latas de Monster se pudieron llegar a consumir a lo largo de la noche.
Así pues, el caldo de cultivo estaba listo y todo preparado
para que la cepa del virus zombie causase estragos en Villalba. A poco más de
las 23:00, la zona cero ubicada en la Plaza de los Belgas albergaba a miles de
supervivientes y otros tantos curiosos cuando se dio el pistoletazo a la
competición simulando una manifestación o algo así, que acabo en una estampida
que provoco alguna caída y situación complicada.
Hay que tener en cuenta que el éxito del evento radica en
simular al máximo el supuesto ataque zombie y para ello el pueblo se supone que
debería seguir con su vida normal, pero eso era harto complicado por la
expectación generada. La idea era que
los participantes deberían seguir su rol dentro del juego y los espectadores
deberíamos haber tratado de “rolear” en la medida de lo posible para no alterar
las condiciones del juego. Pero eso era poco menos que imposible, pues no
conocíamos el reglamento ni pudimos escuchar nada en la Plaza.
Así, tras la estampida inicial, todos esperábamos la llegada
de las hordas de zombies a Los Belgas, pero estas no llegaban y la plaza iba
poco a poco vaciándose mientras la actividad pasaba a todos los rincones del
pueblo.
Esta era la gracia del asunto, pero a su vez se ha revelado
como el gran hándicap de la edición villalbina.
Por un lado esta dispersión provoco que hubiese una
actividad y un ambiente increíble por todo el pueblo, solo equiparable al de
las fiestas patronales. Sin embargo la amplitud del terreno de juego provoco
que hubiese carreras descontroladas por todo el pueblo entre coches, lo que
supuso un serio peligro que parece ser que al final se salvo sin importantes
incidentes, aunque fui testigo de auténticos comportamientos temerarios por
parte de los participantes en el evento.
También los participantes se han quejado de que las
distancias entre los distintos puntos donde tenían que acudir para superar las
pruebas eran excesivas, lo que llevo a que hubiese demasiado tiempo de
transición entre las distintas pistas y que la prueba subiese en su exigencia
física, ya que muchos acabaron con más de 20km en sus piernas.
Así pues, el Survival Zombie villalbino ha supuesto un pequeño
traspiés para la empresa organizadora que no supo dimensionar el evento a
nuestro municipio, pero un éxito a nivel de repercusión mediática y activación
de la vida social y económica de nuestro municipio. Y es que el coste del
evento era prácticamente nulo para las arcas municipales ya que los
participantes pagaban una cuantiosa inscripción para costear la organización
del evento. Y sin embargo el retorno fue más que notable y todo ello sin
ruidos, suciedad y otras molestias. Estoy seguro de que muchos bares hicieron más
caja este sábado que el de las fiestas.
Por cierto, ¿alguien vio algún botellón el sábado en
Villalba?
Está claro que el hacer cosas nuevas siempre supone el
riesgo de cometer errores, pero que hay que innovar y tratar de ser pionero si
quieres llamar la atención de la gente. Esperemos que aunque la Survival es un
evento que no se repite en el mismo municipio, sirva para que alguien de el
paso adelante y se desarrollen nuevas actividades culturales y deportivas en
nuestro municipio.
Os dejo con un video de cómo lo vivieron un grupo de
supervivientes.